Teorías conspirativas, comentarios racistas o mensajes islamófobos: todos fueron difundidos en redes sociales por la activista de ultraderecha Laura Loomer. La influencer, cercana a Donald Trump, lo acompañó la semana pasada a Filadelfia para el debate y a otras actividades de campaña, en medio de las advertencias de algunos republicanos sobre cómo podría perjudicarlo en la carrera con Kamala Harris para las elecciones de noviembre, que se anticipa ajustada.
"Laura me ha apoyado", dijo Trump este viernes en una conferencia de prensa en California, cuando se le preguntó por la preocupación que había generado entre los republicanos su asociación con la ultraderechista. El ex presidente aseguró que la joven, de 31 años, tiene "fuertes opiniones", pero dijo que no estaba al tanto de sus recientes declaraciones, en referencia a un mensaje racista que Loomer escribió en la red social X sobre la candidata demócrata.
"Si Kamala Harris gana, la Casa Blanca olerá a curry y los discursos de la Casa Blanca se facilitarán a través de un call center", escribió en X, apuntando al origen indio de Harris. Esto fue cuestionado incluso por la polémica trumpista Marjorie Taylor Greene, conocida también por su apoyo a teorías de conspiración como las de QAnon, que dijo que era "atroz y extremadamente racista" y que no representaba a Trump o a los republicanos MAGA.
La Casa Blanca rechazó también la publicación de Loomer y cuestionó su vinculación con Trump. "Ningún líder debería asociarse con alguien que difunde este tipo de fealdad, este tipo de veneno racista", señaló la vocera Karine Jean-Pierre en una conferencia de prensa.
El 11-S y la "fake news" sobre inmigrantes haitianos
Loomer no sólo viajó el martes a Filadelfia en el avión de Trump para asistir al debate, sino que lo acompañó un día después en Nueva York, donde el republicano asistió a las conmemoraciones por los atentados del 11 de septiembre. La activista estuvo con el republicano en una estación de bomberos, donde éste se sacó fotos y saludó junto a su compañero de fórmula JD Vance.
Su presencia en Nueva York llamó la atención después de que Loomer publicara el año pasado un mensaje en el que aludió a una falsa teoría conspirativa de que los atentados del 11-S fueron un "trabajo interno" del gobierno estadounidense.
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Trump visitó el 11 de septiembre una estación de bomberos en Nueva York junto a JD Vance
AFP
La ultraderechista también fue una de las que difundió en redes la historia falsa sobre inmigrantes haitianos que se comen a las mascotas de sus vecinos en Springfield. Varios republicanos la compartieron, como Vance, y el propio Trump la mencionó en su debate con Harris, pese a que las autoridades de esa ciudad de Ohio dijeron que no había evidencias "creíbles" al respecto.
Loomer es conocida por haber difundido varias teorías conspirativas y llegó a decir la semana pasada que los tiroteos en las escuelas fueron permitidos para ayudar a los demócratas. En el movimiento MAGA fue reconocida por confrontar a demócratas en cámara con preguntas agresivas, como pasó con algunos candidatos musulmanes en Michigan y Minnesota, entre ellos la congresista Ilhan Omar.
De hecho, sus comentarios islamófobos, mensajes de odio y difusión de "fake news" hicieron que el año pasado fuera bloqueada en Facebook y Twitter. Cuando Elon Musk compró esta última red social, rebautizada X, le devolvió su cuenta.
La preocupación de los republicanos
El vínculo de Loomer con Trump preocupa desde hace un tiempo a los republicanos. En abril, The New York Times publicó que el ex presidente quería ofrecerle un puesto en la campaña, pero que en su entorno temían que la decisión generara una reacción negativa. Finalmente, la noticia generó tensión entre los aliados más conservadores de Trump y su equipo desistió de contratarla.
Una persona cercana a la campaña de Trump dijo a Semafor que están "100%" preocupados de que su presencia exacerbe las debilidades del candidato republicano. "Pese a cualquier valla de contención que la campaña de Trump le haya puesto alrededor, no creo que esté funcionando", aseguró la fuente.
La activista nacida en Arizona, que se considera una "nacionalista pro-blanca" y describe a Estados Unidos como un "etnoestado judeo-cristiano" destruido por la diversidad, también se ha enfrentado a republicanos si considera que se interponen en el camino de Trump de alguna forma. En enero, "emboscó" al gobernador de Florida, Ron DeSantis, en un hotel en Iowa durante una parada de campaña, cuando era rival en la primaria republicana de Trump.
Loomer, que se autodenomina periodista de investigación y trabajó en organizaciones como Project Veritas y el portal ultra Infowars de Alex Jones, sugirió incluso el año pasado que "con gusto" trabajaría como secretaria de prensa de Trump en un segundo mandato.
"Laura Loomer es una loca difusora de teorías conspirativas que profiere regularmente basura repugnante destinada a dividir a los republicanos. Una planta del Partido Demócrata no podría hacer un trabajo mejor que el que ella está haciendo para dañar las posibilidades del presidente Trump de ganar la reelección. Es suficiente", escribió este viernes en X el senador Thom Tillis, de Carolina del Norte.
Trump, que dijo que no "controla" a Loomer y no puede impedirle decir lo que quiera, se distanció en estos días de las controvertidas declaraciones de la activista y la describió como una "ciudadana simpatizante desde hace tiempo" que "no trabaja para la campaña". Pero a la vez, dijo: "Como millones de personas que me apoyan, está cansada de ver cómo los marxistas y fascistas de la izquierda radical me atacan violentamente y me desprestigian".
Loomer, de todos modos, no es la única figura extremista que se ha vinculado con el republicano. En 2022 tuvo una controvertida cena en su residencia de Mar-a-Lago con Nick Fuentes, un activista de ultraderecha con un mensaje antisemita y supremacista blanco. Trump dijo luego que "no sabía nada" de Fuentes antes de ese encuentro, en el que participó también el rapero Kanye West.