El panorama económico de Argentina en 2024 presenta un escenario dual. Por un lado, los salarios reales del empleo asalariado registrado privado han mostrado una notable recuperación, alcanzando casi los niveles previos a la devaluación de diciembre de 2023. Sin embargo, esta mejora salarial contrasta con un mercado laboral que apenas ha comenzado a frenar una tendencia negativa de diez meses consecutivos de caída en el empleo formal, según los informes más recientes del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), ambos publicados por la Secretaría de Trabajo.
El salario real promedio del empleo asalariado registrado privado creció un 2% en julio de 2024 en comparación con el mes anterior, lo que permitió una recuperación acumulada del 12,6% en los primeros siete meses del año. Esto implicó compensar gran parte de la pérdida de poder adquisitivo provocada por la devaluación de la moneda en diciembre de 2023, cuando los salarios habían caído un 11,4%. En julio, el salario medio real se encontraba solo un 0,3% por debajo de los niveles de noviembre de 2023, justo antes del impacto de la depreciación.
"En julio de 2024, el promedio de los salarios reales del empleo asalariado registrado privado mantuvo la tendencia creciente verificada desde abril, consiguiendo así recuperar casi la totalidad del poder adquisitivo perdido desde diciembre de 2023", informó la Secretaría de Trabajo, destacando la desaceleración de la inflación y la efectividad de la negociación colectiva como factores clave para este avance.
A pesar de esta recuperación salarial, la situación del empleo en Argentina continúa siendo motivo de preocupación. Entre septiembre de 2023 y junio de 2024, el empleo asalariado registrado privado cayó de manera sostenida durante diez meses consecutivos, acumulando una pérdida del 2,6% en ese período. Esto significó la eliminación de aproximadamente 136.000 puestos de trabajo en el sector privado formal.
El informe de la Secretaría de Trabajo subrayó que en junio de 2024, la cantidad de asalariados privados registrados se redujo en un 0,2%, marcando una aceleración en el ritmo de destrucción de empleos en comparación con el mes anterior, que había registrado una caída del 0,1%. Sin embargo, en julio de 2024, los datos mostraron un cambio importante: por primera vez en diez meses, la caída se frenó y el empleo privado registrado mantuvo su nivel en comparación con el mes anterior.
"Con este comportamiento, de acuerdo a la información de la EIL, se verifica el primer mes sin caída neta del empleo registrado del sector privado, luego de siete meses consecutivos de contracción", informó la Secretaría. Esta estabilización, aunque aún incipiente, trajo un respiro a una economía que venía sufriendo pérdidas significativas en su mercado laboral.
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Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, señaló que "esta fase de destrucción de empleo viene más intensa que las anteriores. La de fines de 2015 y principios de 2016 duró nueve meses, con una caída del 1,5%, y la iniciada en 2018 acumuló un retroceso del 2,1% en diez meses. Ahora llevamos un 2,6% de destrucción de empleo en el mismo período".
El informe del SIPA detalló que, en la comparación interanual, los asalariados privados registrados decrecieron un 2,5% entre junio de 2023 y junio de 2024. Además, las provincias más afectadas fueron La Rioja (-1,9%), Formosa (-1,5%), San Juan (-1%), San Luis (-0,7%), Misiones (-0,6%) y Jujuy (-0,6%).
Sectores más golpeados y leves recuperaciones
El sector de la construcción fue uno de los más afectados por la caída del empleo, acumulando una pérdida del 21% en los últimos meses, lo que se traduce en 100.000 trabajadores menos. Las industrias manufactureras también registraron una baja del 2,3%, mientras que el sector inmobiliario, empresarial y de alquiler perdió un 2,2%. No obstante, en julio de 2024, la construcción experimentó una leve recuperación del 0,4% en su nivel de empleo, poniendo fin a once meses consecutivos de caídas. Este repunte en la construcción fue uno de los principales factores detrás del freno en la destrucción de empleos en el sector privado registrado.
Por su parte, la industria manufacturera mantuvo estable su nivel de empleo en julio después de ocho meses de caídas, mientras que el comercio, los restaurantes y los hoteles mostraron una leve mejoría con un aumento del 0,3% en el empleo, tras varios meses de ajuste.
A nivel empresarial, el comportamiento fue dispar: mientras que las empresas pequeñas y medianas lograron frenar la caída, e incluso algunas medianas mostraron aumentos del 0,4% en sus dotaciones de personal, las grandes empresas con más de 200 empleados continuaron con valores negativos, registrando una disminución del 0,2% en julio en comparación con el mes anterior.
El impacto de los convenios colectivos y la recuperación heterogénea
El incremento en los salarios registrados privados fue impulsado, en gran parte, por la dinámica de la negociación colectiva. Los convenios colectivos de trabajo desempeñaron un papel crucial, con 16 de los 27 principales acuerdos salariales logrando incrementos que compensaron o superaron la inflación en los primeros siete meses de 2024. Estos convenios representaron un crecimiento promedio del 9,6% en términos reales. Sin embargo, esta recuperación no fue uniforme: mientras en estos 16 convenios el salario real creció un 4,4% entre noviembre de 2023 y julio de 2024, en los 11 convenios restantes la media de los salarios cayó un 8,6% durante el mismo período.
Este proceso de recuperación salarial es el más rápido de los registrados en las últimas devaluaciones argentinas, superando a las fases de depreciación de 2015 y 2018, en las que nunca se logró recuperar el poder adquisitivo previo. En la devaluación de 2014, la recuperación del salario real tardó 17 meses en alcanzarse, en contraste con los siete meses actuales. Esto, según los expertos, se debe a la combinación de una inflación desacelerada y una negociación colectiva efectiva.
Monotributistas y trabajo doméstico: una realidad distinta
El informe del SIPA también reveló que, aunque el empleo asalariado registrado privado mostró signos de estabilización, otras modalidades laborales presentaron comportamientos diferentes. Los monotributistas, una forma de trabajo más precarizada, registraron un aumento del 1,9% en junio de 2024 y un 11,1% en los últimos doce meses. Esta tendencia refleja el crecimiento del empleo autónomo en medio de la contracción del empleo asalariado formal.
Asimismo, las trabajadoras de casas particulares experimentaron un leve incremento del 0,3% en junio de 2024, tras haber acumulado una contracción del 2,9% entre octubre de 2023 y mayo de 2024. Este aumento es el primero desde octubre de 2023, lo que sugiere una recuperación gradual en este sector, que históricamente ha estado más expuesto a la precariedad laboral.