Los nuevos datos de turismo siguen marcando el boom de los argentinos en el exterior y la caída que no se tiene de los extranjeros que venían al país. Tomando los datos del Indec, en junio de 2025, los ingresos al país bajaron 4,3% interanual y las salidas crecieron 28,6%, con un saldo negativo de 325.000 viajeros. El viernes el mismo Banco Central le había puesto números a ese rojo: la demanda de divisas para turismo emisivo alcanzó US$ 1.080 millones en junio, mientras que el turismo receptivo apenas generó US$ 218 millones.
Estos números consolidan lo que en el mundo económico ya se tilda como "desbalance estructural de la cuenta de servicios". Algo que el BCRA trata de minimizar al destacar que el 70% del total de los egresos por esta partida fueron cancelados con fondos propios en moneda extranjera.
El rojo del turismo se acrecienta
No queda claro como el Central, post cepo, sabe de donde la gente saca los dólares para pagar los consumos generados en el exterior cuando la compra/venta de divisas para particulares está completamente liberada. Lo que se sabe, y es obvio, es que nadie paga en pesos con las percepciones que encarecen el tipo de cambio hasta casi $1.700.
Sea como fuere, el rojo acumulado del año por el sector turismo significó un egreso de divisas de US$ 5.364 millones, según datos oficiales. Superior al superávit energético de la Argentina que en el primer semestre, según dato del Ministerio de Energía, era de US$ 3.761 millones.
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Pronóstico demoledor
Entre enero y junio de 2025 salieron del país 7.350.000 personas, superando los picos previos del macrismo en 2017 y 2018. El saldo turístico (diferencia entre residentes que viajan y no residentes que ingresan) fue el peor desde entonces: 4.655.042 personas más salieron que las que ingresaron, según CEPA.
Hay algunas estimaciones, como la de IERAL de Fundación Mediterránea, que hablan de un rojo por turismo de este año que podría llegar a US$ 10.000 millones.
Turismo interno en crisis
Indudablemente, en lo que va de este año, el turismo se consolida como un canal importante de salida de divisas en contraste con una baja performance del turismo receptivo. La caída en el arribo de extranjeros golpea a las economías regionales y evidencia las dificultades de la industria turística argentina para competir en el mercado internacional. En el sector hablan de que el 60% de todo lo que paga un turista extranjero en la Argentina, tanto hoteles como otros servicios relacionados, están explicados por impuestos.
El desafío es doble: contener la fuga turística y reactivar el ingreso de viajeros, algo que por ahora no parece muy sencillo a pesar de que el tipo de cambio se depreció nominalmente y en términos reales en los últimos 2 meses. Para mitigar eso, el Gobierno proyecta nuevas campañas de promoción, actualización de la infraestructura turística y posibles incentivos fiscales para operadores receptivos.