El presidente Javier Milei participó en un acto por el Día de la Industria, celebrado en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde pronunció un fuerte discurso en el que desmintió dos “mitos” que, según él, han sido utilizados por la política argentina para intervenir en el sector industrial y beneficiarse a costa de la economía del país. En su exposición, Milei se refirió a la idea de que el desarrollo industrial es incompatible con el sector agroexportador, calificando esta noción como “un cuento que durante cien años nos vendió la política”.
Milei señaló que el período de mayor expansión industrial en Argentina coincidió con el modelo agroexportador y no con el modelo de sustitución de importaciones, el cual, según sus palabras, dejó a la industria subordinada al Estado mediante subsidios y aranceles, creando una relación de “tutela viciosa” que persiste hasta hoy. “La consecuencia de esa política es que para proteger a la industria se le robó al campo, y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado”, afirmó el presidente, identificando esta dependencia del Estado como una de las raíces de las crisis económicas que el país ha padecido durante décadas.
En su discurso, Milei también se refirió al segundo mito que cree necesario desmentir: que la libertad económica es perjudicial para el desarrollo industrial, argumentando que “lo único pernicioso es tener un Estado elefantiásico montado a sus espaldas”. Subrayó que su administración está decidida a reducir el tamaño del Estado para mejorar la competitividad de todos los sectores productivos, afirmando que “la mejor política industrial es tener una buena política fiscal y monetaria, terminar con la inflación, recuperar el cálculo económico y devolverles a los argentinos los dones de la estabilidad".
El presidente destacó la importancia de que al conjunto de la sociedad le vaya bien para que la industria pueda prosperar de manera sostenible. “En definitiva, a ningún sector le puede ir bien si al conjunto de la sociedad le va mal, salvo a la casta política”, sentenció, mientras se comprometía a desarmar los obstáculos que impiden el crecimiento económico y que considera creados por una burocracia excesiva y regulaciones laborales anticuadas que, en su opinión, perjudican más que benefician a los trabajadores.
Durante su intervención, Milei también resaltó las reformas que su gobierno está implementando para reducir el costo argentino, mencionando la eliminación de trabas burocráticas en sectores como la importación de acero, aluminio y otros materiales de construcción. Además, informó que se están simplificando los trámites de exportación y eliminando controles discrecionales, como el sistema SIRA, que según él, era explotado por la gestión anterior para cobrar coimas a importadores.
El presidente también anunció que en diciembre se eliminará el impuesto PAIS, que desde hoy fue rebajado al 7,5%, calificándolo como una medida "necesaria para impulsar una baja en los precios de los productos importados y aliviar la carga tributaria sobre la economía". Explicó que este impuesto, originalmente creado como una medida temporal, fue prorrogado repetidamente por administraciones anteriores, convirtiéndose en una carga permanente para los argentinos. Milei aseguró que, bajo su gestión, se priorizará la reducción de impuestos y la simplificación tributaria, en línea con su compromiso de achicar el Estado para agrandar el bolsillo de los ciudadanos.
Otro punto destacado por Milei fue la importancia de la estabilidad para el crecimiento y el valor de las empresas. Explicó que “si el valor de una compañía se mide de acuerdo al valor presente de los flujos futuros de esa empresa, la estabilidad es condición sine qua non para que su empresa valga algo. No hay valor sin estabilidad, no hay ganancia sin estabilidad, no hay crecimiento sin estabilidad”.
Además, defendió las políticas de su administración orientadas a reducir el déficit fiscal y la inflación, al tiempo que criticó a aquellos que, en su opinión, promovieron una sobreprotección de la industria a costa de sectores como el agropecuario. En su crítica, destacó que “quitarles a unos para darles a otros no es una política económica, es un robo que destruye la economía a largo plazo”.
El presidente también se refirió a la situación del sector financiero, mencionando que la reducción del riesgo país ha sido posible gracias a la labor del equipo económico liderado por Caputo, Bausili y Quirno. Subrayó que “ese mismo riesgo país sube cada vez que los degenerados fiscales del Congreso pasan leyes impagables sin decir de dónde quieren sacar la plata”.
Finalmente, Milei hizo un llamado a la innovación y la competencia dentro del sector industrial, afirmando que “con el aumento en competitividad que traerán las reformas profundas que estamos emprendiendo, va a haber un boom industrial genuino que todavía no podemos ni siquiera imaginar”. Enfatizó que el cambio puede ser difícil para algunos, pero que es necesario para que la Argentina pueda competir de igual a igual con los mejores en el ámbito internacional.
El discurso del presidente concluyó con un mensaje alentador hacia el sector privado, asegurándoles que en él encontrarán un aliado dispuesto a remover todos los obstáculos en el camino hacia un país más libre y competitivo, donde los frutos del trabajo puedan ser plenamente disfrutados por quienes los generan.