“En el campo cada vez hay menos gente porque no hay trabajo”

¿Cómo ha sido para una mujer presidir una asociación rural importante como la de San José?
Soy la segunda mujer que la preside, la primera fue Pilar Camy. Ninguna de las dos tuvimos ningún problema. Al contrario, fueron nuestros compañeros los que nos impulsaron y no por un tema de cuota. Nos ganamos a pulmón eso.

¿Cuáles son los temas centrales en los que está enfocada la Asociación Rural de San José?
Tenemos varios temas importantes que estamos trabajando con énfasis, que tienen que ver con los problemas que afectan a los productores que representamos. Hay falta de seguridad con los animales, con una cadena de abigeato que no se corta. Después tenemos el sector de la lechería que está pasando muy mal, están cerrando tambos muy seguido. A nosotros aparte de que nos preocupa que esas vacas se vayan a frigorífico, nuestra gestión se enfoca en la familia rural. En este sentido lo que nos inquieta más es que esto representa familias que se van del campo y que lo que saben hacer es tambo.

Es un tema de varios años el de la lechería y sigue sin resolverse.
Yo estoy en la directiva desde hace cuatro años y venimos tratando el tema desde ese tiempo, porque vemos que esas familias quedan sin su sustento. Además, se trata de una de las actividades que más arraiga en el agro. Entonces nos preocupa.

Se nota mucho énfasis en mantener el arraigo en el campo.
Nos preocupa. No hay números, ya que el último censo que hay es de 2012, pero lo que percibimos es que en el campo cada vez hay menos gente porque no hay trabajo. El productor al achicar costos va reduciendo la mano de obra.

¿Existe también un problema generacional?
Al campo hay que ponerle sentimiento e implica mucho sacrificio. Eso no lo puedo asegurar, es más una pregunta para un sociólogo capaz. Lo que sí puedo decir  es que en general el que se va, vuelve. Lo bravo es cuando cierran las unidades productivas y se desarraiga la familia entera.

¿Principalmente afecta a los productores pequeños?
Se da en pequeños y en grandes también. Lo que ocurre es que el grande tiene otro margen para moverse. De pronto tiene otros rubros y puede diversificar su producción. Mientras, el pequeño queda sin nada. A su vez, esto significa leche que no está entrando a la industria y eso va a costar mucho de recuperar. En la ciudad han cerrado más de 100 comercios. Esas ciudades viven directamente del trabajo del campo y lo de la lechería está afectando muchísimo.

" En general el que se va, vuelve. Lo bravo es cuando cierran las unidades productivas y se desarraiga la familia entera”

¿Cómo ve las medidas que se han tomado de parte del gobierno?
Son paliativas, no mueven la aguja. Ni la baja en las tarifas eléctricas ni los descuentos en combustibles. El mayor problema que tiene la lechería son los costos. El tambero, así como todo el sector productivo, puede ajustarse hacia adentro, pero hacia afuera no. Entonces tenemos el socio Estado que pesa cada vez más. Hablamos de electricidad, combustible y también de la carga impositiva. En el caso de las primeras, para iniciar las actividades en el día ya implica un gasto enorme, todo lo que significa generar la comida para los animales. Estamos notando también que el productor está haciendo en lo clínico lo estrictamente necesario. Los análisis que no tiene más remedio que hacer. Se está restringiendo hasta en eso. Otro tema que nos ha complicado la vida sobre todo a lo que estamos en el campo es la inclusión financiera.

¿No está de acuerdo?
No estamos en contra de la inclusión, estamos en contra de la inclusión financiera obligatoria, sobre todo sin más cajeros. En el interior no hay infraestructura. En San José entre los cajeros que explotaron –algunos no se recuperaron– y las limitaciones horarias que se pusieron si vives en la ciudad no es nada, pero la gente que vive a 50 kilómetros está a 50 kilómetros de su dinero. A pesar de que todavía no se ha hecho obligatorio, muchos ya lo implementan. Hay que imaginar que un trabajador tiene que ir hasta la ciudad, ir al cajero y esperar a que tenga plata.

¿A qué rubro se dedica?
En este momento al ovino. Es un rubro que está creciendo, particularmente en San José. Tengo una pequeña cabaña que se está iniciando con Texel.

¿Hay como un intento de recuperar el stock de ovinos?
Sí, se está intentando recuperar lo que era el stock de hace unas décadas, pero no es fácil porque estamos luchando con el problema del abigeato –los ovinos son los animales más sencillos de robar– y las jaurías de perros, que en estos días  han causado unos destrozos tremendos. Ha habido casos en varios departamentos que afectan a los ovinos, pero sobre todo afectan al ánimo de los productores. A pesar de ello el rubro en San José está creciendo mucho, incluso con tamberos que están complementando con el rubro ovino y también hay pequeños productores que se están iniciando en el ovino. Desde la Asociación Rural de San José estamos acompañando ese crecimiento con capacitaciones, trabajando en conjunto con varias instituciones. Es una de las  formas para que la gente se pueda quedar en el campo, dándole mayor calidad a su trabajo para así permanecer en el lugar.

¿Qué ventajas tiene el rubro?
Desde nuestro enfoque arraiga a la familia rural en primer lugar. Segundo, la oveja da lana, carne, el cordero y sigue dando. Es un rubro que si se puede trabajar con tranquilidad rinde.

Mencionó el tema del abigeato. ¿Cómo cree que están trabajando las autoridades?
En este momento no tenemos ni prevención ni disuasión. No hay patrullaje. Entonces llamamos sobre el hecho consumado y vienen, pero las distancias en el campo son de 20 o 25 minutos. Es muy difícil. Hemos tenido infinitas reuniones por el tema del patrullaje en el medio rural y vamos a pedir una nueva instancia con el jefe de Policía de San José (William Martínez), con quien tenemos muy buen relacionamiento. El problema es que siempre es sobre el hecho consumado, falta disuasión.

¿Qué visión tiene del agro?
La ganadería tal vez sea el rubro que está mejor en el momento. Hubo un verano que dejó buenas pasturas y el clima se portó bien este año. A pesar de las dificultades somos optimistas. El productor rural tiene una gran voluntad. Se repone cuando hay seca, a los gobiernos y a todo lo que le ha pasado. Si estamos en el gremialismo es porque somos optimistas. 

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