Inés Guimaraens

Debates y calidad de la democracia

Los debates son una oportunidad especialmente valiosa para la ciudadanía porque generan un escenario ideal para que los candidatos rindan cuentas

Tiempo de lectura: -'

01 de octubre de 2019 a las 10:43

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Me siento a escribir estos renglones doce horas antes de que empiece el tan esperado debate entre los dos candidatos que vienen encabezando la intención de voto en la carrera presidencial, Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou. Los dos tienen muchísima experiencia política, saben todo lo que se están jugando, y cuentan con el respaldo de calificados especialistas en los distintos temas y de asesores en comunicación. Por eso, me los imagino haciendo un buen papel, cada uno en lo suyo. Martínez, defendiendo al inicio de cada uno de los cuatros bloques lo hecho por el Frente Amplio durante la Era Progresista, recordando el desastre del 2002, y alertando sobre eventuales retrocesos en materia de bienestar para los trabajadores en caso de que gane la oposición. Lacalle Pou, a su turno, señalando promesas electorales incumplidas, mostrando cuentas pendientes, y respondiendo a las nuevas propuestas del oficialismo de cara a un cuarto mandato consecutivo con el clásico, “¿por qué no lo hicieron antes?”.

Los debates son una oportunidad especialmente valiosa para la ciudadanía porque generan un escenario ideal para que los candidatos rindan cuentas y confronten propuestas. Pero, más allá de este plano, muy valioso de por sí, hay otro especialmente relevante en el que me quiero detener. Cuando líderes de primer nivel debaten con altura, cuando son capaces de discutir sobre sus ideas sin insultos, sin calumnias ni agravios, difunden un valor de orden superior, el más importante de todos porque en él descansa, en última instancia, la política en su mejor versión y la salud de la democracia: el respeto mutuo. No hay democracia que perdure sin un esfuerzo permanente de las elites políticas por educar a la ciudadanía en que no hay nada tan obvio, tan legítimo, tan inherente a la naturaleza humana y a la vida en sociedad, como las diferencias. En tanto ciudadanos somos iguales: todos podemos elegir y ser electos, todos somos iguales ante la ley. En tanto individuos, en cambio, somos diferentes. Es natural que tengamos principios, valores y creencias distintas. No venimos por el mismo camino y probablemente no nos imaginamos el mismo destino. Tenemos posiciones distintas en la vida social y por ende, llegamos a percibir nuestros intereses como opuestos.

Pero hay más para decir sobre el respeto mutuo. Los buenos debates, aquellos en los que los dirigentes políticos que tienen diferencias legítimas las procesan sin agraviarse, tienen otra dimensión clave. La realización de debates es una demostración de respeto hacia la ciudadanía. En consecuencia, las negativas y evasivas, expresan, en última instancia, una grave falta de consideración hacia los votantes. El contrapunto entre Daniel Martínez y Lacalle Pou adquiere ribetes históricos porque hace un cuarto de siglo que no hay un debate presidencial de primer orden, es decir, entre los dos favoritos. Un cuarto de siglo. ¿No será demasiado? ¿No será una falta de respeto hacia la ciudadanía? ¿No tienen derecho los electores a que quienes pretenden representarlos expongan sus ideas en un marco de máxima visibilidad y exigencia? Cada vez que algún presidenciable, mirando de reojo la calculadora, encuentra alguna excusa para no exponerse, hiere la legitimidad de la representación. Hay obligaciones, como la de debatir con otros, que es muy difícil plasmar en leyes. Pero son obligaciones de orden moral que no pueden ser perdidas de vista por la elite dirigente. Cada vez que los electores sienten que los líderes anteponen los cálculos electorales a sus obligaciones esenciales, la república retrocede un casillero. Es un lujo que ni siquiera en Uruguay, la mejor democracia de América Latina, podemos darnos. No hay que olvidar que según Latinobarómetro 2018, apenas 21% de los ciudadanos confía en los partidos políticos. La magia de la representación está hecha de cristal. Cuando se quiebra aparecen outsiders y demagogos.

Por todo esto, hay que celebrar la realización de este debate, y de los dos anteriores, los que se concretaron durante las elecciones primarias entre Óscar Andrade y Ernesto Talvi (el primero) y entre Carolina Cosse y Jorge Larrañaga (el siguiente). Poco a poco, en este país parece querer instalarse esta práctica, tan frecuente en otras partes, desgraciadamente tan temida por los dirigentes políticos uruguayos. Es notorio, lo demuestran con toda claridad las mediciones de audiencia en cada una de estas instancias, que las polémicas entre presidenciables atraen el interés de la ciudadanía. Por eso mismo, hay que lamentar que otros encuentros no se concreten. El Partido Colorado viene retrocediendo en las encuestas. Mientras tanto, Cabildo Abierto viene creciendo. Los colorados formarán parte de la coalición si el Frente Amplio es derrotado. ¿Acaso no sería valioso para la opinión pública un debate entre Ernesto Talvi y Lacalle Pou? ¿Acaso una comparecencia de este tipo no arrojaría luz sobre similitudes y semejanzas entre quienes están llamados a gobernar juntos? ¿Acaso no es necesario que la ciudadanía pueda evaluar hasta qué punto son capaces de competir sin lastimarse mutuamente? ¿Acaso no es hora de conocer más a fondo qué piensa Guido Manini Ríos? ¿Qué vamos a esperar para saber más sobre él? ¿No sería de alto interés un debate entre el jefe de Cabildo Abierto y el candidato de algún otro partido? Estamos a tiempo.

*Adolfo Garcé

Doctor en Ciencia Política, Docente e Investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, UdelaR

adolfogarce@gmail.com

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.