29 de mayo 2025 - 14:49hs

En septiembre de 2024, el cohete Falcon 9 de SpaceX hizo su 373 viaje al espacio, pero esta vez no para transportar satélites de Starlink, sino para lanzar los primeros cinco satélites de AST SpaceMobile. A diferencia de la constelación masiva de satélites que llevó Elon Musk al espacio, el fundador y CEO de AST, el venezolano Abel Avellan, busca ofrecer conectividad móvil global con una red mucho más reducida, gracias a sus antenas satelitales gigantes, que prometen llevar internet directamente a los celulares sin necesidad de torres terrestres.

El modelo de AST busca ser único en el mercado. Mientras Starlink se enfoca en conectar casas, negocios, autos e incluso la Casa Blanca a internet mediante miles de satélites, AST apuesta por solo 90 satélites con antenas que pueden comunicarse directamente con celulares, facilitando llamadas y datos en lugares remotos o sin cobertura tradicional. De esta forma aspira a revolucionar la comunicación en zonas rurales, marítimas o en desarrollo, donde la infraestructura terrestre es limitada o inexistente.

Avellan aseguró, en diálogo con Forbes, que su misión es ofrecer “conectividad sin interrupciones en cualquier lugar del planeta”, propuesta que apunta a más de 2.600 millones de personas sin acceso estable a internet, principalmente en países emergentes.

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El ingeniero venezolano, con amplia experiencia en telecomunicaciones, comenzó su carrera en la empresa sueca Ericsson antes de fundar en 2000 su primera compañía, Emerging Markets Communications, con un capital inicial de apenas 50.000 dólares. Esa empresa se enfocaba en comunicaciones satelitales para regiones remotas de África y Medio Oriente, además de ofrecer servicios para barcos y cruceros. Tras venderla en 2016 por 550 millones de dólares, Avellan usó parte de esa inversión para fundar AST SpaceMobile en 2017, con la visión de revolucionar la conectividad móvil global a través del espacio.

Tecnología de vanguardia con un alto costo

Prototipo del satélite de AST. Imagen de AST SpaceMobile.jpeg
Prototipo del satélite de AST.

Prototipo del satélite de AST.

El diferencial de AST está en sus antenas gigantescas, con un tamaño hasta 50 veces mayor que las de Starlink, que permiten una conexión de banda ancha real con celulares en movimiento. Sin embargo, fabricar y desplegar estas antenas es un proceso complejo y costoso, con cada satélite valuado en aproximadamente 21 millones de dólares, muy por encima del costo promedio de los satélites de Starlink, que ronda los 1,2 millones de dólares.

El mayor obstáculo para estas empresas suele ser la física básica de la comunicación satelital: hace falta una línea de visión directa entre el satélite y el celular para tener señal. Starlink y otras compañías planean resolver eso llenando el cielo con miles de satélites pequeños y baratos en órbita terrestre baja, que intercambian señales entre ellos para sostener conexiones estables con las antenas en tierra.

Sin embargo, AST buscó otra salida. Sus antenas grandes hacen más fácil establecer conexiones de banda ancha con celulares porque cubren un área mucho más amplia y están pensadas para enviar señal a dispositivos en movimiento. La empresa de Musk enfrenta un desafío mayor para adaptar su sistema a los teléfonos, porque fue diseñado para ofrecer internet a estaciones fijas en tierra, no a celulares que se mueven.

Por otro lado, esta ingeniería avanzada se traduce en satélites con mayor durabilidad, capaces de operar hasta 10 años, frente a los 5 o 7 años típicos de la competencia. Los cinco satélites que AST ya tiene en el espacio ya hicieron videollamadas exitosas con celulares que usan redes de Verizon, Vodafone, Rakuten y AT&T. La empresa proyecta lanzar 60 antes de que termine 2026.

Un nicho de mercado que busca crecer

Equipo de AST. @AST_SpaceMobile X.jpeg
Equipo de AST Space Mobile.

Equipo de AST Space Mobile.

AST no intenta competir directamente en el mercado residencial o empresarial, dominado por Starlink y su competidor directo, el Proyecto Kuiper de Jeff Bezos, que lanzó los primeros 27 de los más de 3.200 satélites planificados a fines de abril. Al centrar su estrategia en la telefonía móvil satelital, puede evitar la costosa tarea de construir infraestructura terrestre, como nuevas torres de telefonía celular, lo cual representa un ahorro importante y lo puede reemplazar apoyándose en acuerdos con gigantes de telecomunicaciones como Verizon, AT&T, Vodafone y Rakuten, quienes aportan acceso a cientos de millones de usuarios.

De todas maneras, aunque Starlink no se enfoca principalmente en la telefonía móvil, actualmente está probando un servicio beta junto a T-Mobile que permite enviar mensajes de texto desde celulares mediante la red satelital cuando no hay cobertura tradicional. Esta iniciativa le otorga una ventaja temprana frente a AST. Además, Starlink cuenta con una vasta constelación de miles de satélites, en contraste con los pocos satélites activos de AST, y la relación cercana de Musk con la administración Trump podría influir favorablemente en un sector altamente regulado como el de las telecomunicaciones.

Sumado a esto, la valoración de Starlink, de 350.000 millones de dólares, deja muy atrás la capitalización bursátil de AST, de unos 8.700 millones de dólares.

Sin embargo, el vicepresidente de torres y roaming de AT&T —uno de los principales inversores de AST—, JR Wilson, comparó esta competencia con la antigua batalla entre los formatos Beta y VHS en video doméstico, señalando a Forbes que “no siempre gana el primero en llegar, sino quien mejor entiende al consumidor”.

AT&T planea empezar a ofrecer conectividad satelital a través del servicio de AST cuando la empresa tenga más satélites en órbita el año próximo.

Desde su creación en 2017, AST recaudó cientos de millones de dólares, incluyendo inversiones de fondos de capital privado y operadores globales. La empresa salió a bolsa en 2021 y vio duplicar el valor de sus acciones desde entonces, posicionando a su fundador como multimillonario.

Con planes para expandirse en Europa y África mediante una alianza con Vodafone, AST se prepara para lanzar más satélites y consolidar su red de conectividad móvil satelital.

Rivalidades y desafíos regulatorios

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Está claro que la empresa de Musk ve a AST como una amenaza. SpaceX ya presentó una demanda ante la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), acusando a AST de obstaculizar el acceso al espectro, generar desechos espaciales y por la obstrucción de las observaciones astronómicas.

Además, en un intento por menospreciar públicamente a AST, la describió como una "acción meme", debido a la alta volatilidad y crecimiento especulativo de sus acciones bursátiles. Si bien las acciones de AST subieron un 172% desde su debut en bolsa, desde mayo pasado se dispararon más de 1.000% en su punto más alto. La compañía todavía no genera ingresos que justifiquen su valuación multimillonaria. En 2024, AST invirtió 300 millones de dólares, pero solo facturó cerca de US$ 4 millones, todos provenientes de un contrato con la Agencia de Defensa Espacial para construir infraestructura de comunicaciones satelitales militares.

Pese a estos obstáculos, AST mantiene un fuerte respaldo de una comunidad de inversores minoristas, especialmente en plataformas como Reddit, donde más de 30.000 seguidores apoyan la misión de democratizar la conectividad global. Cuando la empresa invitó a sus inversores minoristas al lanzamiento de sus satélites en septiembre, se acercaron casi 1.000 personas.

Al respecto, Avellan sostuvo: "La gente está entusiasmada con la posibilidad de tener banda ancha, sin importar dónde vivas o trabajes ¿Si al mismo tiempo pueden ganar plata invirtiendo y siguiendo lo que hacemos? ¡Mejor aún!".

Temas:

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