La reciente decisión de Hugo Moyano puede interpretarse como una rendición ante el nuevo poder de Javier Milei en la Casa Rosada, o más bien, como un gesto pragmático del sindicalista para mantenerse en sintonía con el Gobierno. Al igual que durante el kirchnerismo, Moyano aceptó la pauta salarial propuesta por el Ejecutivo, a pesar de que no coincide con la inflación registrada por el Indec.
Acuerdo paritario con un incremento del 1%
El acuerdo firmado por los camioneros establece un aumento salarial de 1% mensual entre marzo y mayo, una cifra considerablemente por debajo del 2,4% de inflación registrada en febrero. La demanda original del gremio había sido un aumento de entre el 8% y el 10% para los 190.000 afiliados.
El acuerdo final establece un 1,2% en marzo, un 1% en abril y otro 1% en mayo. Además, se pactó una suma no remunerativa de $13.240 en marzo, que se convertirá en remunerativa el mes siguiente. También se mantiene el aporte adicional de $17.000 por trabajador que los empresarios destinan a la obra social de los camioneros, una de las principales fuentes de poder del imperio moyanista.
El acuerdo se selló en la sede de la Secretaría de Trabajo de la Avenida Callao, con la participación de Moyano, autoridades del organismo que lidera Julio Cordero, y representantes de varias entidades empresariales, como la Federación Argentina de Entidades de Transporte y Logística (FAETYL) y la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (CATAC). Por parte de la Secretaría de Trabajo, asistieron las funcionarias Mara Mentoro, Claudia Testa y Silvia Suárez.
El paro general y la postura de Moyano
El acuerdo se da en un contexto de tensión con la CGT, que convocó a un paro general para el 10 de abril debido al malestar por los límites impuestos por el Gobierno en las paritarias. Moyano, sin embargo, sorprendió al aceptar una suba salarial del 1% mensual, una cifra ordenada por el ministro de Economía, Luis Caputo, como medida para evitar un aumento en los índices de inflación. Esta postura generó desacuerdos incluso dentro del Gobierno, ya que hubo fricciones entre el ministro Caputo y el secretario de Trabajo, quien actuó como mediador en las negociaciones.
El rechazo de la base gremial y las diferencias familiares
El acuerdo también encontró oposición dentro de las propias filas del gremio. Octavio Argüello, dirigente camionero y miembro del triunvirato de mando de la CGT, explicó que uno de los principales motivos del paro es el desacuerdo con los límites establecidos para las paritarias. Según Argüello, el Gobierno está restringiendo los aumentos salariales por debajo de la inflación, lo que genera malestar entre los trabajadores.
Por otro lado, Hugo Moyano también habría dejado incómodo a su hijo, Pablo Moyano, su número dos en el gremio. Pablo Moyano expresó en una entrevista que firmar paritarias con aumentos tan bajos es “una locura” y que no refleja la realidad que vive la mayoría del pueblo argentino. Esta declaración llegó después de que Pablo renunciara a la CGT el año pasado, mostrando las diferencias que existen entre ambos dentro del gremio.