Sobrevivió a dos accidentes de avión, volvió, e hizo llorar a todos

Sus padres y hermanos fallecieron en los siniestros; él se recuperó, regresó a las canchas y metió un triple que emocionó a todos los presentes

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14 de enero de 2014 a las 14:41

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Si sobrevivir a un accidente de avión, es considerado un milagro; la vida de Austin Hatch ya tiene por lo menos dos. Este joven deportista estadounidense zafó de la muerte en dos siniestros aéreos en los que perdió a sus padres y hermanos.

Pese a eso, continuó adelante con el básquetbol y en estos días fue protagonista de un triple que puede ser considerado como su tercer milagro.

El ahora alero de 2,00 metros, en 2003 vio morir a su hermana de 11, a su hermano de 5 y a su madre en un primer accidente. Luego, en 2011, sobrevivió a un nuevo siniestro aéreo en el que murió su padres y su madrastra, y en el que él quedó ocho semanas en coma, al borde de la muerte, según informa Marca.

Tras ese segundo impacto, Hatch estuvo tres años para recuperarse de las lesiones, siempre con un objetivo volver a jugar al básquetbol, pese a que sus médicos veían ese sueño como algo prácticamente imposible.

Aferrado a esa ilusión, fue sanando de un grave traumatismo craneoencefálico, un pulmón perforado, varias costillas rotas y una fractura de clavícula.

Luego tuvo que arrancar desde cero con el básquetbol. Comenzar a moverse, aprender nuevamente a tomar la pelota, restablecer el equilibrio, más todos los fundamentos técnicos de esa disciplina deportiva.

Cuando ya estaba pronto para jugar, luego de dejar Indiana para vivir junto a su tío en California y ser presentado con la camiseta de Los Angeles Loyola High School, Austin advirtió: “No quiero jugar por ser quien soy y por lo que me ha pasado. Si no puedo ayudar al equipo es que no merezco estar”.

Con esa condición, espero 14 fechas para poder regresar a las canchas. Y cuando entró, en su primera pelota, metió un triple que hizo emocionar hasta las lágrimas a los presentes en el estadio.

"Todo el mundo se alegró mucho por él. Los árbitros no tuvieron más remedio que interrumpir el partido, pero valió la pena. Se desató una euforia incontrolable y hasta padres se pusieron a llorar en la grada. Fue un momento increíble", relata Jamal Adams, técnico de Loyola, a 'Yahoo! Sports'. “Es el chico con los ojos más secos”, agregó el entrenador.

Tras el partido, Austin tuiteó: “Mi canasta de tres estuvo bien, pero lo importante es que el equipo va 14-0”.

El futuro de Hatch continuará en la Universidad de Michigan en la próxima temporada. Ese equipo, donde jugaron Roy Tarpley, Glen Rice o Chris Webber, había reclutado al alero en 2011 y, pese a todos los inconvenientes que ha sufrido, su espíritu y fuerza de voluntad ha hecho que estén ansiosos para sumarlo a su plantel, indicó Marca.

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