El gobierno de Javier Milei logró diferir el primer dato negativo del Sector Público Nacional, trasladando el déficit financiero de junio a julio debido al pago de cupones de bonos en "hard dollar" que vencieron el mes pasado. El ministro de Economía, Luis Caputo, informó a los agentes de liquidación y compensación (ALyCs) durante una reunión esta semana que se trató de un evento puntual, según fuentes del mercado confirmaron a Ámbito. Sin embargo, esta situación marca un cambio significativo en la economía del sector público.
El Gobierno sorprendió con un superávit financiero en junio, un mes estacionalmente deficitario debido al pago de aguinaldos y otras obligaciones, similar a diciembre. Pero, con el alto volumen de pagos de la deuda durante julio, el resultado financiero volvió transitoriamente al rojo por primera vez en la era Milei. Caputo decidió prevenir antes que curar, compartiendo la información con anticipación para preparar el terreno ante el mercado.
El sostenimiento de lo que se conoce como “ancla fiscal” es crítico para el plan del gobierno, demostrando su compromiso con la disciplina presupuestaria y evitando la necesidad de emitir moneda para cubrir déficits estatales. Sin embargo, a pesar de que Caputo atribuyó el problema al pago de bonos en dólares, se anticipan nuevas presiones de gasto hasta fin de año. La Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC) reportó que en junio el Gobierno postergó pagos por $1,4 billones, acumulando un stock de erogaciones pendientes de $2,68 billones.
El Monitor de la Deuda Flotante del Poder Legislativo indica que en mayo se devengó deuda por $939.193 millones, sumándose a $263.886 millones de ejercicios anteriores. En junio, cuando Caputo reportó un superávit fiscal de $238.000 millones, se postergaron pagos adicionales por $2,43 billones y quedaron impagos $249.126 millones de ejercicios anteriores, totalizando $2,68 billones en deuda flotante. Según la OPC, este nivel de deuda es el más alto desde 2013 en términos nominales.
Pagos de deuda en julio, expectativas para agosto y la relación con el FMI
En julio, los pagos de la deuda ascendieron a casi USD 3.000 millones, interrumpiendo la senda del balance positivo del Tesoro. Aun así, agosto también presenta desafíos, aunque el Banco Central espera ingresos por USD 1.200 millones comprometidos por organismos internacionales y una posible reversión de la cuenta energética que podría ofrecer USD 400 millones adicionales al mercado cambiario. “En los próximos días las reservas se verán afectadas también por el pago de intereses al FMI por unos USD 740 millones, compensados por el anuncio de la llegada de fondos frescos del BID”, detallaron en Aurum Valores.
El FMI no va a cuestionar al gobierno mientras la deuda flotante no supere el 10% de los gastos corrientes, actualmente alrededor del 6%. Si no se hubieran postergado los pagos, el resultado fiscal de junio habría sido deficitario. Actualmente, el Gobierno tiene una deuda de $2 billones en la administración central, $271.000 millones en organismos de seguridad social y $366.000 millones en organismos descentralizados.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) prevé que el ajuste del gasto podría reducirse al 20% en el segundo semestre, desde el 30% del primero, manteniendo un equilibrio suponiendo una caída del PBI del 3,5% y pagos de deuda similares a los de 2023. Para mantener un superávit del 0,4% del PBI, el recorte debería ser del 26% entre julio y diciembre. Esto sugiere que el gobierno tiene margen para relajar levemente la presión sobre el recorte del gasto y cumplir de todos modos con la consigna del superávit.
En definitiva, el gobierno de Javier Milei enfrenta el desafío de mantener la disciplina fiscal mientras maneja las presiones del mercado y la deuda. La estrategia de comunicación anticipada de Luis Caputo y la gestión cuidadosa de los pagos de deuda serán clave para navegar estos tiempos financieros turbulentos.