3 de octubre 2025 - 15:57hs

José Luis Espert está en el centro de una investigación judicial que incomoda su presente político. El juez federal Marcelo Martínez De Giorgi y la fiscal Alejandra Mangano analizan si en la campaña presidencial de 2019 se utilizaron aviones privados vinculados al empresario Federico “Fred” Machado -detenido en la Argentina con pedido de extradición de Estados Unidos por presunto lavado ligado al narcotráfico– bajo sospecha por supuesto lavado de dinero.

Como informó Revista Quórum, en un descargo que presentó en Comodoro Py el 13 de marzo pasado, el actual diputado de La Libertad Avanza intentó despejar toda responsabilidad: “En ningún caso participé a título personal en su contratación, e incluso ignoraba por completo que pertenecían a Machado. Veo incluso en la causa que se encuentran registrados a nombre de diversas sociedades”, escribió sobre los aviones.

“No es mi intención discurrir en la tipicidad del delito de lavado de dinero y, lo más relevante, es que como aseguro no conocía la actividad de Machado, no puedo dejar de señalar que, en rigor de verdad, la utilización de una aeronave de una persona supuestamente vinculada a hechos delictivos no equivale a introducir en el circuito legal dinero o bienes originados en un delito previo”, expresó Espert en marzo.

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El economista recordó que en 2019 compitió como postulante “extra partidario” en el sello UNITE. “Mi función fue, exclusivamente, realizar actos eleccionarios en la ciudad de Buenos Aires y en el interior del país y exponer mi proyecto político en los medios de comunicación”, dijo.

Y añadió: “No participé, en absoluto, en lo vinculado con los fondos y gastos de la campaña electoral, de lo cual se encargaron las autoridades del partido político, de acuerdo a la ley electoral. Ignoro por completo todo lo vinculado a la aplicación de los fondos recibidos, las contrataciones y las rendiciones de gastos realizadas por el apoderado luego del acto eleccionario”.

Un vuelo y un agradecimiento público

El punto sensible es el vínculo con Machado. Espert reconoció en ese escrito un solo viaje: el 18 de abril de 2019, cuando voló a Viedma para presentar su libro La sociedad cómplice.

Pero informes incorporados a la investigación dan cuenta de que habría otros cuatro vuelos que ambos compartieron, siempre en aviones del empresario detenido.

Sobre Machado, Espert consignó en ese escrito de descargo que lo conoció “circunstancialmente en un evento social”. “Me fue presentado como un empresario de bajo perfil, pero de reconocida trayectoria. Me ofreció viajar en un avión privado al evento. Acepté y, de hecho, como surge de las grabaciones que documentan el acto, le agradecí públicamente la colaboración”.

El economista aseguró que en ese momento no conocía ni podía sospechar que Machado estuviese involucrado en “graves delitos”. «Jamás me imaginé su vínculo con actividades de narcotráfico; de haberlo sabido nunca habría aceptado viajar con él a Viedma”, le dijo al juez en marzo pasado.

Espert insistió en marzo con el sobreseimiento, sin éxito. “No tomé ninguna decisión, ni fui siquiera informado, ni realicé ninguna acción vinculada con los hechos adjudicados. Mi única actuación, como candidato extra partidario, fue viajar en los aviones, cuya titularidad registral desconocía, y menos aún que supuestamente pertenecían a una persona acusada de graves delitos”.

En ningún punto del descargo hace alusión a la transferencia de 200.000 dólares que se detectó en la Justicia de Estados Unidos proveniente de una empresa minera que se vincula a la investigación y que ayer en un descargo público, Espert atribuyó a un contrato privado por servicios profesionales.

La causa judicial

En el expediente, un piloto declaró como testigo que en 2019 voló “dos o tres veces” el avión N28FM de Med Aviation, empresa vinculada a Machado, y que en al menos uno de esos vuelos trasladó a Espert. “Me llamaba alguien del entorno de Espert, me decía cómo era el itinerario y el listado de pasajeros. No me acuerdo el nombre, pero era una mujer, una secretaria o algo de Espert y me pasaba los vuelos ella”, explicó.

Otro piloto explicó que fue gerente de operaciones de Med Aviation hasta 2019 y que conocía a Machado desde hacía años. Sobre la flota, precisó: “El segundo avión era un Beechcraft King Air B-200 para 7/8 pasajeros, 500 km/h. Un excelente avión para taxi aéreo”.

El juez Martínez De Giorgi deberá definir si la utilización de aeronaves ligadas a Machado fue un aporte encubierto de campaña, como señalan los denunciantes, o si se trató de un hecho sin consecuencias penales.

Mientras tanto, Espert se defiende con un argumento central: que fue apenas un candidato “prestado” por un partido sin estructura, que aceptó un vuelo privado a un acto en Viedma y que no tenía -según sus palabras- “ni conocimiento efectivo ni potencial” de estar subido a un avión que podía convertirse en un problema judicial años después.

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