Zona de desastre en terminal Belloni

Jorge López se aleja un minuto y vuelve al mostrador con una carpeta llena de fotos, una denuncia con las firmas de unos 40 vecinos y la copia de la aprobación del presupuesto para realizar la obra del Intercambiador Belloni, una terminal de ómnibus con varios pisos y comercios, que data del 15 de diciembre de 2008.

Muestra indignado cómo estaba la calle 8 de Octubre en la esquina con Belloni hace algún tiempo: el barro llegaba hasta la vereda y los comercios quedaban "como en una isla", algo que se volvía literal con los días de lluvia. A más de tres años de iniciadas las obras, en marzo de 2012, el caos parece no tener fin. La gente debe caminar entre los escombros y las máquinas, porque la calle continúa cortada y las veredas, rotas.

Harto de las pérdidas generadas por los atrasos en la obra, López inició un juicio a la Intendencia de Montevideo (IMM) por daños y perjuicios, medida a la que piensan sumarse otros comerciantes, que al igual que él, aseguran haber perdió 80% de sus ingresos por culpa de una obra que los dejó aislados. En su caso, las pérdidas económicas lo llevaron además a tener que despedir a nueve de sus 14 empleados.

Al igual que López, María Guerra, dueña de un restaurante y salón de fiestas en 8 de Octubre y Pirineos, afirmó que las ventas están por el piso. Tanto que ya no alcanza para cubrir los costos fijos. "El 99% somos inquilinos. Con las montañas de tierra no había acceso, no tenía por dónde hacer entrar al público. Hay escombros y mugre por todos lados, y nunca recibí apoyo de nadie", se quejó. Además, las obras ocasionaron en febrero un corte de luz, por el que asegura que perdió US$ 2 mil en mercadería. Por eso ya está también en contacto con abogados para hacer una demanda a la comuna. Pero su duda es qué pasará cuando termine. "¿Quién me asegura que sí vamos a trabajar? Porque (el corredor) Garzón fue un fracaso, y General Flores también". Los dueños de una panadería en la cuadra siguiente aseguraron que también están dispuestos a iniciar un juicio.

Pero los comerciantes no son los únicos afectados. Los peatones deben caminar entre los escombros y esquivar los caños con cables que sobresalen al exterior. Además, al cerrar 8 de Octubre y Belloni, los ómnibus deben desviarse, así como las paradas. "Para tomar los ómnibus que vienen por Veracierto tengo que bajar como cinco cuadras", explicó Juan Carlos Rodríguez, vecino de la zona. También preocupa la suciedad constante. Ya en 2013 unos 40 vecinos hicieron un reclamo a la IMM pero aseguran que no tuvieron respuesta. Por otra parte, según relatan, con la calle cortada y la falta de luz –se colocaron los nuevos focos hace poco tiempo– aumentaron los robos. "Lo que más me afectó es la inseguridad. Nos sacaron la pasada de autos y la luz, y olvidate", afirmó Carmen Souza, dueña de una pizzería. Esa es otra de las razonas por las que Jorge López se decidió a hacer el juicio, que ya tuvo una audiencia de conciliación con la IMM.

La obra, que estaba prevista en un inicio para quedar pronta en setiembre de 2013, demandará unos $ 150 millones. "Nos habían dicho que terminaba en diciembre, después en marzo, ahora parece que queda para el 27 de junio. Pero antes de ayer habían terminado esta vereda y hoy la levantaron toda, así que...", dijo Shirley Carballo señalando la vereda rota que rodea su kiosko, apuntalado para que no ceda y caiga contra la calle. "¿Cómo hago para pedir un taxi?", preguntó un desprevenido. "Tenés que salir de la zona de desastre", sentenció la comerciante con una sonrisa resignada. El Observador intentó sin éxito comunicarse con el director de Movilidad de la IMM, Néstor Campal.