Contexto
¿Cuál fue la postura de Villarruel respecto a los incidentes?
La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se manifestó sobre los incidentes ocurridos el miércoles frente al Congreso de la Nación durante la protesta de jubilados. Aunque expresó su solidaridad con todos los heridos, tanto manifestantes como efectivos de las fuerzas de seguridad, Villarruel marcó un claro distanciamiento respecto a la postura del presidente Javier Milei y de otros funcionarios del Gobierno. Mientras el Ejecutivo calificaba los disturbios como un intento de golpe de Estado, la vicepresidenta sostuvo que los enfrentamientos formaban parte de un ejercicio legítimo de la democracia.
En sus declaraciones, Villarruel reconoció la violencia de la manifestación, pero advirtió que la violencia no debe ser usada como medio para defender una causa o manifestarse en un sistema democrático. De acuerdo con sus palabras, la manifestación, a pesar de sus incidentes, debería entenderse en el marco de un derecho democrático.
¿Qué dijo sobre la actuación de la Justicia y los detenidos?
Villarruel también se refirió a la decisión judicial de liberar a los detenidos, una medida que causó controversia y fue ampliamente criticada por el gobierno. La jueza Karina Andrade, encargada de la causa, ordenó la liberación de los detenidos, entre ellos 14 manifestantes que fueron arrestados durante los disturbios. Esto fue motivo de críticas tanto por parte de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, como de Guillermo Francos, jefe de Gabinete, quienes consideraron que la ley no fue aplicada adecuadamente.
Villarruel, en este sentido, subrayó la necesidad de intervención de la Justicia ante situaciones de esta índole. Aunque solidaria con los heridos, defendió que quienes cometieron actos violentos deben ser juzgados conforme a la ley. Según la vicepresidenta, el uso de la violencia no debería ser legitimado bajo ninguna circunstancia, y subrayó que la democracia debe permitir la expresión de ideas sin recurrir a la agresión física.
¿Cómo se distingue Villarruel de otras voces del Gobierno?
La postura de Villarruel se aleja notablemente de las declaraciones de otros funcionarios del Gobierno, como el jefe de Gabinete Guillermo Francos, quien vinculó los incidentes con un intento de desestabilizar al Gobierno de Milei. Francos denunció que los disturbios fueron organizados por la oposición, acusando al kirchnerismo y sectores de izquierda de promover la violencia para desestabilizar la democracia. Esta visión se complementó con el relato del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien indicó que la protesta no fue un ejercicio de libertad de expresión, sino delincuencia organizada.
En contraposición, Villarruel hizo énfasis en la legitimidad del derecho de los ciudadanos a expresarse a través de manifestaciones, aunque siempre con la condición de que no se recurra a acciones violentas.
¿Qué dijo Villarruel sobre la violencia?
A pesar de sus diferencias con el enfoque del Ejecutivo, Villarruel fue tajante al recalcar que la violencia no es aceptable como herramienta para defender ninguna causa. En este sentido, expresó que la violencia en la protesta fue un aspecto lamentable de la movilización. Si bien defendió el derecho de manifestarse, subrayó que los métodos violentos son incompatibles con el ejercicio democrático.
¿Qué reacciones generaron sus declaraciones?
Las declaraciones de Villarruel generaron un fuerte debate en el ámbito político. Por un lado, sectores más cercanos al gobierno nacional criticaron su postura y defendieron el accionar de las fuerzas de seguridad, argumentando que el uso de la violencia por parte de los manifestantes requería una respuesta más contundente de la Justicia. En el otro extremo, algunos sectores opositores coincidieron con su mensaje de respeto a la democracia, aunque se mostraron más críticos con la actuación policial y judicial en torno a los hechos.
¿Cómo se desarrollaron los incidentes y cuál fue el saldo final?
Los incidentes en el Congreso fueron protagonizados por barras bravas y militantes políticos, quienes se sumaron a la marcha originalmente convocada por jubilados para reclamar mejoras en sus pensiones. Los barrabravas, en particular, fueron señalados como provocadores principales de los enfrentamientos con la policía. La protesta culminó con 124 detenidos y 46 heridos, entre ellos varios agentes de la policía y manifestantes. Uno de los heridos más graves fue el fotógrafo Pablo Grillo, quien sufrió un golpe en la cabeza por una cápsula de gas lacrimógeno y permanece internado en estado crítico.
El saldo de la jornada dejó claras las divisiones dentro del Gobierno, con Villarruel defendiendo el derecho a la protesta, pero sin justificar la violencia, mientras que otros funcionarios optaron por un enfoque más firme contra los responsables de los disturbios.
Cómo sigue
Las protestas seguramente continuarán en los próximos días, mientras la Justicia toma cartas en el asunto con la liberación de los detenidos y posibles sanciones a quienes incitaron la violencia. A nivel legislativo, la Ley antibarras impulsada por el Gobierno podría tener repercusiones importantes en el control de las barras bravas y el manejo de las movilizaciones políticas.
En términos políticos, la tensión sigue siendo elevada dentro del Gobierno, con Villarruel manteniendo su postura sobre el derecho a la protesta mientras se ajusta el enfoque de la seguridad pública y el trato judicial hacia los detenidos.