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¿Me deja su tarjeta?

Algunas personas afirman categóricamente que no se usan más pero no es así

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07 de noviembre de 2017 a las 05:00

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Algunas personas afirman categóricamente que "las tarjetas no se usan más". Me refiero a aquellas que pueden acompañar un regalo, expresar un pésame o que se entrega cuando nos la solicitan. Por eso, dentro del comportamiento cotidiano deseo comentar que no poseo intereses económicos en imprentas locales o en comercios dedicados a la papelería en general. Afirmo que el empleo de las tarjetas sigue vigente.

Por una parte, está la denominada tarjeta personal. En ella figuran únicamente los nombres y apellidos de una persona y juega un papel importante en la vida de relación. Hasta se visita por tarjeta a un enfermo y, también un diplomático conoce sus reglas y sabe acercar la suya en circunstancias concretas. En una ocasión mencioné lo de las visitas a una persona enferma "por tarjeta". Quizás sorprenda. Sin embargo, cuando alguien no puede recibir personalmente, se puede pasar por el sitio de internación o por el domicilio, para dejar una tarjeta personal. Al dorso de la misma se escribirán los datos de la persona internada. Es sabido que a veces se necesita sosiego y calma.

En las tarjetas personales figuran únicamente nuestros nombres y apellidos. En ellas nadie es "doctora" o "doctor" ni se colocan los datos del domicilio y teléfonos, e-mail. Con estas tarjetas se pueden acompañar obsequios, daremos gracias por alguna atención, felicitaremos y podremos dar un pésame. En cambio, las tarjetas profesionales, comerciales o empresariales llevan impresos todos los datos que faciliten la comunicación.

Una tarjeta es un trozo de cartulina rectangular con unas medidas generalmente empleadas en un país o ciudad según usos sociales y comerciales. Por lo general son de color blanco pero el color puede estar presente. Han pasado los años y se mantienen algunas formas en las llamadas "tarjetas personales". Las tradicionales siglas en francés siguen en pie y a veces son cambiadas por las de nuestro idioma español. Así tenemos entre otras, a "p.f" (por feliciter) -para felicitar o "p.r" (para agradecer) o "p.c" (pour condoléance) para dar el pésame. Para agradecer los regalos de boda hay un "a.a." (agradecen atención) aunque también es posible agregar algunas palabras para mencionar el regalo recibido. También en esta tarjeta una madre podrá redactar una esquela.

En las llamadas tarjetas profesionales, comerciales, empresariales, aparecerán todos los datos que no se utilizan en las llamadas personales. Colaborarán para facilitar la comunicación. Existieron, existen y tienen utilidad las denominadas "tarjetas de matrimonio". En ellas figuran los nombres y apellidos de la mujer y el marido. Se empleaban y todavía se utilizan para llevar a la práctica pequeños gestos. Son las felicitaciones, los pésames, las salutaciones, el envío de un regalo.

¿Cosas extrañas? De ninguna manera. Lo "extraño" convive hoy con el "O.K", los teléfonos inteligentes, el whatsapp y con todo lo del mundo de nuestros tiempos digitales y con las tarjetas rojas, de crédito, de débito, de identidad, electrónicas, telefónicas. Así como en nuestro país no existe el llamado "servicio militar obligatorio, las convenciones sociales, profesionales, tampoco son de uso obligatorio. Por eso, nunca más ilustrativo aquel dicho de nuestras bisabuelas: "Lentejas...Si las quieres bien y si no las dejas".

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