De amor, desamor, rock 'n roll, mujeres y paternidad: seis libros ideales para el verano

La última novela de Damián González Bertolino, uno de los textos nominados al Man Booker Prize y la reedición de uno de los clásicos de Rosa Montero son algunas de las opciones para las vacaciones que se avecinan

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22 de noviembre de 2018 a las 05:01

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Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977) publicó su primera novela en 2012. La llamó Matate, amor y decidió que empezara así: “Me recliné sobre la hierba entre árboles caídos y el sol que calienta la palma de mi mano me dio la impresión de llevar un cuchillo con el que iba a desangrarme de un corte ágil en la yugular”. Así, sin preámbulos, la autora hace su anuncio. Matate, amor es la historia de una mujer que es madre de un niño pequeño y vive con su marido en el medio del campo o del bosque o tanto da. Lo que importa es lo que le sucede a esa mujer con todo eso. La ópera prima de Harwicz es una catarata mental, un cúmulo de pensamientos conectados que se vuelven hipnóticos, adictivos, peligrosos (advertencia para madres primerizas con pocas horas de sueño encima). Harwicz es brillante en la narración de esas ideas que de tan lúcidas rozan la demencia (“no hay nada más siniestro que ser fruto de una familia normal”). Seis años después, su texto vuelve a editarse (Mardulce, $ 450), se convierte en obra de teatro, se traduce al inglés y logra meterse en la lista de los nominados al Man Booker Prize.

Matate, amor - Ariana Harwicz
Herodes - Damián González Bertolino

Los libros de Damián González Bertolino son como relámpagos que se anuncian desde lejos. Cuando un título de su cosecha se presenta y ocupa un lugar en las librerías locales, el cielo de la literatura uruguaya agradece y se ilumina un poco más. En ese sentido, Herodes (Estuario, $ 470) –la última novela firmada por este escritor fernandino– es más que un relámpago, es una tormenta inmensa e intensa que se desata desde la primera página.
La historia no es, sin embargo, rebuscada ni está tapizada de personajes secundarios entre los que perderse. Es, en pocas palabras, un retrato doliente sobre la relación de un millonario argentino, viudo, cuarentón y radicado en Punta del Este, con su hija, que tiene unos 10 años y está postrada en una silla de ruedas. A través de ellos González Bertolino construye, con sutileza y contundencia, párrafos cargados de detalles y una historia plagada de rincones oscuros, de impulsos truncos que se pierden en el aire y crean una atmósfera sobrenatural que empapa las páginas y le suma belleza al texto. Es, sin dudas, uno de los libros uruguayos del año.

Nosotras - Rosa Montero

Cuando la escritora española Rosa Montero publicó en 1995 Historias de mujeres, fue pionera en reivindicar el rol de la mujer en la historia. Con retratos de mujeres como Agatha Christie, Simone de Beauvoir y Frida Kahlo –entre otras 13 más–, Montero abordó el aporte de cada una de ellas en la ruptura de estereotipos machistas dentro de un lugar y tiempo determinado. Ahora la escritora retoma esa edición y le añade 90 retratos más que ilustran a mujeres –anónimas pero igual memorables– desde la antigüedad hasta la actualidad. Nosotras. Historias de mujeres y algo más (Alfaguara, $ 790) no es –como lo advierte la autora– “un libro solo para mujeres, de la misma manera que el feminismo no es solo cosa de chicas”. Montero –una de las voces fundamentales de la literatura española contemporánea– invita, entonces, a deconstruir la desigualdad de género no solo desde la alteración del papel de la mujer, sino también desde el rol del hombre. De yapa el libro viene con preciosas ilustraciones de María Herreros.  

Mi primer saludo al Sol - P. Segovia /C. Figares

La editorial independiente Topito Ediciones viene, desde hace tiempo, generando contenidos distintos y llamativos para los primeros lectores de la casa. Ejemplos anteriores y destacados son Mi primer libro de cine, Mi primer libro de rock y Flush, una adaptación de algunos fragmentos de la novela homónima de Virginia Woolf. Su último título sigue la línea de Mi primer libro de... y retoma a la autora Pato Segovia, que escribió e ilustró los dos anteriores libros de la colección. 
En el caso de Mi primer saludo al Sol ($ 350), el foco está puesto en la práctica del yoga en los niños a través del juego y de, por ejemplo, la imitación de figuras de animales. Según se explica en el anverso del libro, el yoga en los niños tiene muchos beneficios y los ayuda a mejorar la postura, el equilibrio, la respiración y la flexibilidad, además de desarrollar las herramientas de la concentración y la paciencia. La edición de Mi primer saludo al Sol se realizó, además, con la colaboración de Carol Figares, una profesora de yoga especializada en el área infantil.

Oktubre - Carolina Bello

Olga vive en Ucrania. Su madre es argentina, y después de la visita de unos amigos de ella, empieza a cartearse con Hernán, que vive en Buenos Aires. Él le manda un casete con canciones de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y ella se hace fanática. Esta historia se conforma a través del intercambio de cartas, de las memorias de cada uno, y de un cruce con la historia de los soviéticos que grababan discos prohibidos sobre placas de radiografía. Oktubre ($ 350) forma parte de la colección Discos del sello Estuario. Los tomos anteriores eran ensayos o textos periodísticos. Este es ficción, pero el análisis del disco, de su impacto y del trabajo de la banda está presente a través de los comentarios de Hernán y Olga. Dos adolescentes que reflejan el poder universal de la música en un mundo cambiante. Porque esta pareja de amigos y amantes platónicos vive en 1986. Hernán en una Argentina que sale de la dictadura, Olga en una Unión Soviética cada vez más caótica. Y ella, además, vive cerca de una localidad que quizá conozcan. Se llama Chernóbil.

Zúriák – Nelson Traba y Willni Dávalos

En tiempos en que la poesía nacional está de parabienes, Yaugurú –la cuidada y muy linda editorial uruguaya– publica Zúriák ($ 400) que podría ser definido como un texto en coro. Nelson Traba y Willni Dávalos son poetas ambos. Uno nació en un paraje de Artigas llamado Campodónico. El otro en la un tanto más turística Cusco. A cuatro manos escribieron esta novela que es, también, un ejercicio literario, una exploración del lenguaje y una guiñada constante a la poesía. 
La historia, para aquellos que necesitan saber de qué va un libro, narra la vida de un grupo de niños que vive en un orfanato. Tal vez la mejor manera de definir con lo que se va a encontrar es el lector es a través de las palabras de Alejandro González Belvis, encargado de escribir una advertencia para quienes se adentren en el texto. Dice: “La belleza de Zúriák está en los fragmentos. Uno llega a perderse en ellos, en el desfile de personajes –huérfanos, ladrones, abusados– en el coro desarreglado que arman sus voces, en las imágenes y en los sueños”.  

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