Sandra Cancela

De madrugada, de un potrero pegado a la casa, le robaron 27 ovejas

Paso a paso el relato de una productora ganadera familiar sobre un caso que ocurrió esta semana en San Jacinto, Canelones; "es terrible", reflexionó

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05 de marzo de 2020 a las 11:24

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Una productora ganadera, en estado de alerta tras algunos perjuicios recientes que le habían ocasionado delincuentes, decidió resguardar por las noches a sus vacunos y ovinos en potreros distantes de las zonas habituales, pegados a la casa donde vive el empleado rural que desarrolla diversas labores en el establecimiento. Pese a eso, en la madrugada del miércoles de esta semana le hurtaron 27 ovejas.

Sandra Cancela explicó a El Observador que está al frente de un emprendimiento ganadero de escala familiar, ubicado a ocho kilómetros de la ciudad de San Jacinto, en Canelones, a la altura del km 148 de la ruta 11, en el paraje conocido como Estación Pedrera.

Allí, con gran esfuerzo, ha desarrollado con el paso del tiempo un sistema productivo moderno, con cultivos forrajeros, con suplementación para los animales, con sanidad óptima, con buenas vacas de cría en la explotación bovina para obtener terneros de buen valor, con genética Merino Australiano y Corriedale en el caso de los ovinos, para lograr en ese caso a la vez buenas estructuras corporales y un vellón con micronaje fino y así llegar al mercado con carne y lana de buena calidad, logrando mejores precios. Y en una majada que llegó a 316 cabezas de lanares de un día para el otro hay 27 menos.

Sandra Cancela

El ataque a vacas con hierros y cuchillos

Sandra recordó como antecedente del mal momento el ataque a dos de sus vacas de cría. Uno de los vacunos fue atacado con un hierro y otro con un cuchillo. Ambos quedaron con vida, pero con el paso de las horas terminaron muriendo. El último de esos dos casos fue el 16 de febrero de este año. Eso fue lo que determinó que los animales, todos, comenzarán a ser resguardados por las noches lo más próximo posible a la casa donde vive el empleado (Sandra trabaja allí a diario, pero vive fuera de ese predio productivo que tiene 70 hectáreas).

En la madrugada de ayer, sobre la hora 4, el empleado se despertó de golpe porque escuchó a las ovejas balar desde una zona en la que no debían estar los animales, y cuando salió a ver qué pasaba las encontró dispersas, muy desparramadas, fuera del lugar donde las dejó.

Pensó que había quedado una portera mal cerrada, pero enseguida vio hilos del alambrado del potrero cortados.

Sandra Cancela

De inmediato llamó a Sandra, quien le indicó que volviera a la casa, por las dudas, porque todavía podían estar los delincuentes allí.

Se hizo la denuncia y, lamentó Sandra, la Policía tardó mucho en llegar, lo hizo ya sobre el amanecer y nada pudo solucionar.

La productora dijo que habló con un oficial de "la Patrulla Rural, que mostró preocupación y me dijo que están recorriendo la zona".

Con el paso de las horas se fueron encontrando algunos indicadores del hurto, como lana tirada, enganchada en algún alambrado por ejemplo.

No hay pistas, nada de sabe de los ladrones, se hizo la denuncia y el único dato aportado por un vecino, también productor, es que en la zona, en un camino, vio un camión viejo y con las luces apagadas, lo que le resultó extraño.

Sandra dijo que además del daño económico (27 ovejas a un precio de mercado promedio son unos US$ 1.620 estimados de pérdida inicial, mencionó, porque el daño es mayor, dado que son animales que dejarán de reproducirse y de seguir dando lana, por ejemplo), está el daño anímico.

Sandra Cancela

"Es terrible"

El impacto que esto generó en quienes allí trabajan y viven, aludiendo a una sensación de inseguridad y vulnerabilidad que solo quien haya pasado por eso puede calibrar, “es terrible”.

“Una está acostumbrada a hacer las cosas bien, hay un esfuerzo por tener a los animales bien, por producir con buena calidad, se convive con problemas de producción, de mercado, del clima como ahora que no llueve nada… a veces estás horas cuidando a un animal enfermo y se gasta mucho dinero en eso y de golpe vienen y te llevan 27”, reflexionó.

“Lo peor de todo, es que una no puede dejar de pensar que estuvieron a pocos metros de la casa para llevarse las ovejas, parece que nada los frena, es terrible como dije; esta noche no vamos a poder dormir, por ejemplo”, concluyó.

Sandra Cancela

 

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