Diputado Pablo Iturralde, secretario del Directorio del Partido Nacional

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Blancos buscan agenda propia para dejar de bailar a ritmo del FA

En el Partido Nacional empiezan a discutir posibles cambios constitucionales
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17 de julio de 2015 a las 05:00

Dirigentes del Partido Nacional organizaron un evento para empezar a cambiar la lógica de respuesta al oficialismo y, a la vez, construir una agenda propia. Interesados por las movidas de reforma constitucional que surgen del Frente Amplio, la agrupación de jóvenes blancos de la lista 430, junto al diputado Pablo Iturralde, organizaron una mesa para discutir qué aspectos de la carta magna son dignos de cambio, y cuáles deben ser defendidos si se propicia una reforma. Pero en esa dinámica terminaron por admitir la dificultad de actuar de otra forma que no sea al ritmo de la coalición de izquierdas.

"A veces parece que el FA pone la música y nosotros bailamos al son de su ritmo. Tenemos que marcar la cancha", aseguró Iturralde el miércoles por la noche en el evento realizado en el local de la departamental nacionalista. "Tenemos que salir a la ofensiva, no podemos ser el partido que conteste, que esté en contra y decir 'ojo que no nos metan esto, que no nos metan el voto en el exterior para ganar poder'. Hay valores constitucionales para defender", insistió el legislador.

El diputado nacionalista fue duro con el rol pasivo que a veces siente que tiene el Partido Nacional frente a los temas de agenda legislativa, y no logra poner en discusión temas propios que consideran centrales como la descentralización para otorgar mayor autonomía y participación al interior.

Además de Iturralde, el panel de debate estuvo integrado por la profesora de Derecho Público de la Udelar, Cristina Vázquez; el abogado y exministro de Interior, Juan Andrés Ramírez; el profesor de Tributación de la ORT, Marcelo Marchetti; el exministro de la Suprema Corte de Justicia, Leslie van Rompay, y el presidente del Directorio blanco, Luis Alberto Heber.

El debate giró en torno a varios ejes: el rol y la regulación constitucional de las entidades instrumentales como sociedades anónimas estatales a las que se les encomienda la gestión de determinadas competencias del ente, la "domesticación" del Poder Judicial en manos de los gobiernos, la necesidad de una reforma fiscal en materia de impuestos y la modificación del plazo ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo para revocar una decisión administrativa para la devolución de dinero por el pago de impuestos.

Para Ramírez, el propósito de los tribunales constitucionales y la falta de imparcialidad de ese organismo, no puede entenderse por parcelas. "Los jueces logran ponerse en los zapatos de todos los involucrados y así es cómo funciona correctamente. Es importante para la democracia debatir estos temas y la relevancia o no de reformar la Constitución", dijo.

Heber cerró la jornada de debate y fue claro al decir que le molestaba cada vez que la prensa le pregunta por lo que dice el FA en materia de reforma constitucional. "No quiero que me sigan preguntando por cada uno de los bolazos que sale en la prensa", se quejó, mientras señalaba a un periodista que estaba entre el público.

"Un Ministerio de Justicia suena a dictadura"

Leslie van Rompaey, ministro de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) en el período 2002–2012, fue invitado por Ramírez para analizar la reforma constitucional en torno al rol de los jueces y la SCJ. El exmagistrado criticó el lugar que ocupa el Poder Judicial como rehén del gobierno y la poca autonomía actual que posee el organismo. "Permanentemente se somete al Poder Judicial (PJ) a los designios del gobierno de turno, cuando este tiene que ser autónomo, y nosotros tenemos que defender esta autonomía". A su juicio, "cuando cae la independencia del PJ, cae la democracia del país y no podemos permitir que eso siga sucediendo. Uruguay es reconocido por su calidad democrática". Pese a eso, Van Rompaey destacó que el PJ uruguayo es el más independiente y autónomo de la región. Se refirió a uno de los proyectos planteados por el FA, entendiendo que son símbolos de la dictadura. "A mí un Ministerio de Justicia me suena a dictadura. No es un órgano propio de la dictadura porque hay democracias que tienen uno, pero siempre retacea potestades al Poder Judicial".

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