Diego Battiste

Comandante dijo en el Parlamento que lancha auxiliar del ROU 51 solo sufrió daño en equipamiento eléctrico, pero Armada compró repuestos para motor

Aunque en principio la Armada había señalado que este episodio había ocurrido en el marco de una maniobra de entrenamiento, el comandante admitió que fue durante la operación para trasladar mar adentro a tres naves obsoletas que iban a ser cañoneadas y hundidas

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16 de marzo de 2023 a las 05:04

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Dos días después de que su comandante Jorge Wilson dijera en el Parlamento que la lancha auxiliar del ROU 51 solo sufrió daños en su equipamiento electrónico en un accidente en noviembre, la Armada llamó a un concurso de precios para comprar una larga lista de repuestos para el motor de dicha embarcación.

Wilson concurrió el miércoles 8 de marzo a la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados acompañando al ministro de Defensa Nacional, Javier García.

El propio ministro le pidió al comandante que contara a los legisladores “la información sobre la lancha auxiliar”.

Wilson dijo que la lancha se dio una vuelta de campana porque se llenó de agua al sufrir “averías en el casco”.

Aunque en principio la Armada había señalado que este episodio había ocurrido en el marco de una maniobra de entrenamiento, el comandante admitió que fue durante la operación para trasladar mar adentro a tres naves obsoletas que iban a ser cañoneadas y hundidas.

Dijo no saber por qué la lancha rompió su casco. “El origen de esto puede ser muy variado. En el artículo (dijo en relación a la nota de El Observador) se menciona que colisionó con piedras. Por el lugar del impacto yo creo que esto no fue piedra; colisionó con una de las embarcaciones que tomó a remolque, que tenían el casco deteriorado, con algún resto presente en la dársena de la Escuela de Especialidades o con algún objeto flotante porque es un rayón en el casco lo que termina perforando”.

Lancha ROU 51

Wilson insistió ante los diputados en la versión de que los únicos daños que recibió la lancha fueron el equipamiento electrónico.

“Esa entrada de agua al día de hoy fue reparada por el servicio del dique de la Armada. Se le hizo un cordón de soldadura de aluminio, se probó y la lancha está con el casco hermético nuevamente, lista para ir al agua. ¿Qué tiene pendiente? La sustitución de algún equipamiento electrónico que por haberse mojado fue retirado por el servicio de armamento y se está reponiendo. Ya se le repuso un equipo de VHF y un GPS; está pendiente un AIS y el radar que tenía la unidad”.

No informó del costo de esos aparatos, ni ningún legislador se lo preguntó.

Dos días después, sin embargo, la Armada llamó a un concurso de precios destinado a la “Reparación embarcación auxiliar ROU 51”.

Allí llama a interesados en ofertar por una larga lista de piezas mecánicas, elementos del motor de la lancha.

Los ítems de llamado a concurso de precios 1008/2023 son para juego de juntas de motor, junta de tapa de válvulas, sello de tapa de motor, junta de intercambiador de calor, junta de turbocompresor, cartuchos para filtro de carbono activado, aro de retén de cigüeñal, juego de juntas de turbo, junta de caño de escape, junta de línea de aceite, junta múltiple de escape, juego de juntas de bomba de agua, cable de estrangulador de motor y unidad de control de motor.

El llamado se publicó en la web de compras estatales el 10 de marzo y las ofertas se pueden recibir hasta el día 17 de marzo.

Faltó aviso a tráfico

En la visita al Parlamento, el comandante en jefe de la Armada admitió que no se tramitaron los permisos ambientales, ni se avisó a los reguladores de tráfico, respecto a que tres lanchas en desuso fueron hundidas mar adentro.

Unos días antes, el vocero de la Armada, capitán Alejandro Chucarro, declaró a El Observador que la maniobra contaba con los permisos ambientales correspondientes.

Chucarro dijo que esa información se la transmitió el oficial a cargo de todo el procedimiento, al cual no quiso identificar.

Wilson también señaló que la Armada omitió avisar a “control de tráfico” de que iban a estar disparando cañonazos.

“La Armada generalmente utiliza un área que se llama área bárbara; esta área comprende las posiciones donde se hacen los ejercicios de tiro porque no es común encontrar tráfico mercante ni de pesca. Generalmente se avisa a los navegantes que se va a hacer el ejercicio en el área y se comunica a Fuerza Aérea lo que se llama el Notam, que es la prohibición de circulación aérea en determinada altura; dependiendo del tipo de munición que se use es la elevación en la que no puede haber circulación de aeronaves”.

El comandante Wilson precisó que el hundimiento se produjo a 180 millas náuticas al sureste de Montevideo, en aguas del océano Atlántico. Por error, al dar cuenta de este episodio que había sido silenciado por la Armada, El Observador dijo que había ocurrido en aguas del Río de la Plata, a un kilómetro de la costa.

Wilson admitió que las naves hundidas tenían contaminantes peligrosos, aunque dijo que en cantidades menores: “Sé que tienen presencia de amianto o asbesto en los escapes, porque era la única aislación térmica disponible en los años cincuenta o sesenta para este tipo de unidades, pero no hay presencia significativa y no hay en el resto de la unidad material contaminante”.

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