21 de noviembre 2024 - 15:53hs

Un informe reciente elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), reveló que el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) en Argentina experimentó una caída acumulada del 28% en términos reales entre noviembre de 2023 y octubre de 2024. Este dato, que refleja una marcada pérdida del poder adquisitivo, ubica al salario mínimo en un valor inferior al registrado en 2001, antes de la crisis que marcó el colapso de la convertibilidad.

El informe, titulado “Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones”, señala que esta tendencia se agrava cuando se la compara con el máximo histórico alcanzado en septiembre de 2011. Desde entonces, el salario mínimo acumula una erosión cercana al 60%.

Roxana Maurizio, coordinadora del informe y especialista en economía laboral, explicó que “este deterioro del salario mínimo es reflejo de un proceso inflacionario acelerado que afecta especialmente a los trabajadores más vulnerables”. Por su parte, Luis Beccaria, coautor del estudio, agregó que “el nivel actual del SMVM compromete la calidad de vida de millones de personas y pone de manifiesto la necesidad de medidas estructurales para revertir esta situación”.

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El análisis detalla que, durante el último año, el SMVM atravesó momentos de fuerte caída, seguidos por períodos de estabilización parcial. En diciembre de 2023, por ejemplo, se registró una contracción del 15%, seguida por una nueva caída del 17% en enero de 2024. Aunque los meses siguientes mostraron cierta estabilidad, en junio se produjo una nueva contracción del 4,4%, y entre agosto y octubre el salario mínimo volvió a caer, acumulando una pérdida adicional del 1,3% en términos reales.

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Dinámica del empleo asalariado formal

Además de analizar la evolución del salario mínimo, el informe del IIEP aborda las tendencias del empleo asalariado formal, que también se encuentra en niveles críticos. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en agosto de 2024 había 10.124.000 trabajadores registrados en el sistema de seguridad social, una cifra que incluye tanto al sector privado como al público y al empleo en casas particulares. Esta cantidad refleja una disminución acumulada del 2,2% desde octubre de 2023, equivalente a una pérdida de 223.000 puestos de trabajo formales.

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El informe destaca que la contracción del empleo asalariado formal comenzó en octubre de 2023 y alcanzó su punto más crítico entre diciembre de ese año y enero de 2024, cuando se perdieron aproximadamente 74.000 empleos (-0,7%). Aunque las caídas mensuales posteriores fueron menos pronunciadas, la tendencia negativa continuó hasta julio.

En el sector público, las pérdidas acumuladas durante este período alcanzaron los 52.000 puestos, lo que representa una contracción del 1% en comparación con diciembre de 2023. Por su parte, el sector privado mostró una leve mejoría en agosto de 2024, cuando se crearon 4.000 nuevos empleos (+0,06%), interrumpiendo una racha de once meses consecutivos de caídas.

Sin embargo, Luis Beccaria advirtió que esta recuperación es “insuficiente para compensar las pérdidas previas, ya que el empleo asalariado formal se mantiene en niveles similares a los de 2022, muy por debajo de los valores observados durante la última década”.

Salarios y desigualdad: un panorama crítico

El informe también analiza la evolución de las remuneraciones promedio de los trabajadores formales. En septiembre de 2024, el poder adquisitivo promedio era un 1,5% inferior al registrado en noviembre de 2023, según datos del Índice de Salarios del INDEC.

En términos nominales, la remuneración promedio de los asalariados formales del sector privado fue de $1.246.753 en agosto, mientras que la mediana se ubicó en $968.227. A pesar de algunos incrementos observados en junio (+4%) y julio (+2,8%), los salarios reales volvieron a caer en agosto (-2,5%) y septiembre (-1%), acumulando una pérdida total del 3% en comparación con noviembre del año pasado.

Este deterioro salarial es aún más evidente si se analiza la serie histórica: desde el pico alcanzado en mayo de 2013, el poder adquisitivo de los salarios formales cayó un 20%. Según Roxana Maurizio, esta caída tiene un impacto directo en la desigualdad: “La pérdida del poder de compra afecta principalmente a los trabajadores de menores ingresos, lo que agrava las brechas sociales existentes”.

Recuperación heterogénea en sectores y regiones

El informe del IIEP también destaca diferencias significativas en la evolución del empleo formal según sectores de actividad y regiones del país. Durante agosto de 2024, sectores como la construcción (+0,3%), el comercio (+0,3%) y la industria manufacturera (sin cambios) mostraron signos de recuperación, mientras que áreas como el suministro de electricidad, agua y energía (-0,4%) y los servicios personales (-0,2%) continuaron registrando contracciones.

En términos geográficos, las provincias con mayor crecimiento del empleo formal fueron La Rioja (+1%), Corrientes (+0,7%) y Neuquén (+0,6%), mientras que Jujuy (-0,5%) y San Luis (-0,5%) encabezaron las caídas. En contraste, grandes distritos como Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no mostraron variaciones significativas.

Luis Beccaria destacó que esta recuperación desigual refleja “la heterogeneidad del mercado laboral argentino, donde algunos sectores y regiones muestran mayor capacidad de adaptación frente a las crisis económicas”.

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