Cristina marca la agenda

Con su candidatura a la vicepresidencia, la exmandataria argentina puso en jaque al peronismo moderado y creó fisuras en la coalición de gobierno

Tiempo de lectura: -'

26 de mayo de 2019 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

El inesperado anuncio de Cristina Fernández de Kirchner el sábado pasado de que integraría una fórmula presidencial, como número 2, con Alberto Fernández sacudió a la opinión pública argentina y ha puesto de cabeza a todo el panorama político de la vecina orilla. La movida de Cristina iba dirigida a restar ímpetu al llamado peronismo moderado del lema Alternativa Federal, que unos días antes, con la resonante victoria de Juan Schiaretti en Córdoba, había cobrado su mayor impulso en la intención de voto de cara a las presidenciales de octubre y empezaba a acaparar los reflectores como tercera fuerza. De pronto, y por unos días, la gran incógnita en los medios argentinos ya no era, como había sido los últimos dos meses, si Cristina sería candidata o no, sino cuál sería el candidato de Alternativa Federal.  Allí se barajaban varios nombres, todos ellos identificados con lo que Schiaretti como gran articulador del espacio entiende por “la superación de la grieta”, la profunda división de la sociedad argentina en torno a los proyectos antagónicos del macrismo y el kirchnerismo. Por un lado, el exministro de Economía Roberto Lavagna; el actual gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey y el senador Miguel Ángel Pichetto. Luego, como una incógnita aparecía la figura de Sergio Massa, muy de capa caída hasta entonces y más bien parco en las definiciones político-electorales.

El caso es que esos habían sido los nombres en danza la semana pasada. Cristina debía recuperar centralidad, aprovechar los últimos números en las encuestas, que por primera vez la ubicaban por encima de Macri en un escenario de balotaje, y tratar de unificar al peronismo en torno a su figura: con suerte, traer de nuevo al redil a los moderados de Alternativa Federal. No lo logró del todo, o no todavía, pero vaya si ha dado que hablar. El lanzamiento de la fórmula Fernández-Fernández ha obligado a todo un reacomodo al interior de cada fuerza política. Por lo pronto, provocó el distanciamiento de Lavagna de Alternativa Federal. El exministro no quiere ir a unas elecciones internas para definir al candidato del peronismo moderado. Entiende que este es su momento y que debe ser ungido por el espacio como “candidato de consenso”. Algo que siempre ha chocado con la idea de Schiaretti de ir todos a unas primarias y que gane el mejor.

El martes pasado, Lavagna y Schiaretti se reunieron en Buenos Aires, y evidentemente no se pusieron de acuerdo. Al otro día salió Lavagna solo, anunciando su candidatura e, increíblemente, minimizando el alcance de Alternativa Federal dentro del peronismo moderado. Identificó a AF como una mera “partecita” dentro de esa gran tercera vía electoral “por fuera de la grieta” que el exministro ubicó bajo un paraguas mayor con el ignoto nombre de “Consenso 19”. Mientras que Schiaretti salía minutos después a recomponer el espacio en rueda de prensa tras reunirse con Massa, Urtubey y Pichetto, todos ellos contestes, según el gobernador de Córdoba, en que el candidato debe salir de unas primarias. Schiaretti además abrió el abanico a otros partidos y figuras políticas como posibles socios de Alternativa Federal, entre los que mencionó a Daniel Scioli y, aunque usted no lo crea, a Marcelo Tinelli. El solo hecho de nombrar al afamado conductor televisivo le resta seriedad a la propuesta. Y es que entre el ego de Lavagna y el desespero de Schiaretti por salvar los muebles, han dejado una imagen de desbarajuste y confusión en Alternativa Federal. La movida de Cristina parece empezar a dar resultados.  Y si Alberto Fernández tiene éxito en su declarado intento por convencer a Massa de sumarse al proyecto que integra con la expresidenta, la desbandada en el peronismo moderado podría no hacerse esperar. Históricamente la lealtad no ha sido una de las fortalezas entre los dirigentes peronistas. O como bromeaban los radicales en épocas de Ricardo Balbín, el peronismo es la única corriente política del mundo que tiene un día de la lealtad (17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista), porque todos los demás días del año están libres de cultivar esa virtud.

AFP


El otro cimbronazo se produjo al interior de la coalición de gobierno, Cambiemos, que integran el PRO de Macri y la Unión Cívica Radical. El presidente viene a la baja en las encuestas desde hace meses; y el muy mediocre desempeño de su gobierno, con devaluación, inflación récord, y el desempleo y la pobreza al alza, complican cada vez más sus chances de reelección. Por eso tras el anuncio de Cristina, se empezó a manejar en Cambiemos la posibilidad de que Macri no sea el candidato. Los radicales llegaron incluso a hacer públicas sus preferencias porque la abanderada de la coalición sea la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Y es muy probable que lo vuelvan a hacer el lunes en la convención de la UCR. Según las encuestas, con Vidal como candidata, la intención de voto de Cambiemos sube 10 puntos respecto de la de Macri, y le ganaría por la mínima a la fórmula Fernández-Fernández. Pero no parece factible. Macri, por temperamento, no se va a bajar. Y si logra controlar la cotización del dólar y detener el deterioro de la economía, después de todos los vaivenes de la temporada electoral, sus chances de reelección podrían mejorar y abrochar un segundo mandato que lo redima de esta noria lenta que ha arrastrado por más de dos años.

Queda la sensación de que el actual estado de cosas en la política argentina es de su propia factura. De haber hecho Macri un gobierno medianamente aceptable, la figura de Cristina se habría desdibujado en su propia fatalidad. Tampoco aprendieron en el macrismo las lecciones de humildad: no se vacunaron contra la soberbia del kirchnerismo. Y llegaron al poder con aquello de “el mejor equipo de gobierno en 50 años”, y la estrella de Marcos Peña, el joven jefe de gabinete, que “nunca perdió una elección” y se llevaba el mundo por delante. Finalmente en octubre, tal vez más precisamente, en noviembre, sabremos si este Ícaro de la política argentina ha volado tan cerca del Sol que termine por chamuscar sus alas. Pero que Cristina, con cinco procesamientos con prisión sobre sus espaldas —de lo que se viene salvando gracias a sus fueros parlamentarios—, con la única integrante de su familia sin fueros, su hija Florencia, que no vuelve de Cuba para no hacer frente a sus propias causas judiciales, y un sinfín de escándalos de corrupción en su gobierno, esté hoy encabezando las encuestas y tenga esta capacidad de marcar la agenda, habla a las claras de lo que ha sido el gobierno Macri.
Todo trae a la memoria aquella famosa frase de Perón: “No es que nosotros seamos buenos; es que los otros son muy malos”.

 
Correa analiza también postularse como vicepresidente
 El expresidente ecuatoriano Rafael Correa dijo que aspira a que se celebren elecciones anticipadas en su país y sopesa presentarse como candidato a vicepresidente de un líder consensuado, emulando así a su excolega argentina Cristina Fernández de Kirchner.
“Es una propuesta”, dijo el exmandatario, y agregó que dentro de su idea, para el cargo de presidente, “probablemente se busque a alguien que no sea tan cercano (al consejo) de la Revolución Ciudadana”, su movimiento.
“Lo importante es cumplir con el rol histórico de recuperar la Patria”, apuntó tras acusar de haberla “destruido” a su sucesor, Lenín Moreno, quien esta semana concluyó  su segundo año de gobierno.
Residente en Bélgica desde que dejó el poder en 2017 y requerido por la justicia de su país por violación de medidas cautelares en un caso de secuestro que él considera parte de una “persecución política”, Correa exhorta en su lugar a investigar un presunto caso de corrupción que no duda en atribuir a su sucesor.“¿Cómo puede acusar a un Gobierno de corrupción del que él mismo formaba parte? ¿No se dio cuenta que había corrupción generalizada? ¡Eso es porque es mentira!”.
 
 
CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.