La despedida del papa Francisco, que murió el lunes a los 88 años por un derrame cerebral, comenzó este martes con un velatorio en la capilla de su residencia en la Casa Santa Marta, solo para religiosos y colaboradores del Vaticano, tal como el jesuita argentino lo pidió.
Su cuero yace en un cajón de madera vestido con una casulla roja y mitra blanca, y tiene un rosario entre las manos. A su lado, dos guardias suizos lo custodian, y por allí circulan cardenales y colabores de la Santa Sede, bajo un silencio absoluto.
Esta fue la primera imagen de Francisco tras su fallecimiento y el inicio de un minucioso cronograma que seguirá en los próximos días hasta su entierro en la basílica Santa María La Mayor de la ciudad de Roma, elegida por el pontífice para su descanso final en una tumba "sencilla" con "un sepulcro en tierra", sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus, tal como escribió en su testamento.
Los fieles podrán despedirlo en la basílica de San Pedro
Será mañana miércoles cuando el féretro se trasladará a la basílica de San Pedro para que los miles de fieles que llegan a Roma por estas horas puedan despedirlo hasta el sábado, día en que tendrá lugar el funeral y finalmente el sepelio de Francisco, quien se encargó de cambiar algunas reglas para simplificar el último adiós de los pontífices.
Desde el miércoles, las personas podrán acudir a la basílica para un último contacto en lo que se prevé serán tres multitudinarias jornadas en la que San Pedro permanecerá abierto aunque con restricción horaria.
De hecho, sus fieles, de quienes se rodeó por última vez el domingo de Pascua, cuando tras dar la bendición 'Urbi et Orbi' saludó a la gente a bordo del papamóvil, podrán despedirlo el miércoles y jueves hasta la medianoche.
La "traslación" y el funeral
Mañana a las 9.00 hora local (10.00 GMT), y tras un momento de oración, presidido por el carmarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell --el mismo que anunció la muerte de Francisco--, comenzará "la traslación" del cuerpo, de acuerdo a la decisión que tomaron los 60 cardenales que participaron este martes en la primera congregación general o reunión preparatoria para el cónclave.
La procesión pasará por la plaza Santa Marta y la plaza de los Protomártires Romanos y desde el Arco de las Campanas saldrá a la plaza de San Pedro y entrará en la Basílica Vaticana por la puerta central.
Después en el Altar de la Confesión, bajo el baldaquino, el cardenal camarlengo presidirá la Liturgia de la Palabra, al final de la cual comenzará la visita de los fieles.
Los funerales serán el sábado 26 de abril a las 10.00, hora local (8.00 GMT), en la plaza de San Pedro, una ceremonia que acogerá a jefes de Estado de todo el mundo y estará oficiada por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re.
Después, el féretro será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor para ser enterrado, según dejó escrito el pontífice argentino en su testamento.
"Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto", indicó.
"El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", añadió.
Cuenta regresiva para el cónclave
Una vez que concluya esa ceremonia, comenzará el tiempo de descuento para el cónclave que elegirá al sucesor de Jorge Bergoglio.
Debería celebrarse entre el 5 y el 15 de mayo, ya que no deben pasar más de 20 días de su fallecimiento, y tampoco se puede convocar durante los 9 días sucesivos a las exequias, denominados 'Novediales', en los que se celebran misas de sufragio por el difunto papa.
Los 135 cardenales de 71 países que formarán el cónclave, la mayoría elegido por Francisco en su pontificado, constituyen un grupo heterogéneo que no se conoce y sin una idea común sobre el futuro de la Iglesia, lo que hará que se presenten en la Capilla Sixtina fuertemente divididos.
Son muchas las diferencias respecto al cónclave que hace doce años se reunió para elegir a Bergoglio: una es el número de cardenales electores, es decir, los que tienen menos de 80 años el día de la renuncia o de la muerte del papa, que es mucho mayor que en otras ocasiones, y otra, el mayor número de países de los que proceden.
