A las 01:14 horas del sábado, los servicios de emergencia recibieron el aviso de que dos espeleólogos se encontraban atrapados en la Cueva del Agua, ubicada en el macizo de los Picos de Europa, debido a una fuerte crecida de agua provocada por una tormenta repentina. El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil fue movilizado de inmediato para llevar a cabo la intervención.
Los dos hombres, de 40 y 47 años, oriundos de Salas y Oviedo, habían quedado atrapados en el interior de la cueva, ubicada en Demués, concejo de Onís. A las 04:25 horas, los espeleólogos fueron finalmente rescatados y evacuados en buen estado de salud, aunque presentaban síntomas leves de hipotermia debido al frío y la humedad dentro de la cavidad.
El objetivo de los espeleólogos y la tormenta inesperada
Los espeleólogos, junto a tres compañeros más que se habían quedado fuera, habían entrado en la cueva alrededor de las 19:00 horas del viernes. Su objetivo era completar las líneas de seguridad para una práctica que tenían prevista para el fin de semana en compañía de otros espeleólogos. Sin embargo, tan solo 30 minutos después de iniciar la exploración, se desató una tormenta que provocó una rápida crecida de agua en el interior de la cueva.
Las fuertes lluvias generaron corrientes y cataratas que inundaron la línea de seguridad previamente establecida, imposibilitando el retorno de los espeleólogos a la salida. Debido a la peligrosidad de la situación y la imposibilidad de avanzar o retroceder, el resto del grupo, preocupado por la seguridad de sus compañeros, alertó inmediatamente a los servicios de emergencia.
El difícil rescate y la creación de una nueva línea de seguridad
El equipo de rescate del GREIM de Cangas de Onís llegó al lugar a primera hora de la madrugada. Tras evaluar la situación, los expertos se dieron cuenta de que la línea de seguridad que los espeleólogos habían instalado ya no era operativa debido a las intensas corrientes de agua y los saltos de agua que se habían formado dentro de la cueva.
Con gran dificultad, el equipo de rescate estableció una nueva línea de seguridad, sorteando los obstáculos y la fuerza del agua, que descendía con gran rapidez por la cueva. Este esfuerzo permitió que los rescatadores pudieran llegar finalmente hasta los espeleólogos atrapados, que se encontraban en la zona más profunda de la cavidad, tratando de conservar el calor con mantas térmicas.
Estado de salud de los rescatados y lecciones aprendidas
Una vez rescatados, los espeleólogos fueron evacuados a las 04:25 horas. Aunque presentaban leves síntomas de hipotermia, ambos se encontraban en buen estado de salud, gracias en parte a la rápida actuación de los equipos de rescate y a las medidas de protección que los espeleólogos habían tomado mientras esperaban ayuda.
La Guardia Civil destacó que los espeleólogos no contaban con la equipación adecuada para hacer frente a los repentinos cambios meteorológicos que se produjeron en la cueva, lo que contribuyó a la complicación de la situación. Este incidente resalta la importancia de una planificación exhaustiva y una correcta preparación en actividades de alto riesgo, como la espeleología, especialmente en zonas donde las condiciones pueden cambiar drásticamente en poco tiempo.
El impacto de la espeleología en los Picos de Europa
Este rescate pone de relieve los riesgos inherentes a la práctica de la espeleología en áreas como los Picos de Europa, una región conocida por su complejidad geológica y su belleza natural. Aunque las actividades en las cavidades subterráneas son populares en la zona, fenómenos meteorológicos impredecibles, como tormentas repentinas, pueden generar condiciones extremadamente peligrosas.
El rescate exitoso de los espeleólogos muestra también la importancia de contar con equipos de rescate especializados, como el GREIM, capaces de intervenir en situaciones complejas y extremas. La colaboración entre los espeleólogos y los servicios de emergencia es crucial para garantizar la seguridad de todos los involucrados en actividades en entornos de alto riesgo.
El Observador
Redacción