"Hora de irse": la portada de The Economist sobre Dilma
La prestigiosa publicación señala que la presidenta brasileña debería renunciar
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24 de marzo de 2016 a las 13:29
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The Economist salió este miércoles con una de sus tapas -realiza cuatro diferentes según áreas geográficas- sobre Brasil, en la que con un contundente "Time to go" ("Hora de irse") plantea la salida de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cuyo gobierno se encuentra atravesando una importante crisis política.
The Economist ha prestado atención a Brasil en las buenas y en las malas.En enero también le dio destaque al país para explicar la crisis a la que se enfrenta. En esa oportunidad el título también fue acompañado de la imagen de la presidenta.
Otra publicación de 2013 mencionaba que Rousseff debía cambiar el rumbo de su gestión.
En cambio, en noviembre de 2009 el panorama era muy distinto; entonces The Economist destacó en su portada el despegue de Brasil y el riesgo de "la soberbia" en la "gran historia de éxito de América Latina".
En la tapa se muestra una foto de la presidenta brasileña con un rostro serio y pensativo.
El editorial sobre el tema hace referencia a las dificultades que enfrenta su gobierno, las cuales se han ido profundizando con el correr de los meses. El escándalo de corrupción en la empresa petrolera estatal Petrobras, la recesión que atraviesa el país -una de las peores desde 1930, que la publicación atribuye a "errores" de Rousseff durante su primer mandato-, el incremento del desempleo y los pedidos de renuncia de manifestantes son algunas de los argumentos utilizados por la revista para explicar la crisis que se vive en Brasil.
The Economist también critica la decisión de Rousseff de designar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro, lo que otorga al exmandatario cierta inmunidad ante la Justicia. Es que Lula fue detenido en su casa para declasrar, por orden del juez federal Sergio Moro, quien está a cargo de las averiguaciones sobre una red que se apropió de manera ilegal de cerca de US$ 2.000 millones de Petrobras.
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Ante esta situación, la revista sugiere tres formas posibles de que Rousseff se retire del gobierno. La primera que marca es que se demuestre que obstruyó la investigación de Petrobras, aunque hasta el momento las acusaciones "no han sido probadas y ella las niega". Como segunda opción plantea la decisión de la Corte Electoral brasileña de llamar a nuevas elecciones presidenciales, algo que podría hacer en caso de que se demuestre que su campaña para la reelección fue financiada mediante sobornos por ejecutivos de Petrobras, aunque en el artículo se considera que esta investigación tomará largo tiempo.
The Economist ha prestado atención a Brasil en las buenas y en las malas.En enero también le dio destaque al país para explicar la crisis a la que se enfrenta. En esa oportunidad el título también fue acompañado de la imagen de la presidenta.
Otra publicación de 2013 mencionaba que Rousseff debía cambiar el rumbo de su gestión.
En cambio, en noviembre de 2009 el panorama era muy distinto; entonces The Economist destacó en su portada el despegue de Brasil y el riesgo de "la soberbia" en la "gran historia de éxito de América Latina".
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