El gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires intensificará los controles de alcoholemia durante las festividades de Navidad y Año Nuevo. Los operativos se desplegarán estratégicamente en 20 puntos distribuidos en diversos barrios de la jurisdicción.
Esta medida responde a la imperante necesidad de mitigar los incidentes viales asociados al consumo de alcohol, factor contribuyente en aproximadamente el 20% de los siniestros fatales registrados en la Ciudad. La Secretaría de Transporte, mediante un comunicado oficial, subrayó la importancia de esta política como elemento clave para la reducción de eventos adversos en las vías, reafirmando el compromiso constante de los agentes de tránsito, quienes ejecutan operativos durante los 365 días del año. Este esquema se replicará en la celebración de Año Nuevo.
Según datos oficiales, entre 2016 y noviembre de 2023, los controles de alcoholemia experimentaron un incremento superior al 200%, con una correspondiente disminución en la tasa de resultados positivos, pasando del 3,3% al 1,2%.
Durante el presente año, se llevaron a cabo más de 1100 controles diarios de alcoholemia, detectándose, en promedio, 14 conductores positivos diarios. Este escenario derivó en la retención de 4505 licencias, con una duración mínima de dos meses.
Los controles exhaustivos incluyen la verificación de documentación, donde se requiere la presentación de la licencia de conducir, la cédula verde y el seguro del vehículo. Posteriormente, se somete a los conductores a un riguroso examen para determinar la presencia de alcohol. Inicialmente, se emplea un alómetro y, en caso de resultado positivo, se realiza un test con alcoholímetro para precisar el dosaje.
A pesar de la reciente aprobación de la Ley de Alcohol Cero a nivel nacional, la Ciudad ha optado por mantener su propia regulación al respecto. Los límites establecidos son de 0,5 gramos por litro de sangre para conductores de vehículos particulares, 0,2 gramos para motociclistas y cero gramos para principiantes y conductores profesionales.
En territorio porteño, el límite máximo tolerado es de 0,5 gr/l para conductores de vehículos particulares, 0,2 gr/l para motociclistas y cero gr/l para principiantes y conductores profesionales. Por eso, las sanciones a quienes den positivo son las siguientes:
Además, sólo en la primera falta, si el conductor inhabilitado aprueba un curso de educación vial, el plazo de inhabilitación puede reducirse a la mitad. En ningún caso está permitido ceder el volante en caso de ir con un acompañante.
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