30 de diciembre 2024 - 21:38hs

El 30 de diciembre de 2004, minutos después de comenzar el recital de la banda Callejeros en el boliche República Cromañón, una bengala prendió fuego la media sombra en el techo del local en Once. La confusión, el humo tóxico y la falta de aire hicieron que miles de personas corrieran en busca de una salida. Sin embargo, las puertas de emergencia estaban cerradas con candados, lo que impidió que todos pudieran escapar a tiempo. El incendio causó la muerte de 194 personas y más de 1,400 heridos. Este año, en su vigésimo aniversario, se organizó un nuevo homenaje en el Obelisco, no solo para recordar a las víctimas, sino también para reforzar el compromiso con la seguridad en eventos públicos.

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Desde la tragedia, el Obelisco se ha convertido en el centro de los homenajes, desplazando al lugar donde se encontraba el boliche de Once. En 2021, al cumplirse 17 años, Patricio Fontanet, exlíder de Callejeros, participó en uno de estos actos junto con su banda Don Osvaldo. En los años posteriores, actividades artísticas y discursos siguieron siendo organizados por No Nos Cuenten Cromañón y otras agrupaciones, como Familias por la Vida. Estas organizaciones se encargan de preservar la memoria de las víctimas y promover reflexiones colectivas, convirtiendo cada acto en un espacio de reclamo y memoria activa.

Este lunes, día exacto del vigésimo aniversario de la tragedia, el acto comenzó a las 17 horas, cargado de simbolismo y emoción. En la intersección de Esmeralda y Suipacha, frente al escenario montado, miles de personas se reunieron. Javier, sobreviviente de la tragedia, abrió el acto con un discurso que combinó emoción y firmeza: “Pasaron 20 años, ¿y ahora qué? La respuesta está en seguir luchando para que esto no vuelva a pasar”. Sus palabras, llenas de dolor y resistencia, marcaron el tono del encuentro: un espacio para recordar, sanar y exigir justicia.

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La calle Diagonal Norte se llenó de remeras de Callejeros, Don Osvaldo y La Renga, junto con frases como “No olvidar, siempre resistir” y “El 30 de diciembre de 2004: me niego esta noche a olvidar”. Los colores vibrantes contrastaron con el ambiente solemne. Las mantas con recuerdos transformaron el lugar en un espacio de memoria colectiva, donde el dolor se mezcló con la cultura popular.

En su discurso, Javier reivindicó a los sobrevivientes como los verdaderos protagonistas de esa noche y de la lucha que siguió. “Cromañón es una cicatriz, pero no somos Cromañón. Somos los abrazos, las risas y el amor del que entró a buscar a otros como nosotros”, dijo. Sus palabras fueron acompañadas por la multitud, que coreó: “Los pibes de Cromañón presentes, ahora y siempre”.

Los organizadores aclararon desde el principio que no se trataba de un show, sino de un acto conmemorativo. Entre pancartas, banderas y abrazos, el público, de todas las edades y de distintos lugares del país, convirtió el Obelisco en un espacio para el recuerdo. La tragedia sigue siendo una herida abierta, y la jornada fue un acto de memoria colectiva.

El evento, organizado por la agrupación No Nos Cuenten Cromañón, incluyó presentaciones musicales en vivo, muestras fotográficas, actos interreligiosos y una marcha hacia el Santuario de Cromañón, en Bartolomé Mitre al 3000. A las 18 horas, se esperaba la participación de Pato Fontanet, quien con su banda Don Osvaldo cerró el acto. Tras una emotiva introducción, Fontanet interpretó temas de Callejeros, como “Invisible” y “9 de julio”, lo que desató una oleada de emoción entre los presentes.

Fontanet, quien fue uno de los protagonistas principales de la tragedia, fue condenado en 2015 a siete años de prisión por su responsabilidad en los hechos. Tras cumplir parte de su condena, obtuvo la libertad condicional en 2018 y retomó su carrera musical. Su presencia en el homenaje generó tanto expectativas como opiniones divididas entre los familiares y sobrevivientes.

Antes de interpretar “Prohibido”, Fontanet reflexionó sobre el significado del momento. Con emoción, dijo: “La música es lo que a muchos de nosotros nos salvó. Nos salvó la vida”. También advirtió sobre los desafíos y estigmas que enfrentan los sobrevivientes: “Nosotros somos los señalados, pero no nos olvidemos de los vivos que se enriquecieron con Cromañón en estos 20 años. No les demos más de comer a los que lucran con esto”.

La jornada continuó con conciertos y actividades artísticas, además de una misa interreligiosa y una “suelta de zapatillas” en Plaza de Mayo. La jornada culminó con una marcha hacia el Santuario de Cromañón, donde se celebró el acto de cierre.

A 20 años de la tragedia, el acto de este 30 de diciembre no solo buscó recordar lo sucedido, sino también generar conciencia sobre la seguridad en eventos públicos. Este año, la Legislatura porteña aprobó la Ley 6347, que garantiza asistencia económica vitalicia para los familiares y sobrevivientes. Sin embargo, las asociaciones siguen exigiendo justicia plena y el reconocimiento integral de todas las víctimas.

En el acto, se destacó la aprobación de la Ley de Reparación Integral Definitiva en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que permitió importantes avances, como la apertura del padrón para acceder al subsidio económico y al Plan de Atención en Salud Mental. Además, se mencionó la frustración por la falta de concreción de la expropiación del predio de República Cromañón, sancionada en 2022, para convertirlo en un espacio de memoria. Las reformas en la seguridad de los locales de entretenimiento también fueron destacadas, ya que incluyen auditorías regulares y medidas de seguridad mejoradas para prevenir tragedias similares en el futuro.

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