El índice de pobreza en Argentina llegó al 52,9% en el primer semestre de 2024, según los datos relevados por el INDEC. En una entrevista radial con el periodista Gustavo Noriega en el programa Majul 107.9, el economista Leopoldo Tornarolli, investigador del CEDLAS (Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales) de la Universidad Nacional de La Plata, analizó las causas detrás de este número y ofreció su perspectiva sobre la evolución de la pobreza en el corto y mediano plazo.
Tornarolli explicó que, aunque la pobreza había sido pronosticada al alza, el impacto final fue mayor de lo esperado debido a varios factores económicos que se sumaron a la inestabilidad que siguió a las elecciones presidenciales de 2023. El economista detalló que ya se anticipaba un incremento de la pobreza, independientemente del resultado electoral, debido a los ajustes necesarios luego de un período de alto gasto público. "Sabíamos que la fiesta electoral, entre comillas, del año pasado iba a necesitar ajustarse, y que, ganara quien ganara en diciembre, la pobreza iba a aumentar", afirmó.
Embed - "El índice de pobreza de ayer demostró que hubo una pequeña recuperación" - Leo Tornarolli
Uno de los principales factores que impulsó el aumento de la pobreza fue el fuerte impacto de la inflación y la devaluación ocurrida a principios de 2024, que afectó significativamente el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. Tornarolli destacó que en el primer trimestre del año la pobreza alcanzó aproximadamente el 55%.
Otro elemento importante en el análisis fue el empleo informal. Según Tornarolli, aunque las transferencias sociales, como la Tarjeta Alimentar, lograron mejorar su poder adquisitivo durante este período, no fueron suficientes para compensar la pérdida de ingresos en el empleo no registrado, que sigue siendo la principal fuente de sustento para los sectores más vulnerables. "Para los sectores de menores ingresos, la principal fuente de ingreso sigue siendo el mercado laboral, sobre todo el empleo no registrado, que perdió muy fuerte frente a la inflación", subrayó.
El economista también mencionó que las medidas salariales, como las paritarias de los trabajadores registrados, tuvieron un papel clave en evitar que el índice de pobreza fuera aún mayor. Tornarolli señaló que en marzo y abril se dieron ajustes salariales que permitieron una leve recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores formales, lo que a su vez ayudó a reducir la pobreza en el segundo trimestre en comparación con el primero. "Hubo una pequeña recuperación entre trimestres, y esto tiene que ver con los ajustes salariales que se dieron principalmente en marzo y abril", explicó.
Perspectivas para lo que queda de 2024
De cara al cierre del año, Tornarolli sostuvo que la pobreza podría mostrar una leve disminución en los próximos meses, principalmente debido a la desaceleración de la inflación. "Yo creo que van a bajar un poco más, bajar un par de puntos más la pobreza en lo que resta del año", afirmó el economista. Sin embargo, advirtió que la mejora será limitada y que para lograr una reducción sostenida de la pobreza será necesario que la economía crezca de manera más robusta. “Cuando logramos desacelerar la inflación, tenemos unos puntos de mejora, pero a partir de ahí es inevitable que se necesite crecimiento para reducirla de manera más significativa", apuntó.
A pesar de esta posible mejora, Tornarolli fue categórico al señalar que 2024 terminará con un índice de pobreza más alto que el registrado en 2023. “El año va a terminar con un valor de pobreza bastante más alto que el año pasado", advirtió, subrayando que el contexto económico actual no permite esperar una recuperación completa en el corto plazo.
Otro dato relevante del informe del INDEC fue el índice de indigencia, que alcanzó el 8% en el primer semestre de 2024, una cifra que sorprendió a Tornarolli. "El número que más me sorprendió fue el de la indigencia, sobre todo porque la Tarjeta Alimentar había crecido en poder adquisitivo", comentó.
Tornarolli sugirió que podría haber una cuestión estadística detrás de esta cifra, ya que la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) —la herramienta utilizada por el INDEC para medir la pobreza e indigencia— no siempre captura de manera precisa el impacto de las transferencias estatales, como la Tarjeta Alimentar. "La EPH capta más fielmente la evolución de los ingresos laborales que de otras fuentes de ingreso, y la Tarjeta Alimentar nunca ha sido muy bien captada en la encuesta", aclaró el economista.