El chavismo, que alguna vez contó con un respaldo amplio en Venezuela, ha sufrido un desplome en su apoyo popular. De los 8,1 millones de votos que Hugo Chávez obtuvo en 2012, a los 3,3 millones que Nicolás Maduro habría recibido en 2024, según el análisis del 83% de las actas en poder de la oposición, la pérdida de respaldo es clara. La caída refleja un país desgastado por la crisis económica y la emigración masiva ante el deterioro de la calidad de vida. Para mantenerse en el poder, Maduro ha consolidado un modelo autoritario, limitando las opciones de una transición democrática.
La caída del respaldo al chavismo se extiende más allá de las elecciones presidenciales. Según el análisis de Votoscopio, dirigido por el experto en temas electorales Eugenio Martínez, que recopila datos de distintos comicios, los votos obtenidos por los candidatos oficialistas en elecciones de gobernadores, alcaldes y diputados por listas nacionales evidencian el deterioro en la votación para todos los niveles de gobierno.
En las elecciones parlamentarias del pasado domingo, los candidatos a diputados por listas nacionales del partido de gobierno obtuvieron, según el Consejo Nacional Electoral, un total de 4,5 millones de votos, mientras que en las parlamentarias de 2015 alcanzaron 5,5 millones de votos.
El éxodo venezolano por América Latina
En un entorno donde la posibilidad del cambio político se fue alejando y la economía se adentraba en una crisis sin precedentes, comenzó un éxodo de venezolanos en búsqueda de oportunidades en el exterior, principalmente en países de América Latina.
Según la Plataforma Regional de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela, en noviembre de 2024, 7,8 millones de venezolanos residían en el exterior. De ese total, 6,8 millones se encontraban en países de América Latina, con Colombia (2,8 millones) y Perú (1,6 millones) como principales destinos.
La emigración ha impactado la participación en los procesos electorales, ya que el Gobierno ha impedido el voto de la mayoría de los venezolanos en el exterior. En las elecciones parlamentarias del pasado domingo se registraron 5,5 millones de votos, lo que equivale a una participación del 25% sobre un padrón electoral de 21,4 millones de ciudadanos. Sin embargo, el rector del Consejo Nacional Electoral, Carlos Quintero, habló de una participación del 42,6% de los electores activos, presumiblemente considerando un ajuste en el registro para reflejar el éxodo.
La emigración se intensificó una vez colapsó el modelo económico del chavismo. Entre 2006-2014 Venezuela recibió la mayor bonanza petrolera de su historia pero no ahorró, multiplicó por cinco la deuda externa y la pésima gerencia de Pdvsa, la empresa petrolera del Estado, se tradujo en que la producción de petróleo comenzó a mermar.
En paralelo, el sector privado fue asfixiado por expropiaciones y una maraña de controles. Cuando el precio del petróleo cayó, el país entró en una crisis que se agravó con las sanciones impuestas por Estados Unidos en respuesta al avance del autoritarismo. El resultado fue una larga hiperinflación y una recesión que redujo el tamaño de la economía a la cuarta parte, además del inicio de la mayor ola migratoria registrada en la región.
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Presencia militar en aulas casi vacías de Venezuela, donde el ausentismo fue la nota de la elección del pasado 25 de mayo.
AFP
A las puertas de otra ola
Tras el colapso económico y el impacto de las sanciones, Nicolás Maduro abandonó los preceptos del socialismo del siglo XXI, eliminó los controles sobre el sector privado e implementó un severo ajuste para contener la hiperinflación. Como resultado, la economía tocó fondo y posteriormente, inició una lenta recuperación.
No obstante, los desequilibrios siguen presentes. En un entorno donde no hay confianza en la moneda y el Gobierno comenzó a financiarse con la emisión de dinero, la inflación se está acelerando y la devaluación del bolívar es constante. A este panorama se suma el endurecimiento de las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump.
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El ocaso, en números: de los 8,1 millones de votos que Hugo Chávez obtuvo en 2012, a los 3,3 millones que Maduro habría recibido en 2024.
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Consultoras como Ecoanalítica proyectan una inflación de tres dígitos para este año y un nuevo declive de la economía, alimentando el riesgo de otra ola migratoria. Según el estudio Diáspora, realizado por Consultores 21, el 30% de los venezolanos mayores de edad desea emigrar y de ellos un tercio planea hacerlo este año.
Consultores 21 identificó y jerarquizó los principales motivos que llevan a los venezolanos a emigrar. En orden decreciente, destacan la crisis económica, la inflación, los bajos ingresos, la crisis política, el desempleo y la insatisfacción con la calidad de vida.
El régimen endurece su dominio
El descenso en el apoyo popular queda en evidencia al observar la historia reciente. Maduro ganó las elecciones presidenciales de 2013 por un margen mínimo, mientras que en 2015 la oposición obtuvo las dos terceras partes del Parlamento. Su primera reelección en 2018 estuvo marcada por irregularidades, hasta el punto de ser rechazada por más de 50 países. En 2024 consiguió su segunda reelección en unas elecciones señaladas por evidencias de fraude electoral, y el pasado domingo consolidó su control sobre el Parlamento y 23 de las 24 gobernaciones en unos comicios caracterizados por la abstención y la represión.
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El hijo de Nicolás Maduro, "Nicolasito" Maduro Guerra, votó y resultó electo diputado en Caracas.
AFP
En su libro Autocracy Rising, el politólogo Javier Corrales explica que, para permanecer en el poder, Maduro ha endurecido el autoritarismo mediante el uso de las Fuerzas Armadas y grupos paramilitares para reprimir protestas, el control de instituciones clave como el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, la restricción de la libertad de prensa y la purga de disidentes dentro del partido de gobierno.
Además, Corrales señala que Maduro ha intensificado la militarización del gobierno, controlando las Fuerzas Armadas con tácticas de vigilancia interna, en parte influenciadas por el modelo cubano. La represión se ha combinado con la crisis económica para generar desmovilización social y fomentar la emigración masiva, reduciendo la presión interna contra el régimen. A través de la manipulación electoral, restricciones legales y el uso de tecnología para censurar información, Maduro ha logrado contener a la oposición y consolidar un sistema político de características autoritarias.
El régimen contempla una reforma constitucional que deberá debatir el Parlamento electo el pasado domingo, donde el partido de gobierno controlará al menos dos terceras partes de los escaños. Maduro adelantó que tiene en mente cambios en el sistema electoral: “Hay que perfeccionar el sistema electoral (...) tengo el planteamiento de la constitución de un nuevo sistema electoral, la reforma de todas las leyes electorales”.
La oposición teme que la reforma sea utilizada para realizar transformaciones que contribuyan a reforzar al régimen. Tras conocerse los resultados de las elecciones del domingo, Maduro afirmó que “hoy ha demostrado la revolución bolivariana que está más vigente y más fuerte que nunca, hoy hemos demostrado el poder del chavismo, del bolivarianismo del siglo XXI”.