Al menos tres altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) y los jefes de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) fueron despedidos por Donald Trump, en una purga que se dio tras una reunión que mantuvo en la Casa Blanca con la influencer de ultraderecha Laura Loomer. Aunque el mandatario minimizó su influencia, la activista, conocida por difundir teorías conspirativas, se adjudicó el crédito y aseguró que se debió a la falta de lealtad de los funcionarios.
"Siempre vamos a dejar ir a gente que no nos gusta o que tiene lealtades con otros", dijo el jueves por la tarde Trump, en un tono casual, a bordo del Air Force One en pleno vuelo hacia Miami, en el que confirmó que hubo "algunos" despidos en el NSC, que habían trascendido antes en la prensa, pero descartó que Loomer le hubiera recomendado hacerlos y la calificó de "muy buena patriota".
Según medios como Axios, CNN o The New York Times, al menos tres altos cargos fueron cesados del órgano que asesora al presidente en seguridad nacional y el número podría ascender a seis o incluso diez. Entre los despedidos estarían Brian Walsh, director senior de inteligencia, Maggie Dougherty, directora senior para organizaciones internacionales y Thomas Boodry, director senior de asuntos legislativos.
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Timothy Haugh, jefe de la NSA, también fue despedido
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A la vez, el presidente destituyó al director de la NSA, el general Timothy Haugh, y a su vice, Wendy Noble, líder civil de la agencia que se encarga de la vigilancia y recopilación de información con fines de inteligencia. Haugh también fue desplazado de su cargo como jefe del Comando Cibernético, según The Washington Post.
La influencia de Laura Loomer
El epicentro de este recambio parece haber sido la reunión que Trump mantuvo el miércoles con Loomer, famosa por promover teorías conspirativas sobre el 11-S y excluida de múltiples plataformas digitales por sus discursos de odio. En el encuentro de 30 minutos con el presidente, le presentó una investigación sobre varios funcionarios del NSC, a los que tildó de "neoconservadores infiltrados", en referencia a las opiniones de política exterior de línea dura comúnmente asociadas con la administración Bush y que no representan a la agenda MAGA de Trump.
En la reunión en el Despacho Oval también estuvo presente el asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, que defendió a varios funcionarios cuestionados por la activista, según dijeron fuentes presentes a NBC News, así como el vicepresidente JD Vance.
En una publicación en la red social X, Loomer dijo que había "denunciado" ante Trump a ciertos funcionarios de seguridad nacional que consideraba "desleales" y que "desempeñaron un papel en el sabotaje" de su presidencia.
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Más tarde se refirió a los despidos en la cúpula de la NSA y también dijo que se debieron a que fueron "desleales" con Trump, sin dar ejemplos concretos. Sobre Haugh, destacó que había sido nominado por Joe Biden. De todas formas, tanto él como Noble son funcionarios de carrera que trabajaron durante décadas tanto en gobiernos republicanos como demócratas.
Estos despidos fueron además cuestionados por varios demócratas en el Congreso, lo que fue utilizado por la activista como argumento para justificar la decisión. "Miren a la gente que está llorando por mi reunión con el presidente Trump y el despido de funcionarios del NSC y la NSA hoy. Las personas que lloran son las que trabajaron para socavar a Donald Trump, miembros del Partido Demócrata y los principales medios de comunicación", escribió Loomer.
La salida de varios integrantes del NSC se da en medio de la tensión interna que enfrenta Waltz por el escándalo del “Signalgate”, en el que incluyeron por error al editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, un conocido crítico de Trump, en un chat de Signal donde se discutían ataques militares en Yemen.
Waltz, que aún conserva su cargo, fue acusado de gestionar información sensible mediante aplicaciones cifradas y cuentas personales de Gmail. Según Politico, el asesor y su equipo crearon al menos 20 chats de grupo diferentes en Signal para coordinar trabajos delicados de seguridad nacional. El episodio dejó al descubierto una peligrosa informalidad en el manejo de temas críticos para la seguridad de Estados Unidos.
Loomer y su cercanía con Trump
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Loomer, que ha sido vetada de Uber, PayPal y Twitter, entre otros servicios, es una figura polarizante incluso dentro del movimiento MAGA. A pesar de ello, Trump no dudó en apoyarla públicamente: “Hace recomendaciones… y a veces yo escucho esas recomendaciones. Escucho a todo el mundo y luego tomo una decisión", aseguró.
Durante la campaña de 2024, fue parte del entorno cercano de Trump, al que acompañó en su avión al debate con Kamala Harris en Filadelfia en septiembre. Además estuvo con el entonces candidato presidencial en Nueva York, donde el republicano asistió a las conmemoraciones por los atentados del 11 de septiembre. Su presencia en esa ciudad llamó la atención después de que Loomer publicara en 2023 un mensaje en el que aludió a una falsa teoría conspirativa de que los atentados del 11-S fueron un "trabajo interno" del gobierno estadounidense.
La activista nacida en Arizona, que se considera una "nacionalista pro-blanca" y describe a Estados Unidos como un "etnoestado judeo-cristiano" destruido por la diversidad, también generó controversia el año pasado por sus afirmaciones racistas, como cuando dijo que la Casa Blanca olería a curry si Harris fuera presidenta, y la difusión de "fake-news" sobre la esposa del gobernador de Florida, Ron DeSantis, que competió con Trump en la interna republicana, inventando información sobre un diagnóstico de cáncer de mama.
Recientemente Loomer atacó por redes sociales al asesor adjunto de seguridad nacional, Alex Wong, cuestionando su lealtad porque su esposa trabajó como abogada del Departamento de Justicia durante las administraciones demócratas, y acusándolo de añadir deliberadamente a Goldberg a la delicada charla de Signal "como parte de una operación extranjera para avergonzar a la administración Trump en nombre de China".
