Xi Jinping, Putin, la terrible inquietud norteamericana y un mundo que ya no será el mismo
Cada una de las movidas bélicas y diplomáticas alrededor de la guerra en Ucrania prefiguran un nuevo mapa político y económico que aún es incierto
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22 de febrero de 2023 a las 17:43
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Por Daniel Cecchini
De pronto es un escándalo: el líder chino Xi Jinping planea viajar a Moscú y entrevistarse con Vladimir Putin en el marco, claro, inevitable, de la guerra de Ucrania.
Es muy interesante ver cómo se cubre en muchos de los llamados “medios occidentales” el posible evento: como el de dos demonios del mismo signo –comunistas o con resabios rojos– que al juntarse sólo pueden acarrear el mal para la civilización impuesta.
Allí está la cosa o, mejor dicho, la lectura: como si el unilateralismo estadounidense con sus socios menores europeos fuera lo único posible. No se trata en realidad de demonios rusos o chinos sino de la posibilidad de un multilateralismo que pone en crisis la hegemonía de Washington. Se trata de no perder poder.
Desde la invasión rusa a Ucrania las crisis subsidiarias de la guerra se multiplicaron. Para enumerar unas pocas: los problemas energéticos en los países de la Unión Europea, con ciudadanos (muy) descontentos; la voladura del gasoducto ruso, que en los últimos días pasó de ser accidente a operación encubierta estadounidense con la complicidad de ese apéndice general ejecutor de la OTAN llamado Noruega; las sanciones económicas inocuas contra Rusia que sólo afectan a quienes las ejecutan; la aparición, en el marco de la guerra, de intercambios financieros que excluyen al dios dólar, no sólo de países en conflicto sino de otros que aprovechan la ocasión para salir de la dictadura del billete que en su número cien lleva el rostro del bueno de Benjamin Franklin.
Tal vez haya que pensar la guerra en Ucrania –sin siquiera tomar partido– como un punto de inflexión en un mundo cambiante que ahora encontró una oportunidad.
Si es buena o mala es algo imposible de pronosticar. Lo que sí es posible es afirmar que, después de la guerra, el mundo no será el mismo.
Si es que existe, claro.
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