El ex presidente Alberto Fernández presentó esta semana una declaración, hecha ante un escribano público, de una testigo secreta, cuyo nombre sería Teresa, y que habría trabajado en el departamento de Puerto Madero donde Fernández vivía antes de asumir, y luego en Olivos, a donde se instaló cuando asumió la presidencia junto a Fabiola Yáñez. La "testigo A", como se la conoce, habría apoyado la defensa del ex presidente ante las acusaciones por violencia de género presentadas por su ex, afirmado que Yáñez tenía problemas severos con el alcohol, y que en varias oportunidades ella la habría asistido ante golpes y caídas, por el estado en el que se encontraba.
"Le salían los golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol", habría declarado la mujer, quien además contó que "un día Yáñez se había quedado hasta muy tarde con sus amistades y cuando la fui a buscar la encontré tirada en el piso en el medio de las plantas en la zona de la pileta". Según la testigo A, "cada vez que [Yáñez] se reunía con sus amigas terminaba tomando demasiado".
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Vista aérea de la residencia presidencial de Olivos y sus principales construcciones
Una vez, en la residencia de Chapadmalal, la ex primera dama "tomó alcohol hasta el amanecer con su hermana Tamara y en un momento de la madrugada bajó en estado de ebriedad adonde yo me encontraba cuidando al niño para llevarlo con ella. Sube al primer piso quedando sola con el bebé y se le cae". En ese ocasión, el pequeño no habría tenido otra consecuencia que un chichón.
"Yo me ocupaba de limpiar y ocultar todas las bebidas y vasos para que el Doctor Fernández no se enterara”, contó la mujer, y añadió que Yáñez guardaba el alcohol bajo llave en la casa de huéspedes, donde había un armario en el vestidor. El peluquero se lo llevaba a escondidas. "También su amiga Sofía ingresaba bolsos con bebida alcohólica", dijo, y añadió que la primera dama también tomaba Rivotril y Clonazepan, que ella se encargaba de proveerle.
El testimonio fue publicado por el periodista Horacio Verbitsky en su blog El Cohete a la Luna, donde recoge los argumentos presentados por Fernández. Según Verbitsky, Yáñez sostiene que los moretones visibles en su rostro fueron causados por repetidas agresiones físicas por parte de Fernández, pero el ex presidente ha defendido consistentemente la versión de que esos hematomas fueron el resultado de un tratamiento estético con plasma rico en plaquetas (PRP), realizado por la cosmetóloga María Florencia Aguirre.
Aguirre le realizó una aplicación de plasma rico en plaquetas para reducir arrugas, ojeras y bolsas, según publicó el portal El Disenso. En el primer año de la presidencia de Fernández, Yáñez fue atendida 148 veces por distintos esteticistas, entre ellos Aguirre. El tratamiento que le habría aplicado a la ex primera dama consiste en la extracción de una pequeña cantidad de sangre del paciente, generalmente de un brazo; centrifugación de la sangre, para separar el plasma rico en plaquetas (PRP); preparación del plasma, mezclado con otros agentes activadores y aplicación en las áreas a tratar a través de microagujas. “La aparición de hematomas en la zona de la aplicación es una de las complicaciones posibles. El plasma rico en plaquetas no se recomienda en personas que toman anticoagulantes o con consumo excesivo de alcohol, que afecta la coagulación de la sangre, debilita los vasos sanguíneos y aumenta la probabilidad de moretones. El globo de masaje facial que se observa en la última foto entregada por la denunciante, es de uso habitual en tratamientos estéticos”, cuenta Verbitzky.
La planilla de control de ingreso a la Residencia Presidencial de Olivos de la cosmetóloga consigna que estuvo allí entre las 13:16 y las 16:00 del 19 de junio de 2021. Las fotos que Yáñez le envió a María Cantero son del 22 de junio.
Verbitsky cuenta que la cosmetóloga Aguirre será llamada a declarar el próximo 5 de septiembre y que enfrenta el riesgo de ser imputada por ejercicio ilegal de la medicina o falso testimonio.
El artículo también recoge el testimonio de la niñera de Francisco Fernández Yáñez, identificada como Testigo G, quien corroboró la versión del ex presidente, afirmando que los moretones en el rostro de Yáñez aparecieron tras someterse al tratamiento estético de PRP. Sin embargo, también acusó a Yáñez de negligencia en el cuidado del niño, llegando incluso a sostenerla cuando estaba "borracha".
Fernández, por su parte, ha presentado ante el tribunal veinte fichas médicas que documentan el tratamiento psiquiátrico que Yáñez siguió en 2016, mucho antes de iniciar su relación con él. Estas fichas, provenientes del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), fundado por el neurólogo Facundo Manes, contienen diagnósticos de trastorno de personalidad, bipolaridad y adicción al alcohol. El ex presidente busca con esta documentación demostrar que los problemas emocionales y de salud de Yáñez no son consecuencia de un supuesto maltrato, sino preexistentes.
"Su inestabilidad emocional y su alcoholismo son consecuencia del maltrato recibido y de la pérdida de un embarazo", ha contrarrestado Yáñez, subrayando que la raíz de su sufrimiento se encuentra en su relación con Fernández.