Las transferencias en dólares dentro del sistema financiero corporativo argentino muestran señales de cambio estructural. Si bien esto se observa en varios aspectos, como las transferencias entre cuentas propias y pagos a terceros, hay uno que llama particularmente la atención: el pago de sueldos.
Según cuentan desde Interbanking, red que conecta al 85% de las grandes empresas del país y por donde circula el 92% de la recaudación anual de ARCA, durante el primer trimestre de 2025 los pagos de sueldos en moneda extranjera pasaron de apenas 50 operaciones en igual período de 2024 a más de 5.000. Se trata de un salto exponencial que refleja la búsqueda de esquemas de compensación más competitivos en sectores estratégicos.
“Observamos que esta evolución se da en sectores con exposición internacional o fuerte competencia por talento estratégico, como tecnología, servicios profesionales, economía del conocimiento o energía. También responde a una mayor confianza en la operatoria digital en dólares, que comenzó a funcionar en febrero de 2024, pero que creció a partir de septiembre y ya muestra señales de adopción sostenida”, destacan desde la compañía.
Las transferencias en dólares
En esa línea, vale remarcar que las transferencias en dólares de sueldos, ARCA y B2B comenzaron a cursarse en septiembre de 2024. Estas permiten a las empresas realizar pagos interbancarios con trazabilidad, control y cumplimiento normativo. Además, los servicios de conciliación, automatización de pagos, validación de cuentas y reporting avanzado facilitan una gestión eficiente de nóminas dolarizadas, en línea con los requerimientos de auditoría y compliance corporativo.
“Aunque las transferencias en dólares aún representan un porcentaje menor del total de operaciones (0,5%), creemos que su participación irá en aumento, especialmente en pagos B2B y sueldos. La tendencia es clara: mayor volumen, más actores y una digitalización cada vez más profunda del ecosistema financiero empresarial”, indican en Interbanking.
El dólar también gana terreno en las cuentas bancarias
El avance del bimonetarismo no solo se refleja en la operatoria de las empresas, sino también en la vida financiera de millones de argentinos. A fines de 2024, eran 18,9 millones las personas con cuentas activas tanto en pesos como en moneda extranjera, un crecimiento del 17,8% respecto al año anterior, según datos oficiales.
Este fenómeno, que comenzó como una estrategia de resguardo frente a la inflación, fue consolidándose como una práctica cotidiana. Las cuentas en dólares dejaron de ser solo un instrumento de ahorro para convertirse en un medio de pago, apalancadas por la habilitación de herramientas como los pagos con tarjetas de débito, QR y transferencias DEBIN en divisas.
El uso de estas cuentas también se vio impulsado por los viajes al exterior y la búsqueda de evitar la carga tributaria de las tarjetas de crédito, especialmente antes de la reciente liberación del cepo cambiario. Desde los bancos privados confirman que la demanda de apertura de cuentas en dólares se intensificó en las primeras semanas tras esa medida.
En paralelo, el uso de canales digitales y la interoperabilidad entre bancos y billeteras continúa en alza. El 51% de la población adulta ya posee cuentas en moneda extranjera, y el 69% combina cuentas en entidades financieras con servicios de pago, en un entorno de creciente digitalización y menor uso del efectivo.
Depósitos en dólares para generar rendimientos
En este escenario, donde la dolarización aumenta, hay mayor competencia entre bancos por captar depósitos en la moneda estadounidense. Por ese motivo, en las últimas semanas los plazos fijos en dólares volvieron a ganar protagonismo entre los ahorristas argentinos. A fines de mayo, el stock total de colocaciones a plazo en moneda extranjera superó los US$ 5.000 millones, con un aumento de más de US$ 700 millones en solo un mes.
Este repunte marca un giro relevante: en un país donde históricamente primó la preferencia por la liquidez, hoy los inversores comienzan a mostrar una mayor disposición a inmovilizar sus dólares, alentados por tasas más atractivas y una renovada confianza en la estabilidad del sistema.
Las entidades financieras ajustaron sus estrategias y salieron a competir. Supervielle ofrece hasta 5,5% anual por depósitos a un año, Banco Macro llega al 5,15% y el Nación paga hasta 5% para operaciones digitales. También BBVA y Comafi mejoraron sus tasas, alcanzando hasta 4,5% en plazos de 365 días.
Si bien estos rendimientos siguen por debajo de alternativas internacionales, resultan competitivos dentro del escaso menú de inversión en dólares disponible localmente. El movimiento fue liderado por grandes inversores, más sensibles al costo de oportunidad de tener sus fondos inactivos: en mayo, los depósitos mayoristas crecieron 17%, mientras que los minoristas apenas lo hicieron en un 7%.
Aunque todavía lejos del récord de 2019, cuando el stock superaba los US$ 7.400 millones, el avance reciente sugiere una mejora en las expectativas. Desde el sector privado creen que, si se mantienen las tasas actuales y no hay sobresaltos políticos o cambiarios, los depósitos a plazo seguirán ganando espacio como alternativa de ahorro e inversión en dólares.