¿Cómo afecta el coronavirus a las visitas de los hijos de padres separados?

Hace tres años firmaron un acuerdo respecto a los menores en el que previeron que los niños estarían con el padre los miércoles desde la salida del colegio y fines de semana alternados.

Desde que el gobierno decretó la emergencia sanitaria por el Covid-19 el 13 de marzo y exhortó a la población a no salir de su casa salvo que fuera imprescindible, el régimen de visitas de Juan con sus hijos se vio alterado. Las visitas se hacen por bloque de semanas, lo que se asemeja a la tenencia compartida. Los niños estarán una semana completa con un padre y la siguiente con el otro.

María Eugenia Cal, responsable del área de familia de Ferrere, recibió cerca de 12 consultas en los últimos cinco días sobre modificaciones a las visitas de los hijos de padres divorciados. La de Juan y María se resolvió con el acuerdo entre las partes.

Algunos clientes consultan sobre soluciones acordadas, pero en otros casos, la negociación a través de videollamadas es más compleja e incluso puede llegar al Juzgado de Familia, que funciona con feria sanitaria.

"Los fines de semana son días de trabajo a full, recibimos muchas consultas. A un padre le tocaba pasar a buscarlo y no fue. El tiempo y la urgencia aparecen y se suma a la sensación de rareza en el ambiente, al miedo y la incertidumbre", dijo Cal a El Observador.  

En otros países en los que se decretó el aislamiento obligatorio, se han dispuesto soluciones específicas a esta problemática. En Argentina, una resolución del 20 de marzo dispone la suspensión de los regímenes de visitas, priorizando la salud por sobre el derecho a las visitas, con excepciones establecidas para el caso que uno de los padres tenga que trabajar fuera de la casa.

Por su parte, en España que se decretó “estado de alarma”, se estableció que se puede circular por las vías de uso público para -entre otras limitadas razones- trasladar y brindar asistencia a menores de edad, lo que es interpretado por parte de la doctrina española como un mantenimiento de las visitas dispuestas.

En Uruguay no hay una solución normativa que expresamente suspenda o mantenga las sentencias o los acuerdos judiciales sobre las visitas. Entonces son los padres quienes deben decidir qué hacer según la situación.

Aunque en algunos casos puede ser difícil, Cal aconseja dejar de lado las diferencias entre los adultos para llegar a "acuerdos racionales" que prioricen la salud de los niños, ya que aunque tienen menos probabilidades de contraer coronavirus, son vectores y lo pueden transmitir a sus mayores responsables.

De todos modos, recomendó "no romper los vínculos con el padre no conviviente", ya que tener contacto con ambos progenitores "cobra importancia en momentos especiales donde los niños están encerrados, sin rutina, sin clases", puntualizó.

Uno de los casos en los que trabajó la abogada esta semana terminó en el juzgado debido a que los padres no se pusieron de acuerdo, aunque todavía no ha sido resuelto. "Hubo incumplimiento en las visitas de la niña de diez años, la madre que tenía la tenencia pidió la habilitación de la feria y solicitó que se intimara al cumplimiento del acuerdo". Sin embargo, Cal entiende que esto no es lo ideal y por eso subrayó la importancia de buscar "soluciones creativas e innovadoras" ante una situación especial.

Alternativas

Rodolfo Souto, juez de Familia de Montevideo, afirmó que teniendo en cuenta la situación que atraviesa la sociedad por la pandemia lo ideal es mantener el régimen de forma que "sea menos perjudicial para el niño".

Hay excepciones, como la enfermedad de uno de los progenitores, del mismo niño o de adultos mayores que convivan en el lugar al que acudirá el menor, que puede llevar a la suspensión de las visitas. "En esos casos habrá que hacer modificaciones, pero si todo está bien, se pueden mantener", sostuvo. 

Uno de los temores de los padres es modificar regímenes pensando que no serán provisorios y que puede ser difícil reclamar "la normalidad" cuando termine la emergencia sanitaria. En estos casos, las dos partes pueden firmar un acuerdo que tiene "fuerza de contrato", explicó Cal. "Allí se prevé la situación excepcional durante la emergencia sanitaria. Cuando desde Presidencia se indique que se puede hacer vida normal, también termina el acuerdo", afirmó.

En caso de que se incumplan las visitas sin un acuerdo previo, la parte afectada puede presentar una denuncia. Souto explicó que en estos casos se analizará si no cumplió por razones de salud o no tiene justificación. "Puede pasar que se use esta situación para incumplir, hay que analizar caso a caso", señaló.

Mantener la comunicación

Aún cuando alguno de los padres resuelva suspender el régimen de visitas, recurrir a herramientas tecnológicas puede ser útil para mantener el vínculo entre padre e hijo.

"Pueden hacer videollamadas, eso ayuda a estar más cerca. Es bueno para los niños saber que en una situación de incertidumbre pueden hablar todos los días con el padre con el que no conviven", puntualizó Cal.

Cuando las visitan no se restringen pero cambian su frecuencia, se puede incluir en los acuerdos firmados entre las partes la utilización de tecnología para la comunicación con los hijos, según la abogada de familia.