EFE

Vox está transformando el panorama político conservador de España

El creciente apoyo al partido ultranacionalista ha polarizado la campaña electoral

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25 de abril de 2019 a las 14:28

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Ben Hall

Los españoles se dirigirán a las urnas el domingo en las elecciones generales más cargadas en cuatro décadas: pero, según un cálculo, ya hay un ganador. Vox, el partido ultranacionalista que irrumpió en la escena nacional a fines del año pasado, ha transformado el panorama político en España. Se suponía que el pasado franquista del país lo había inoculado contra el movimiento de extrema derecha que se ha extendido por gran parte de Europa. Pero Vox ha demostrado que eso es una ilusión.

Apenas hace seis meses, Pablo Casado, el líder del Partido Popular (PP) de centro derecha, se burló de la idea de que Vox representaba una amenaza electoral. El partido no tenía un solo consejero local en el país, afirmó en una entrevista con el Financial Times. En las últimas elecciones generales de 2016, había ganado apenas 0.2 por ciento de los votos y cero escaños. Pero Vox, liderado por Santiago Abascal, ex concejal del PP, se ha convertido en un torbellino que está arrasando el paisaje político conservador. Su nivel de aprobación en las encuestas es de aproximadamente 11 por ciento y podría ganar unos 30 escaños en el parlamento de 350 escaños de España. La tormenta se ha desatado tan rápidamente que las encuestas tal vez estén subestimando el apoyo con el que cuenta Vox.

El primer ministro socialista, Pedro Sánchez, argumentó la semana pasada que “España siempre ha tenido una extrema derecha, ya sea dentro del PP o fuera. Ahora la extrema derecha tiene su propio partido".

Bajo el estricto control del ex primer ministro conservador José Maria Aznar, el PP mantuvo la unión de una amplia gama de opiniones, que abarcaba a los liberales sociales y económicos, los demócratas cristianos y aquellos que sentían nostalgia por los valores católicos tradicionales y un Estado unitario, si no la autocracia de Francisco Franco.

Pero el partido ha sido manchado por la corrupción y dividido por una reacción nacionalista española contra el referéndum sobre la independencia ilegal de Cataluña en 2017. Ultimadamente, el apoyo del partido se astilló bajo el liderazgo poco inspirador de Mariano Rajoy.

En primera instancia muchos de sus votantes lo abandonaron para unirse a Ciudadanos, un partido liberal y de libre mercado que se opone ferozmente al nacionalismo catalán. Ahora ha surgido Vox.

Ya que ha sido atacado por ambos flancos, el PP se dirige a su peor resultado electoral y podría perder la mitad de sus escaños. Casado ha intentado obtener apoyo atacando a Sánchez en términos cada vez más agudos, describiéndolo como un "mentiroso compulsivo" y el "peor criminal que jamás ha visto España", supuestamente por su disposición a satisfacer las demandas secesionistas catalanas.

Podría decirse que Vox ha tenido un mayor impacto en Ciudadanos, que hace apenas un año esperaba poder eclipsar al PP como el principal partido a la derecha de los socialistas. Las elecciones anticipadas han dejado a Ciudadanos en una posición desventajosa y ha visto un éxodo de su apoyo hacia Vox. Para contener las pérdidas, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, descartó una coalición con Sánchez y se alineó con otros dos partidos de derecha.

El intento ilegal de secesión de Cataluña "cambió completamente la estructura de nuestra base de votantes", dice Toni Roldán, un diputado de Ciudadanos. "Muchos votantes de derecha se unieron a nosotros para vengarse, pero cuando surgió Vox se fueron". El análisis de sondeo de Ciudadanos identificó 10 veces más votantes potenciales hacia la derecha que hacia la izquierda, agrega Roldán.

El aumento del apoyo a Vox ha polarizado la política española en bloques duros e irreconciliables de izquierda y derecha, lo cual aumenta la inestabilidad en lo que ahora es un sistema de cinco partidos. Ya que Ciudadanos ha vetado una coalición con los socialistas, Sánchez probablemente buscará apoyo parlamentario de los independentistas de Cataluña y de la extrema izquierda. Si los tres partidos de derecha obtienen suficiente apoyo para formar su propio gobierno, lo cual parece poco probable, entonces el sistema de descentralización regional de España podría estar en peligro.

En comparación con los estándares de los partidos extremistas en otras partes de Europa, Vox parece moderado. No parece ser vehementemente euroescéptico o estrictamente antiinmigrante como la Liga de Italia o el Rassemblement National de Francia. Probablemente se podría describir como un partido reaccionario-populista. La veneración de la nación española y sus costumbres son su sello distintivo. Pero lo que representa Vox es menos importante que su impacto en los partidos principales. A juzgar por esta campaña, el impacto ha sido profundo.

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