El salón de la Florida International University estaba colmado. Más de 50 estudiantes de ciencias políticas y relaciones internacionales (en EEUU son las carreras elegidas por quienes pretenden trabajar en política desde alguna de sus variantes) se reunieron para ver el debate presidencial acompañados. Los jóvenes sub-25 se juntaron una hora antes del duelo entre Kamala Harris y Donald Trump.
Las cajas de pizza margarita apiladas ayudaron a que la convocatoria fuera un éxito. Nina, presidenta del club Sigma Alpha, de perfil conservador, estaba feliz por el nivel de asistencia. Los estudiantes se presentaron a mano alzada: el 40% tenía origen latino (una representación cabal de los habitantes del estado de Florida); y el 70% dijo tener el voto definido. Tomás, un argentino que exhibía una remera de la selección de fútbol con la 10 de Messi, figuraba entre los indecisos. "Todavía quiero escuchar un poco más", explicó. A las 9 de la noche, todos hicieron silencio para seguir los vaivenes del duelo retórico en un proyector.
Apenas terminó el debate, cerca de las 11 de la noche de Miami, los alumnos de la FIU dieron su veredicto. El 70% creyó que Kamala Harris fue la ganadora. "Este es un ambiente un poco más liberal que el de EEUU en general", dijo (¿se quejó?) el hondureño-americano Carlos, votante de Trump. Y Carlos tiene razón: el fuerte del republicano MAGA son los trabajadores varones blancos no universitarios. Pero, a la vez, en el salón de la universidad de Florida, estado en el que Trump vive y donde ganará las elecciones con comodidad, había estudiantes conservadores un poco decepcionados con la performance del republicano.
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Los medios y los mercados dieron ganadora a Harris
El focus group espontáneo que se generó en el aula de la FIU además fue muy similar al balance que hicieron los medios de comunicación, los mercados y las casas de apuestas. Un sondeo de la CNN en vivo consignó un triunfo de la demócrata por 63% contra el 37% que vio ganador a Trump.
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Según PredictIt, una empresa que pronostica eventos políticos y financieros con base en apuestas de operadores bursátiles, la VP sacó diez puntos de ventaja. Y hasta el analista de FOX News, Doug Schoen, reconoció con pesar la caída del líder MAGA. "Está bastante claro que la vicepresidenta Kamala Harris ganó".
El papel de los conductores de ABC News, bajo la lupa
El editorialista de FOX a su vez se quejó del sesgo demócrata de los conductores de ABC News. "La vicepresidenta también tuvo algo de ayuda. Fue ayudada e instigada por dos moderadores de ABC News que aparentemente sintieron la necesidad de verificar prácticamente todo lo que dijo el expresidente", protestó.
Esa es la línea que por estas horas repiten los militantes trumpistas en redes sociales. Que los periodistas David Muir y Linsey Davis tomaron partido, al discutirle a Trump sus afirmaciones. La denuncia encierra una verdad relativa. Es evidente que ABC y gran parte de los medios de EEUU tienen una afinidad más o menos explícita por los demócratas en esta elección. O, mejor dicho, preferirían que Trump perdiera. Y si bien es cierto que en la noche del martes ambos moderadores fueron más punzantes y le hicieron fact check en vivo al republicano de 78 años, también es real que algunas afirmaciones de Trump fueron temerarias y no simplemente frases opinables.
Aborto extremo, inmigrantes que comen perros y chequeo de fake news
El expresidente aseguró que los demócratas avalan abortos a los 9 meses de embarazo. Y repitió una falsa historia que circula en las redes sobre inmigrantes haitianos en Ohio que secuestran mascotas de los vecinos. "¡Se están comiendo a los perros! ¡La gente que entró se está comiendo a los gatos!", afirmó. En el salón de la Florida International University hubo risas, como si estuvieran viendo una comedia de enredos. El momento fue un detector infalible de las simpatías políticas entre los alumnos. Un tercio de los jóvenes adoptó un silencio militante en solidaridad con la bravata de Trump.
Kamala Harris, en cambio, largó una semi carcajada (ensayada previamente) y contraatacó: “Hablando de extremos”.
Desde el comienzo del debate, Trump eligió ir al choque con eje en un tema: la inmigración. Incluso por encima de la discusión sobre las propuestas económicas, el punto más débil y vulnerable de Harris. La VP volvió a demostrar que la agenda económica es la que, por lejos, menos domina. Pero ese momento del debate ocurrió al principio del encuentro, cuando la californiana de 59 años estuvo algo nerviosa. Harris fue de menos a más y esa performance más endeble quedó disimulada por su dominio posterior.
"La gente quiere que Estados Unidos vuelva a ser grande, si ella gana Estados Unidos será Venezuela con esteroides", planteó Trump. En la FIU, una estudiante nacida en Caracas se tapaba la cara. "Lamento cómo fue tratada la crisis de mi país", comentó la chica después.
La avanzada anti-inmigrante de Trump esta vez trajo una novedad. El neoyorquino buscó establecer una grieta entre los indocumentados que viven en EEUU y, por otro lado, los votantes latinos, negros y hasta los trabajadores sindicalizados. "Van por sus empleos", atemorizó. Y metió el dedo en una de las llagas de la trayectoria de Harris: la crisis migratoria de la administración de Joe Biden. "Ella es la zarina de la frontera", repitió Trump y la acusó de marxista.
La VP tuvo que atajarse respecto a una zona gris de su biografía política: sus inconsistencias y zigzagueos en temas como el fracking, la inmigración y su abordaje del crimen. Su relato de sí misma fue variando, al punto de ser acusada de ultraliberal y, al mismo tiempo, de haber sido una fiscal especialmente dura con la comunidad negra pobre en California. En la campaña de 2020 se plantó como progresista y, desde que reemplazó a Biden en la boleta, se corrió estratégicamente al centro. ¿Quién es y qué piensa la candidata que puede ser presidenta sin haber ganado ni una sola primaria?
"Estoy con los más vulnerables. Mis valores no cambiaron. Voy a tratar de levantar a la gente y no pegarle en el piso", se definió Harris cuando la conductora (negra) de ABC la aguijoneó respecto a sus cambios de posturas.
El momento dominante de Kamala Harris
El momento más dominante de Harris llegó cuando se trató el debate sobre el aborto. La ex senadora de 59 años es una vocera eficaz, como no lo era Biden, un varón católico de 81 años, en una carta que resultó ganadora para los demócratas en las legislativas del 2022. La VP arrinconó a Trump. El ex pope del real estate hace un equilibrio incómodo. Se encuentra tironeado por su base de apoyo conservadora y su intención de ganar votos centristas. "No estoy a favor de una prohibición nacional del aborto", dijo anoche en un murmullo.
Trump la volvió a pasar mal cuando lo interrogaron sobre el asalto al Capitolio de 2021. Culpó a la demócrata Nancy Pelosi y al alcalde de DC por el desborde. Al margen de sus argumentos, quedó enredado en una polémica del pasado. Y en ese trazo grueso Harris sacó ventaja, logrando despegarse de la sombra de Biden. "Escucharon dos visiones diferentes para nuestro país, una que se concentra en el futuro y otra en el pasado. No vamos a retroceder", afirmó KH.
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Un grupo de más de 50 alumnos de la Florida International University se juntó a ver el debate.
"Nuestro país está perdido. Somos una nación en declive. Con lo que está pasando aquí podríamos caer en la Tercera Guerra Mundial. Permitieron que millones de personas entren al país", concluyó Trump.
¿Trump tendrá revancha?
¿Habrá otro debate antes de las elecciones del 5 de noviembre? La campaña demócrata desafió al republicano a repetir el duelo. El equipo de Trump aún no respondió, pero seguramente querrán buscar revancha.
El profesor Anthony Pereira, director del Centro de Políticas y Relaciones Internacionales para América Latina y el Caribe, presenció el debate junto a los alumnos de la FIU. "En comparación con Biden, Harris fue mucho más fuerte, clara y articulada en los argumentos. La vicepresidente fue más calma, analítica que un Trump exagerado", analizó ante El Observador USA. Pero el especialista agregó que la gente ya conoce a Trump. "Así que seguiremos con un país dividido y la elección sigue abierta", opinó.
Con la lupa puesta encima de la nueva candidata, Harris mostró aplomo. Tal vez no sea suficiente en una carrera ultra reñida, pero exhibir un carácter presidenciable era un requisito indispensable para ganar. Y la VP superó esa prueba.