El doble rostro del ELN: violencia en Colombia y expansión en Venezuela bajo el paraguas de Maduro
La estrategia de la narcoguerrilla une el conflicto armado colombiano con la gobernanza criminal del régimen venezolano, en un escenario que desafía a Washington.
El ELN mantiene presencia en 19 de los 32 departamentos de Colombia y, según la Fundación Paz & Reconciliación, cuenta con una fuerza estimada de entre 2.300 y 2.800 combatientes. Sus principales centros de operación se ubican en regiones como Chocó, Norte de Santander y Arauca, donde combina control territorial con economías ilícitas.
ELN - Colombia - AFP.jpg
El llamado “paro armado” —la práctica de restringir el tránsito por carreteras y ríos, obligar a la población más vulnerable a permanecer en sus casas, ordenar el cierre de comercios y colocar explosivos en centros urbanos— fue decretado por la guerrilla durante tres días, a partir del 14 de diciembre. La medida paralizó comunidades enteras y volvió a poner en evidencia la capacidad del ELN para imponer miedo y alterar la vida cotidiana en distintas zonas del país.
Los mandos del ELN presentaron el cuarto paro armado del año como una protesta contra “las amenazas de intervención imperialista en nuestro país, como una nueva fase del plan neocolonial de Trump, que pretende hundir aún más sus garras en territorios de América Latina y el Caribe”.
“Como organización con vocación humanitaria, informamos esta actividad de protesta rompiendo con el principio del secreto militar, para que el pueblo colombiano que no participa de la guerra tenga conocimiento y no se mueva por las carreteras y ríos navegables”, dijo el grupo armado en un comunicado.
El presidente Gustavo Petro rechazó la justificación del ELN y afirmó en su cuenta de X que “estas no son amenazas a Trump, son amenazas a Colombia” y agregó que “el proyecto de entregar la revolución al narcotráfico, es irreversible y dañino”.
Estás no son amenazas a Trump, son amenazas a Colombia y al proyecto de Bolívar de la Gran Colombia
Nunca entendió el ELN que lo más revolucionario que podía hacer, era juntar en la práctica el amor eficaz de Camilo Torres Restrepo con la paz del país. No comprendió que… pic.twitter.com/e9vl3axRzP
Estados Unidos, que califica al ELN como organización terrorista extranjera, mantiene un amplio despliegue militar en el Caribe bajo el argumento de operaciones antinarcóticos. Al mismo tiempo, acusa a los mandatarios de Colombia y Venezuela de vínculos con el narcotráfico y señala a Nicolás Maduro como cabeza del denominado Cartel de los Soles, una estructura que también cataloga como organización narcoterrorista.
El Ejército estadounidense ha destruido lanchas, supuestamente cargadas con droga, y en paralelo anunció que el próximo paso contra los “narcoterroristas” será una ofensiva terrestre, sin descartar operaciones en suelo colombiano. En cuanto a Maduro, Trump ha afirmado que “tiene los días contados”, reforzando la tensión política y militar en la región.
El amo de la frontera
En su más reciente investigación, La paz nunca fue una alternativa: el ELN de Colombia en Venezuela, Insight Crime detalla cómo esta narcoguerrilla se ha expandido en territorio venezolano al amparo de su relación con el régimen de Maduro.
Nicolás Maduro - 14-11-25 - AFP
AFP
Insight Crime advierte que, “en las condiciones actuales, el ELN está en camino de seguir fortaleciendo su presencia en Venezuela y solo necesita la conquista criminal del estado Amazonas para consolidar el control de la frontera colombo-venezolana de 2.219 kilómetros”.
Desde allí, la guerrilla podría proyectarse más profundamente hacia Colombia, abastecer a sus unidades desplegadas en el país y mantener redes logísticas, infraestructura de entrenamiento y buena parte de su liderazgo fuera del alcance de las fuerzas de seguridad colombianas.
InSight Crime señala que en Zulia el avance fue particularmente exitoso y hoy el ELN tiene acceso, a través de este estado venezolano, hasta las costas del Caribe. Además de contar con la benevolencia del régimen de Maduro para afianzarse en Venezuela, la guerrilla también ha replicado una estrategia perfeccionada en Colombia durante seis décadas. Su expansión ha sido impulsada, sobre todo, por su creciente participación en el negocio de la cocaína, que se ha convertido en su principal motor económico”.
Además del tráfico de cocaína, la minería ilegal de oro, la extorsión y el contrabando le aseguran ingresos millonarios. Solo en Catatumbo, el narcotráfico podría generar hasta 600 millones de dólares anuales, suficientes para sostener indefinidamente a la guerrilla. Venezuela, que antes funcionaba como santuario, es hoy también una fuente de recursos: el ELN gana millones a ambos lados de la frontera, explica la organización.
La investigación señala que la alianza entre el régimen de Maduro y el ELN se sostiene sobre tres pilares. El primero es la afinidad ideológica con la Revolución Bolivariana, que conecta las raíces marxistas-leninistas de la guerrilla con el legado de Hugo Chávez y la influencia cubana.
El segundo es el acceso a rentas criminales: ante el colapso económico y las sanciones internacionales, Maduro ha recurrido a economías ilícitas para mantener la lealtad de sus generales, un sistema que ha fortalecido la presencia del ELN en estados fronterizos. El tercero es el papel de la guerrilla como factor disuasorio frente a una eventual intervención militar, convirtiéndose en un escudo estratégico para Caracas.
La resistencia
La resiliencia y capacidad de combate del ELN es evidente: desde su formación en los años 60 ha librado una guerra de baja intensidad contra el Estado colombiano y, pese a los más de 10.000 millones de dólares invertidos por Estados Unidos en el marco de Plan Colombia, se mantiene fuerte y en expansión.
ELN - AP.png
Su arraigo en los estados venezolanos de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas lo ha convertido en una autoridad de facto, con respaldo político y social en algunos sectores. Incluso un eventual cambio de gobierno en Caracas enfrentaría enormes dificultades para expulsarlo, pues las mismas fuerzas militares que deberían combatirlo hoy se benefician de su presencia.
Voces en Washington temen que un cambio de régimen en Caracas podría derivar en una insurgencia del ELN dentro de Venezuela, complicando cualquier escenario de transición.
“El ELN está formalmente comprometido con la defensa de la revolución bolivariana en Venezuela y tiene todos los incentivos para resistir su desaparición y la instalación de cualquier gobierno comprometido con restaurar el Estado de Derecho y el control territorial. Podría terminar librando una guerra de baja intensidad contra un futuro gobierno antichavista”, dijo el exembajador de Estados Unidos en Venezuela James Story a Insight Crime.