Se editó 7-7-2007, la novela negra que es un éxito en ventas en Italia

Antonio Manzini se consolida en la última novela protagonizada por el detective Rocco Schiavone

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10 de septiembre de 2018 a las 05:00

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Con una larga carrera como actor y director de teatro, Antonio Manzini dio el salto a la televisión y a la fama cuando participó en una veintena de exitosas series italianas. Sin embargo, un día decidió dejarlo todo para dedicarse a escribir novelas policiales. El subjefe de policía Rocco Schiavone, su personaje estrella, destacó ya desde la primera entrega de la serie por su carácter rudo, su mal humor, su afición a la marihuana y sus singulares métodos de investigación que incluye saltarse las normas cada vez que es necesario. 

Pero siempre faltaba algo para que fueran novelas sólidas de cabo a rabo. La que acertaba en la investigación fallaba en el remate, la que estaba llena de acción carecía de profundidad, la que apelaba al humor carecía de una trama sólida. Y así hasta llegar a esta última entrega traducida al español, 7-7-2007, una novela sin errores ni altibajos que atrapa al lector y no lo suelta hasta el punto final.

El libro arranca en el helado Valle de Aosta donde Schiavone, desterrado por sus superiores de Roma, intenta seguir adelante con su vida a pesar de la amargura constante que lo domina. Pero rápidamente Manzini da paso a un emocionante flashback que ocupa todo el resto de la novela menos el final, que vuelve al presente del personaje. La excusa para el viaje en el tiempo es una acusación pública a través de un diario, lo que obliga al detective a revelar su pasado a sus nuevos jefes, pero también al lector, que lleva varias entregas esperando esa información.

De entrada hay que destacar como la novela pasa con elegancia del habitual frío de Aosta a la calurosa Roma, que es descrita con esmero y mucho amor por el autor, que nació allí. Dos sucesos distintos pero relacionados dan el puntapié inicial a una historia que combina con mucha eficacia momentos amargos con otros extremadamente felices. 

Por un lado Schiavone se enfrenta a una situación inesperada cuando Marina, su mujer, decide dejarlo al enterarse de que Rocco no es el policía inmaculado que ella creía, porque a menudo se queda con parte del dinero que encuentra al resolver casos de drogas o extorsión. Por otro, dos jóvenes estudiantes de derecho de buenas familias son asesinados con el mismo modus operandi en un breve lapso de tiempo.

El primer cadáver, que aparece en el fondo de una cantera de mármol, es el hijo de un conocido periodista de sucesos policiales. La descripción de la escena es de lo mejor que ha escrito Manzini, ya que el hombre se presenta en el lugar junto al fotógrafo de turno para cubrir la noticia de un crimen como tantos veces ha hecho, hasta que descubre que el asesinado es su propio hijo y el mundo se pone patas arriba.

Cuando Schiavone lo ve destrozado por la pena, abrazando al muchacho, escribe: “El hombre seguía apretando el cadáver contra su pecho, sin que el subinspector consiguiera levantarlo. El polvo de mármol acumulado sobre los cuerpos había convertido al periodista y al muerto en un grupo escultórico, una especie de Piedad”.

 

Cuando Schiavone lo ve destrozado por la pena, abrazando al muchacho, escribe: “El hombre seguía apretando el cadáver contra su pecho, sin que el subinspector consiguiera levantarlo. El polvo de mármol acumulado sobre los cuerpos había convertido al periodista y al muerto en un grupo escultórico, una especie de Piedad”.

 

 

 

Abrumado por las penas ajenas y las propias, Schiavone recurre a sus tres únicos amigos de la infancia, ahora devenidos en delincuentes de medio pelo, siempre dispuestos a darle una mano. Ese trío compuesto por tres personalidades muy diferentes pero con códigos comunes le aportan sal y pimienta a una historia que crece capítulo a capítulo en intensidad.

Los diálogos entre los cuatro le permiten a Manzini hablar de la pobreza italiana y las duras condiciones de vida para los más humildes en un país en teoría del primer mundo. Pero también le explica al lector el carácter rudo de un Schiavone criado en la calle, que optó por el camino policial en vez del delictivo como sus compinches, pero que ha quedado marcado para siempre.
Por suerte la novela pasa de la oscuridad a la luz constantemente, ya que la historia de amor de Rocco con Marina es un verdadero canto a la vida, no exento de escenas picantes llenas de verdadero fuego. La pareja se quiere de verdad y se nota. 

Sólida, muy dinámica y más profunda que todas sus novelas anteriores, 7-7-2007 es una prueba contundente de que Antonio Manzini no es más un aprendiz aventajado, es un buen escritor. 

7-7-2007

Autor: Antonio Manzini

Editorial: Salamandra

Páginas: 347

Pecio: $ 620

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