Shi de Yang dará una conferencia gratuita este jueves 9 en la Intendencia de Montevideo.

Estilo de vida > CULTURA

Simpleza y sabiduría de un monje shaolin

Shi de Yang, instructor de los llamados monjes guerreros del Templo Shaolin de China, está en Montevideo
Tiempo de lectura: -'
08 de junio de 2011 a las 18:18

En una casa antigua de Paso Molino, una estufa a gas calienta el ambiente donde un hombre vestido de túnica y zapatillas color mostaza ingresa desde la lluvia y el frío. Es Shi De Yang, monje shaolin de la 31ª generación y maestro de todos los maestros de kung fu del Templo Shaolin de Henan, China, cuna de este arte marcial milenario.

Lejos de una bienvenida cinematográfica, con pétalos de flores monocromáticos cayendo y filas de discípulos formados en simetría, la primera visita a Uruguay de Shi de Yang fue planificada para ser discreta y sencilla. Una charla en Colonia y otra en Montevideo, dos días de seminario práctico en el Prado y varios paseos más turísticos que protocolares, completaron la agenda del máximo representante actual de la cultura shaolin tradicional.

“El Templo Shaolin es uno de los miles de templos religiosos budistas de China. Pero, lo que lo hace más famoso que al resto es su kung fu”, explicó en mandarín Shi de Yang, mediado por la traducción al inglés de uno de sus discípulos. Pero, lo que para occidente son peleas con patadas y piñas extravagantes, para los practicantes del kung fu shaolin es un medio para la meditación.

“Durante 1.500 años, diferentes generaciones de maestros han meditado para encontrar un camino hacia la paz del corazón y cultivar el espíritu antiguo. Pero, a la larga, la meditación cansa. Así que a veces es necesario pararse para hacer un entrenamiento físico. Ese es el verdadero propósito del kung fu”, explicó el monje de 42 años.

Esos cuerpos fuertes que pueden romper un ladrillo con la cabeza o permanecer horas en una misma (e incómoda) posición, les dieron a los habitantes del Templo Shaolin el nombre de monjes guerreros. Su prestigio al momento del combate también fue motivo para que diversos emperadores los convocaran a lo largo de la historia para defender el imperio.

Sin embargo, el kung fu es “siempre para la defensa”, dijo Shi de Yang: “El entrenamiento del kung fu ayuda a tener un cuerpo fuerte y sano para la meditación. Su combinación es el mejor estado del espíritu. De todos modos, estas técnicas también pueden ayudar a defenderse”.

Pero, como luego explicaría, en ocasiones un maestro kung fu debe aplicar una defensa más potente aun que las artes marciales.

Patrimonio violado

En 2010 la Unesco declaró como patrimonio histórico de la humanidad los monumentos ubicados en la ciudad de Dengfeng, Henan, en el llamado “Centro del Cielo y la Tierra”. Allí se encuentra el Templo Shaolin, también postulado como patrimonio inmaterial de la humanidad por este organismo de las Naciones Unidas.

No obstante, no siempre se ha valorado así a este centro budista. En la década del 20, el templo fue incendiado durante la guerra civil china y dañado en la ocupación japonesa de la Segunda Guerra Mundial. En los años 50 el kung fu fue prohibido por el gobierno comunista y diez años después, en la Revolución Cultural, los monjes fueron golpeados y expulsados del templo.

Entre los maestros de kung fu que resistieron la agresión pública rezando, estaba el maestro de Shi de Yang, Shi Su Xi.

Como líder espiritual del templo, Shi Su Xi contribuyó a preservar la esencia de la cultura tradicional shaolin en los tiempos más difíciles del templo. Además, fue uno de los últimos monjes en recibir las enseñanzas directas de los maestros del siglo XIX. De aquella generación 30ª ya ninguno vive.

Shi de Yang se emociona con la sola mención de su maestro. No es fácil quitarle su expresión equilibrada y serena, pero una vez que emite la primera sonrisa, resulta cada vez más fácil verlo complacido.

Al preguntarle por qué un grupo de guerreros no se defendió ante el ataque de la Revolución Cultural China, Shi de Yang respondió con la sabiduría que lo define: “A veces, no defenderse es la mejor defensa”.

La defensa pop

La protección del Templo Shaolin está dada no sólo por Unesco, sino también por la cultura pop. Actores chinos como Jet Li y Jackie Chan, o películas como Kung fu sion, El tigre y el dragón y hasta Kung fu panda, ayudan a popularizar la tradición milenaria de los monjes shaolin.

“Creo que es muy bueno que haya tantas superestrellas que practiquen las artes marciales en películas y televisión. Ayudan a difundirlas y a fomentar un espíritu que es bueno para abrir la mente de las personas”, opinó Shi de Yang.

Además, agregó: “Por otra parte, la guerra y la violencia son usados en películas y medios de forma excesiva, por lo que mucha gente malinterpreta el mensaje del kung fu”. Es así como este deporte de monjes budistas llega a occidente sólo como un deporte, continuó.

Para que, generación tras generación, esta cultura no se convierta en un teléfono descompuesto, los monjes practican la caligrafía como “un arte para expresarse, para transmitir y recordar”, dijo Shi de Yang. De hecho, él es experto en caligrafía y transcriptor de textos antiguos.

Esa vida tranquila y austera de meditación, rezos y kung fu, se ve interrumpida con frecuencia por los dos millones de turistas que arriban al Templo Shaolin cada año.

Para Shi de Yang, que vive la mayor parte del año en Henan estudiando y enseñando, el turismo es positivo, porque quiere decir que cada vez más personas se acercan al “tesoro shaolin”.

De todos modos, los monjes están presionando al gobierno chino para generar marcas con estándares de calidad para las palabras “shaolin” y “kung fu”, para que no cualquiera pueda utilizarlas.

Para todos

Una antigua historia cuenta que en el siglo VI, un monje budista proveniente de India llamado Bodhidharma llegó al templo. Al ver que los monjes se quedaban dormidos meditando, el visitante les enseñó una docena de movimientos inspirados en animales para que pudieran mantenerse activos.

La grulla, el mono, la serpiente, el tigre y el oso no sólo son personajes de Kung fu panda, sino que mucho antes se convirtieron en los movimientos básicos de este arte marcial.

Cualquiera de los más de 100 movimientos que comprenden hoy al kung fu requieren de práctica y tiempo. O, como dice Shi de Yang, de acumulación.

“Antes de ser un pan tostado, lo que hay es una semilla. Y esta necesita de un proceso de sembrado para convertirse en pan, no se puede comer la semilla”, explicó el maestro en una de las múltiples metáforas que usó durante la entrevista.

Para él, el kung fu al igual que el ejercicio en general es instintivo y, por lo tanto, no tiene límites de edad. “Los movimientos del kung fu son difíciles de seguir. Pero poco a poco se van perfeccionando según el nivel de cada uno, sin restricción de edad”, afirmó.

De hecho, tampoco es necesario ser chino para convertirse en maestro kung fu, ni siquiera para ser monje shaolin. No obstante, en este último caso, no alcanza con la práctica y la voluntad, sino que la persona debe ser aceptada por el templo y vivir en él, aclaró Shi de Yang.

Los otros orientales

Para hacerle honor al nombre que su maestro le puso (“Shi de Yang” quiere decir: “El que difunde la moral”), el monje shaolin selecciona cada año unos pocos destinos a los cuales viajar.

De su primera visita a Uruguay, Shi de Yang rescató la hospitalidad de sus habitantes y la similitud de las calles montevideanas con las de Dengfeng, la ciudad en Henan donde vive.

Ya distendido, el monje contó que muchos uruguayos lo habían saludado con el típico gesto oriental de poner las palmas juntas en el pecho, al ver su “extraña vestimenta”. Incluso, agregó, algunos hasta le dijeron: “Ni hao”, o sea, “hola” en mandarín.

Pero, no todos le acertaron a su nacionalidad. Shi de Yang contó que una mujer de unos 40 años lo saludó en japonés diciendo: “Konnichiwa”. Él, en las únicas palabras por fuera del mandarín que pronunció, le aclaró en inglés: “No, chino”. A lo que ella retrucó: “¿Dalai Lama?”. Y él, ya riéndose por la serie de confusiones, volvió a juntar su paciencia milenaria para aclarar de vuelta en inglés: “No, monje”.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...