Desde que asumió el cargo en enero, Donald Trump se mostró determinado a poner fin a las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) que regían tanto en el gobierno como en empresas privadas o instituciones educativas, como las universidades. Esta cruzada, que lo llevó a recortar fondos a varios centros de estudio, impactó ahora de lleno en la Universidad de Virginia, cuyo presidente anunció que renuncia al cargo ante la presión del gobierno.
James E. Ryan, que estaba al frente de la universidad desde 2018, dio a conocer el viernes que deja el puesto, después de que el Departamento de Justicia pidiera su dimisión como forma de resolver una investigación por las iniciativas DEI de la universidad, según reveló The New York Times.
En un comunicado, explicó que prefería renunciar antes que "luchar contra el gobierno federal" sólo para no perder su trabajo. "Hacerlo no sólo sería quijotesco, sino que parecería egoísta y egocéntrico ante los cientos de empleados que perderían su empleo, los investigadores que perderían su financiación y los cientos de estudiantes que podrían perder la ayuda financiera o ver retenidos sus visados", apuntó, en relación a las posibles medidas que podría tomar el gobierno contra la institución.
"Si esto no fuera tan personal para mí, podría haber elegido un camino diferente", dijo, enfatizando que "principios muy importantes están en juego" en este asunto.
James Ryan - AP.jpg
James Ryan anunció su renuncia a la presidencia de la Universidad de Virginia
AP
Cómo se dio el proceso en la Universidad de Virginia
La junta directiva de la Universidad de Virginia había aprobado en marzo cerrar su oficina DEI después de que la administración Trump amenazara con recortar el financiamiento federal a las instituciones que continuaran con estos programas.
“La DEI se terminó en la Universidad de Virginia. Nosotros defendemos la verdad universal de que todos son creados iguales, y que la oportunidad está en el centro del futuro de los virginianos y los estadounidenses”, dijo en su momento el gobernador de Virginia, el republicano Glenn Youngkin, en un comunicado en el que saludó la decisión.
Pero el Departamento de Justicia (DoJ) acusó a la universidad de no haber desmantelado del todo su programa DEI y a Ryan de haber tergiversado los pasos adoptados en ese sentido. En una carta enviada el 17 de junio pasado a la institución, le advirtió que debía actuar rápido: "El tiempo se acaba y la paciencia del departamento se está agotando".
De acuerdo con el New York Times, autoridades del DoJ aseguraron a miembros de la junta directiva que una manera de resolver la disputa era que Ryan dejara su cargo.
En su tiempo como noveno presidente de la universidad, Ryan buscó hacer que la institución fuera más diversa, buscó aumentar la cantidad de alumnos de primera generación de universitarios y alentó a los estudiantes a realizar tareas comunitarias. Su gestión fue valorada por muchos, que señalaron que durante su mandato la universidad mantuvo un excelente nivel académico y deportivo, mientras que era visto con mayor suspicacia por los conservadores y los miembros republicanos de la junta, que lo calificaron de "demasiado woke".
Las reacciones a la salida de Ryan
Los dos senadores del estado, Mark Warner y Tim Kaine, ambos demócratas, emitieron el viernes una declaración conjunta sobre la salida de Ryan: "Es indignante que funcionarios del Departamento de Justicia de Trump hayan exigido a la universidad mundialmente reconocida de la Commonwealth que destituya al presidente Ryan (...) por ridículas trampas de 'guerra cultural'".
Además, describieron al saliente presidente como "un líder fuerte" que ha servido a la universidad "honorablemente" y la ha hecho avanzar, recibió la agencia AFP.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/SenTimKaine/status/1938672559354191989&partner=&hide_thread=false
Por su parte, Peter McDonough, vicepresidente y consejero general del American Council on Education, una asociación comercial de educación superior, dijo que la presión sobre Ryan refleja el amplio sentido de poder de la administración Trump, incluso cuando la ley no siempre lo respalda.
“El Congreso no ha aprobado ninguna ley que pretenda permitir que el poder ejecutivo gestione aspectos de una universidad, creo que en realidad podríamos decir lo contrario", dijo McDonough, que citó la ley que prohíbe la "dirección, supervisión o control" federal sobre cualquier institución educativa, según NBC News.
La avanzada de Trump contra lo "woke"
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha liderado una ofensiva contra las universidades, a las que acusa de propagar una ideología "woke", un término empleado de forma peyorativa por los conservadores para denunciar lo que perciben como un activismo progresista excesivo, en particular en favor de las minorías.
El Departamento de Justicia ha abierto múltiples investigaciones sobre las prácticas de admisión y reclutamiento de instituciones en todo el país.
El gobierno de Trump tiene en la mira a instituciones prestigiosas como Harvard, a la que intenta prohibir la admisión de estudiantes extranjeros, y Columbia, a la que amenaza con revocar su acreditación, lo que podría privarla de toda la financiación federal.
