13 de abril 2025 - 10:09hs

En los últimos años, las universidades estadounidenses estuvieron en el centro del debate público, especialmente con la intensificación de las protestas propalestinas en sus campus. Las críticas a las instituciones más prestigiosas del país giraron en torno a su falta de acción frente al antisemitismo, su supuesta limitación de la libertad de expresión y su incapacidad para manejar las tensiones internas. En este contexto, un grupo de multimillonarios frustrados con el rumbo que tomó la educación superior decidió fundar una nueva universidad en Texas: la Universidad de Austin (UATX). Esta se presenta como una respuesta “anti-woke” a lo que consideran el "conformismo ideológico" y la "censura" que, según sus creadores, invadieron los campus universitarios.

Con 140 años de historia, la Universidad de Texas en Austin se destaca como una de las más grandes y prestigiosas del país, siendo un verdadero orgullo para el estado texano. Sin embargo, a solo unas cuadras de allí, en el centro de Austin, en el tercer piso del edificio Scarborough que antes se usaba como centro comercial, se encuentra la UATX, la Universidad de Austin.

Fundada en 2021, la UATX se presenta como una alternativa que reivindica el mérito y la libertad de pensamiento. La escuela afirma que no es partidista y describe su misión como la “búsqueda audaz de la verdad”. Con su lema, “Atrévete a pensar”, la institución asegura que ofrece un espacio para aquellos que buscan una educación basada en el cuestionamiento y un análisis sin las restricciones ideológicas que, según sus fundadores, han invadido las universidades tradicionales, a las cuales acusan de volverse cada vez más progresistas, intolerantes ideológicamente y de sofocar el pensamiento crítico mediante políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).

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En septiembre de 2024, la universidad recibió a sus primeros 100 estudiantes, marcando el inicio de su semestre inaugural. Más del 40% de los estudiantes provienen de Texas y un tercio son mujeres.

Actualmente, la UATX se encuentra en proceso de solicitar la acreditación federal, un proceso que, según la universidad, podría tomar de cinco a siete años, después de que su primera clase se gradúe. Como forma de mitigar el riesgo que los estudiantes están tomando y de incentivar nuevas inscripciones, la primera clase de estudiantes recibió becas completas por un valor de unos 130.000 dólares, gracias a la ayuda de donantes privados.

¿Cómo se financia la nueva universidad?

Entre sus fundadores se encuentran la propietaria de The Free Press y ex columnista de The New York Times, Bari Weiss; el historiador de Stanford y Harvard Niall Ferguson; Joe Lonsdale, capitalista de riesgo y cofundador de Palantir; y Pano Kanelos, ex presidente de St. John’s College y actual presidente de la universidad.

Al esfuerzo por lanzar la universidad se sumaron varios multimillonarios frustrados con las universidades de élite. Jeff Yass, cofundador de Susquehanna International Group, el desarrollador inmobiliario Harlan Crow y el inversor Len Blavatnik se encuentran entre las personas de alto perfil que donan a la Universidad. Según The Wall Street Journal, la UATX recibió 200 millones de dólares en financiación, incluidos 35 millones de dólares de Yass, una suma considerable para una escuela de tan pocos alumnos. Hasta el cofundador de PayPal, Peter Thiel, también hizo una pequeña donación.

Como el mayor donante de la UATX, Yass dijo en un comunicado: "La educación superior necesita competencia. Es hora de que los filántropos inicien nuevas universidades de acuerdo con la forma en que se fundaron las instituciones de aprendizaje estadounidenses”.

Crow, un importante donante del Partido Republicano, fue también uno de los primeros en respaldarlo. "Gran parte de la educación superior hoy parece querer rechazar los logros occidentales y los logros de las civilizaciones occidentales en su totalidad", sostuvo.

La agitación en los campus por la guerra en Gaza aceleró la recaudación de fondos, atrayendo a varios empresarios que sentían que las universidades aplicaban selectivamente los principios de la libertad de expresión.

"Ellos queman, nosotros construimos"

Campamento pro Palestina en Universidad de Columbia. EFE.jpg

La dicotomía "woke" contra "anti-woke" ganó terreno en el debate público estadounidense a la hora de representar el conflicto ideológico, y el ámbito universitario no fue ajeno a esta polarización. Originalmente, "woke" se refería a estar "alerta ante las injusticias sociales", pero los críticos argumentan que evolucionó hacia una ideología que amenaza la libertad de expresión, al imponer estándares estrictos sobre el discurso aceptable y "cancelar" a quienes se desvían de sus normas. Por su parte, los partidarios de los ideales "woke" suelen etiquetar tal crítica como de extrema derecha y argumentan que su objetivo es fomentar el respeto y la inclusión.

Cuando la UATX fue lanzada, su presidente Kanelos publicó un manifiesto en The Free Press, titulado “No podemos esperar a que las universidades se arreglen solas. Así que vamos a empezar una nueva". Aunque no habla explícitamente del movimiento "woke", sí critica a las universidades estadounidenses por volverse cada vez más "iliberales y censuradoras", y asegura que silencian a estudiantes y docentes que son percibidos como los que tienen las “opiniones equivocadas” sobre temas polémicos como inmigración, género, entre otros.

Un video publicado en la página de YouTube de la escuela contrasta escenas de protestas pro-palestinas y campamentos en otras universidades con un seminario civil de UATX. El video termina con el mensaje: “Ellos queman, nosotros construimos”.

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Pano Kanelos, presidente de UATX.

Pano Kanelos, presidente de UATX.

Luego de la sentencia de la Corte Suprema sobre la acción afirmativa, que rechazó el uso de la raza como un factor en las admisiones universitarias, considerándolo una violación de la cláusula de protección igualitaria de la 14ª Enmienda, y las órdenes ejecutivas de Donald Trump que apuntaron contra la DEI, muchas universidades abandonaron sus programas de diversidad, equidad y inclusión.

Además, algunas reintrodujeron los requisitos para que los solicitantes de pregrado presenten puntajes del SAT o ACT después de haber eliminado el requisito de exámenes durante la pandemia de covid-19. Anteriormente, algunas universidades habían afirmado que los exámenes estandarizados generaban preocupaciones sobre la desigualdad en la educación superior.

"Admisión meritocrática"

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Alumnos de UATX en una entrevista para CBS News

Alumnos de UATX en una entrevista para CBS News

Otra de las cuestiones que la UATX critica de las universidades tradicionales son sus políticas de admisión, a las que consideran "injustas". "Lo que hemos hecho es crear la política de admisión más meritocrática del país", dijo Ben Crocker, decano de la UATX, a Fox News.

“Lo único que queremos saber es: ¿Eres inteligente? ¿Eres brillante? ¿Estás comprometido con construir una gran universidad con nosotros? Nuestro criterio es muy simple. No nos interesa si eres del género adecuado, de la raza adecuada, de la etnia adecuada, para nosotros lo primero es el mérito”, dijo Crocker.

Además, citó la sentencia de la Corte Suprema sobre la acción afirmativa: "El juez principal Roberts, en su opinión mayoritaria, dijo que, si vamos a eliminar la discriminación racial, debemos eliminarla por completo. Pero lo que hemos visto desde que se emitió esa decisión es que nuestras universidades de élite no lo han hecho".

Los estudiantes que obtienen más de 1.460 puntos en el SAT, más de 33 en el ACT o más de 105 en el Classic Learning Test (CLT) son admitidos automáticamente en la UATX, "conforme a la elegibilidad básica y una verificación de integridad". De todas formas, la universidad asegura que los estudiantes que no alcancen esos umbrales serán evaluados en función de sus puntajes en los exámenes junto con los resultados de los exámenes de Advanced Placement (AP) o el International Baccalaureate (IB), y "tres logros verificables que deben ser descritos en una sola oración".

“Es una revolución americana en el sentido de que la vemos como un regreso a la forma en que deberían ser las cosas. No estamos tratando de reinventar todo radicalmente, pero sí estamos tratando de recuperar lo mejor de la educación en los Estados Unidos: meritocracia, excelencia, el sentido de que se debe construir algo para el bien del país”, dijo Crocker.

La UATX parece haber tenido un sólido comienzo, generando un gran interés por parte de futuros profesores, estudiantes y donantes. Sin embargo, sus seguidores ahora están atentos para ver si la institución logra trascender las razones iniciales de su fundación y se establece como una universidad respetada con logros académicos concretos, o de lo contrario, queda aferrada a una guerra cultural de coyuntura, con el interés de estudiantes y donantes decayendo cuando la discusión vire hacia nuevos puertos.

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