El anuncio de Donald Trump de que apenas llegue a la Casa Blanca en enero impondrá aranceles a México, Canadá y China sacudió el escenario internacional. El presidente electo mantuvo en la semana una conversación telefónica con la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, y este viernes por la noche recibió en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que hizo una visita no anunciada a Estados Unidos.
El lunes pasado, Trump dijo que impondrá aranceles del 25% a todos los productos importados de México y Canadá, con el argumento de que sus dos vecinos no hacen lo suficiente para frenar la "invasión" de drogas y de "migrantes ilegales" a través de la frontera. Además, anunció un arancel extra del 10% sobre productos chinos hasta que ese país frene el tráfico de drogas hacia EEUU, en particular de los precursores químicos para la producción de fentanilo.
Tanto funcionarios de México, Canadá y China como diversos especialistas advirtieron que los aranceles que quiere aplicar el republicano podrían dañar a las economías de los países implicados, además de generar inflación y afectar el mercado laboral.
¿Qué hablaron Trump y Trudeau?
Trudeau fue visto el viernes a la salida de un hotel en West Palm Beach antes de su arribo a Mar-a-Lago y se convirtió así en el segundo mandatario extranjero en reunirse con Trump tras su reelección, además del argentino Javier Milei, que lo visitó en Florida para celebrar la victoria electoral.
El canadiense, que viajó a EEUU junto al ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, cenó con Trump, que a su vez estuvo acompañado por una delegación de aliados y futuros funcionarios, entre ellos Howard Lutnick, nominado para secretario de Comercio; el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, elegido para dirigir el Departamento del Interior, así como Mike Waltz, elegido como asesor de seguridad nacional, y las esposas de los tres hombres. Además estuvo David McCormick, senador electo por Pensilvania, que publicó una foto en la red social X.
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La cena fue "positiva y amplia" y "duró tres horas", señaló una fuente en condición de anonimato a la agencia de noticias AP, que dijo que ambos conversaron sobre comercio, seguridad fronteriza, fentanilo, defensa, Ucrania, OTAN, China y oleoductos, así como la reunión del G7 en Canadá programada para el próximo año. Ambos mandatarios habían conversado por teléfono durante la semana después del anuncio de Trump.
Aranceles en represalia, la posible respuesta de Canadá
Trudeau, que no quiso hacer comentarios a la prensa a su regreso al hotel en West Palm Beach, había dicho que resolvería el tema de los aranceles hablando con Trump. "Vamos a trabajar juntos para atender algunas de las preocupaciones”, dijo previamente a periodistas en la isla canadiense del Príncipe Eduardo, ubicada en el Atlántico. “Pero, en última instancia, es a través de las conversaciones realmente constructivas que tendré con el presidente Trump que seguiremos avanzando en el camino correcto para todos los canadienses", aseguró.
Claudia Sheinbaum también apostó al diálogo para evitar la guerra arancelaria y el miércoles pasado dijo que había tenido una "excelente" conversación con el presidente electo estadounidense, aunque luego ambos difirieron en parte de su contenido y cuál sería la solución al tema migratorio.
Apenas Trump dio a conocer su intención de establecer aranceles, la mandataria mexicana le advirtió en una carta que "a un arancel vendrá otro en respuesta", una estrategia que analiza también el gobierno de Trudeau, según dijo una fuente del gobierno canadiense a la agencia AFP.
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Trudeau y Sheinbaum conversaron durante la reciente cumbre del G20 en Río de Janeiro
AP
El primer ministro de Canadá, de todas maneras, dejó en claro que se toma en serio el anuncio del presidente electo de EEUU, después de que se especulara con que se trataba de una fanfarronada: "Cuando Donald Trump hace declaraciones como esa, planea llevarlas a cabo", dijo.
El vínculo comercial de Canadá y EEUU
“Nuestra responsabilidad es señalar que no sólo estaría perjudicando a los canadienses, que trabajan tan bien con Estados Unidos, sino que en realidad también estaría aumentando los precios para los ciudadanos estadounidenses y perjudicando a la industria y los negocios estadounidenses", aseguró Trudeau.
Para Canadá, nuevos aranceles significan un alto riesgo, ya que más de tres cuartas partes de las exportaciones de ese país, por unos 423.000 millones de dólares, fueron a Estados Unidos el año pasado, y unos dos millones de empleos canadienses dependen del comercio con su vecino.
A su vez, Canadá es el cuarto productor mundial de petróleo y el sexto de gas natural y la mayoría de los cuatro millones de barriles de crudo que produce por día se venden a EEUU. También es el mayor proveedor extranjero de acero, aluminio y uranio a Estados Unidos, y cuenta con 34 minerales y metales cruciales que el Pentágono desea y en los que está invirtiendo para la seguridad nacional.
Los aranceles podrían también empañar la renegociación prevista para 2026 del tratado de libre comercio T-MEC firmado por EEUU, Canadá y México durante el primer mandato de Trump.
