El periodista Jorge Lanata falleció este lunes a las 15:20 en el Hospital Italiano de Buenos Aires, tras seis meses y medio de internación debido a complicaciones severas de salud. Su partida a los 64 años marca el cierre de una vida dedicada al periodismo, en la que dejó una huella imborrable como fundador de Página/12 y conductor de programas como Periodismo Para Todos. Durante sus últimos meses, Lanata enfrentó un deterioro progresivo de su estado físico, acompañado siempre por su familia y un equipo médico que intentó estabilizarlo en repetidas ocasiones.
El pasado 14 de junio, Lanata ingresó al Hospital Italiano para un chequeo de rutina, pero lo que comenzó como una consulta preventiva derivó en una internación prolongada. A lo largo de más de medio año, enfrentó múltiples complicaciones que incluyeron isquemia intestinal, trombosis venosa profunda, infecciones recurrentes y complicaciones respiratorias. Estas afecciones obligaron a los médicos a intervenir quirúrgicamente en varias ocasiones y a mantenerlo en cuidados intensivos.
Una de las intervenciones más significativas ocurrió en septiembre, cuando los médicos debieron extirparle 70 centímetros de intestino debido a la isquemia. Aunque Lanata mostró cierta mejoría inicial tras esta operación, nuevas complicaciones no tardaron en aparecer, como fiebre recurrente y acumulación de líquidos en el abdomen. En diciembre, un parte médico difundido por su hija Bárbara Lanata señalaba que el periodista estaba afebril, hemodinámicamente estable y respiraba de manera espontánea durante el día, aunque continuaba requiriendo ventilación mecánica por las noches. Sin embargo, la gravedad de su estado impidió el traslado al Centro de Rehabilitación Santa Catalina, donde estaba previsto que comenzara un tratamiento motriz y fonoaudiológico.
Durante las últimas semanas, Lanata sufrió una hemorragia intestinal que inicialmente se atribuyó a hemorroides, pero que más tarde se confirmó como una úlcera sangrante. Este cuadro, junto con una falla multiorgánica, llevó al desenlace fatal en la tarde de este lunes.
Un entorno cercano siempre presente
A lo largo de esta prolongada internación, Lanata estuvo acompañado por su círculo íntimo. Su esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Bárbara y Lola, permanecieron a su lado durante los momentos más críticos. También formaron parte de este apoyo sus exesposas, Sarah Stewart Brown y Andrea Rodríguez, madres de sus hijas, quienes dejaron de lado cualquier diferencia para unirse en el cuidado del periodista.
Marcovecchio, con quien Lanata se casó en 2022, expresó en varias oportunidades su fe en una posible recuperación. “Siempre tengo fe. Una parte mía siempre dice ‘vamos a salir adelante’”, declaró días antes de Navidad. Relató también cómo la familia buscó mantener una atmósfera de cercanía y afecto durante las festividades, a pesar de las adversidades. En Nochebuena, compartió tiempo con su esposo en el hospital, incluso leyéndole fragmentos del libro Contra la verdad de Nietzsche, aunque admitió que a Lanata “le gusta más la poesía”.
La hija mayor del periodista, Bárbara, también ofreció actualizaciones sobre el estado de su padre. En una entrevista, explicó que Lanata alternaba entre momentos de lucidez y episodios de desorientación debido a su delicada condición. “Tiene un botón gástrico porque perdió la capacidad de deglución. Está con escaras, algo típico de las internaciones prolongadas, y le duele mucho la cara”, detalló.
El periodista también contó con el apoyo de amigos cercanos como Gabriel Levinas, quien lo visitó en Navidad para permitir que su familia pudiera pasar parte del día en casa. Levinas describió el ambiente como sobrio pero lleno de gestos de cariño, incluso por parte del equipo médico, al que elogió por su dedicación.
Un desenlace inevitable tras meses de lucha
Las últimas 72 horas de Lanata estuvieron marcadas por un agravamiento acelerado de su estado general. Tras una leve mejoría el jueves pasado, su situación empeoró el viernes, y los médicos lucharon por estabilizarlo ante una combinación de complicaciones, incluida una hemorragia intestinal y una falla multiorgánica. Aunque permaneció sedado durante sus últimas horas, su familia estuvo presente en todo momento, brindándole apoyo.
Lanata deja un legado único en el periodismo argentino. Fundador de Página/12, un diario que revolucionó el periodismo gráfico en los años 80, y conductor de programas televisivos como Periodismo Para Todos, que se convirtieron en referentes del periodismo de investigación, fue una figura que marcó la agenda y desató debates en todas las plataformas en las que trabajó.
Su muerte cierra un capítulo en la historia de los medios argentinos, pero su estilo, su valentía y su capacidad para cuestionar al poder seguirán siendo recordados por generaciones.
