América Latina lidera el mundo en oportunidades desaprovechadas

América Latina ha sido bendecida con energía renovable abundante y barata. Es uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo. Está en paz, lejos de conflictos globales y sus naciones son en su mayoría democracias robustas. Está cerca de EEUU, en una posición ideal para beneficiarse del traslado de la producción desde China.

Sin embargo, los presidentes de América Latina parecen tener otras prioridades.

En lugar de averiguar cómo Brasil puede competir con India para ensamblar los iPhone o ganar inversiones en microchips, el presidente Luis Inácio Lula da Silva quiere construir refinerías de petróleo, reactivar la construcción naval y buscar una unión monetaria con su vecino casi en bancarrota, Argentina.

"Brasil tiene todo este potencial con respecto al hidrógeno verde", dice Monica de Bolle, del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington. "Y, sin embargo, el gobierno no lo está persiguiendo. Es la típica historia de cómo Brasil pierde oportunidades".

Los aparentes pasos en falso de Lula se producen cuando, sorprendentemente, América Latina está luchando para gestionar un buen crecimiento económico. Esto no debería ser tan difícil. Las recientes tendencias geopolíticas le han presentado a la región algunas ventajas extraordinarias.

El presidente de izquierda de Chile, Gabriel Boric, describió una estrategia para explotar las abundantes reservas de litio del país el mes pasado. Marcó varias casillas: una mayor preocupación por el medio ambiente, consultas con las comunidades locales, el deseo de aprovechar una rara oportunidad para impulsar el desarrollo económico.

Pero le faltaba un ingrediente clave: incentivos para que las empresas mineras elijan a Chile sobre otros competidores para la inversión en litio. La decisión del presidente izquierdista de poner los futuros proyectos de litio bajo control estatal recortó US$5.7 mil millones del valor de las dos empresas que actualmente extraen el “oro blanco” en Chile.

El anuncio de Boric "fue mal elaborado y mal transmitido", dijo Joe Lowry, un experto en litio con sede en EEUU. “Esto ha creado una gran cantidad de incertidumbre”.

México debería ser la nación latinoamericana mejor posicionada para ganar el negocio lucrativo de "nearshoring" — el traslado de actividades comerciales o manufactura a un país cercano — dada su proximidad a EEUU y su tratado de libre comercio.

Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador abolió la agencia de promoción de inversiones, atacó a las empresas de energía renovable, detuvo un importante proyecto cervecero estadounidense y desechó un aeropuerto internacional parcialmente construido para la Ciudad de México. Entre sus principales prioridades: un tren turístico alrededor de la península maya y una nueva refinería de petróleo de US$14 mil millones.

Según Shannon O'Neill, experta en México del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, el enfoque de López Obrador ha llevado a una transferencia menor de lo esperada de producción estadounidense a su vecino mexicano. “La política y las políticas están frenando el nearshoring. Incluso a medida que China pierde cuota de mercado estadounidense, se está trasladando principalmente al sudeste asiático".

Argentina, la tercera economía regional más grande, está casi en bancarrota. Su gobierno peronista ha impuesto controles de precios y cambios que no han logrado detener la inflación de más del 100 por ciento anual, y a la vez ha acabado con la mayor parte de la inversión extranjera.

Buenos Aires también ha creado incertidumbre sobre los impuestos y las divisas para las exportaciones agrícolas y ha impuesto límites a las ventas de granos en el extranjero, lo que frena el gran potencial del sector agrícola. (La industria del litio, regulada por los gobiernos provinciales, sigue siendo un punto brillante).

En Colombia, el presidente Gustavo Petro se ha opuesto a nuevos proyectos en petróleo y minería, el pilar de la economía. El ex guerrillero revolucionario también acaba de obligar a todo su gabinete a renunciar, incluyendo su respetado ministro de Finanzas, José Antonio Ocampo, como parte de un cambio a un gobierno de “emergencia”.

Reaccionando a lo que consideran un clima antiempresarial, muchos de los ricos de América Latina han estado transfiriendo activos al extranjero en los últimos dos o tres años en lugar de invertir en casa.

“Muchos países de la región están atravesando una fase de introspección y pueden estar en riesgo de perder las oportunidades que se presentan en el contexto global cambiante”, concluye Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. el Caribe.

Cuando Boric anunció su plan de litio, les dijo a los chilenos: “No podemos darnos el lujo de desperdiciar esta oportunidad”. Es posible que haya hecho precisamente eso.

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