El Día de Acción de Gracias, una festividad arraigada en EEUU, tiene en el indulto presidencial de pavos una de sus tradiciones más curiosas.
En su última ceremonia de Acción de Gracias en la Casa Blanca, Joe Biden indultó a dos pavos machos llamados Peach y Blossom, como parte de una tradición que simboliza la llegada de la temporada festiva en Estados Unidos.
Los animales, de 17 semanas de vida y un peso de entre 18 y 19 kilos, fueron criados en Minnesota, estado destacado por su producción avícola. Según Biden, los nombres de los pavos hacen alusión a las flores de melocotón, asociadas con la "resistencia".
El mandatario, quien dejará su cargo el próximo 20 de enero, aprovechó el evento para despedirse: "Es la última vez que hablo aquí como su presidente durante esta temporada. Les doy las gracias y les estaré eternamente agradecido", declaró.
Peach y Blossom, que durmieron en una suite del lujoso Hotel Willard InterContinental antes de la ceremonia, viajarán de regreso a Minnesota para residir en Farmamerica, un centro de interpretación agrícola. Allí, serán "embajadores educativos" del estado líder en la producción de pavos.
Aunque el primer indulto a un pavo se atribuye al presidente Abraham Lincoln, quien perdonó un ave que iba a ser utilizada en las fiestas, fue George H.W. Bush en 1989 quien institucionalizó esta tradición. Este gesto surgió como respuesta a la presión de grupos animalistas que protestaban fuera de la Casa Blanca.
Desde entonces, cada presidente ha celebrado este ritual en vísperas de Acción de Gracias, una de las festividades más importantes en Estados Unidos. La celebración, establecida oficialmente en 1863 por Lincoln, reúne a millones de familias para compartir una cena donde el pavo es el plato principal.
Durante el evento, Biden también bromeó sobre las preferencias de los pavos. Contó que a Peach "le encanta trotar como un guepardo", mientras que Blossom "sueña con visitar los 10.000 lagos de Minnesota". Ambos ejemplares representaron la resistencia, un concepto que Biden destacó como "apropiado para estos tiempos".
Este acto marca el inicio oficial de la temporada festiva en Washington y será una de las últimas actividades públicas de Biden como presidente antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero. El próximo jueves 28 de noviembre, millones de estadounidenses celebrarán Acción de Gracias, reafirmando la relevancia cultural de esta festividad.