Desempleo juvenil: entre la afectación por la pandemia y una problemática que sigue en aumento

Un estudio del Instituto Cuesta Duarte, presentado por La Diaria, afirma que la desocupación entre los jóvenes aumentó cerca del 5% el año pasado. Este aumento comparativo es mayor respecto al observado en el resto de la población, que es del 1% entre quienes tienen más de 29 años. 

En agosto, la demanda laboral se ubicó 98% por encima de lo que fue el mismo mes del año anterior. Esto se traduce en un aumento de 1.516 solicitudes de empleo, según los principales portales laborales relevados por el monitor laboral de la consultora Advice.

En ese sentido, se continúa la tendencia de incrementos consecutivos ya registrada desde abril 2021, mes en el que se evidenció una breve caída luego del pico observado en marzo de este año.

El decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica de Católica del Uruguay (UCU), Marco Soto, comentó que el desempleo ha afectado tanto a los jóvenes como a las mujeres. 

Sin embargo, puntualizó que aquellos que tienen menos de 30 años y están “más preparados” académicamente han podido sortear con mayor éxito la crisis. 

De igual modo, no es una regla general, sino que cuando se analiza por rubro la realidad varía. Soto puso como ejemplo que dentro del sector turístico hay muchos profesionales preparados, pero que quedaron al margen por el parate que sufrió el rubro. 

“Seguimos teniendo el gran desafío de la calificación inteligente”, agregó el decano de la UCU Business School. 

En cuanto a lo que viene, es necesario generar medidas de promoción de empleo que sean “genuinas” y para esto la promoción de inversiones será vital. Soto explicó que no solo generará nuevos empleos de calidad, sino que permitirá a muchos acceder a formación y capacitación. 

En caso de que esto ocurra en los hechos, Uruguay podrá recuperar la empleabilidad entre los jóvenes. Por otra parte Soto entiende que las políticas de subsidio focalizadas, hasta ahora, no han arrojado buenos resultados porque “son limitadas”. 

La actitud 

“Saber comunicar, tener una actitud acorde para aprender nuevas habilidades y saber trabajar en equipo es lo más piden las compañías a los jóvenes”, explicó la directora de Martínez & Asociados, Beatriz Martínez. 

Rescató que estos aspectos suelen ser la regla general, pero al igual que Soto afirmó que cuando se habla de sectores técnicos, los conocimientos son el diferencial para poder entrar o mantenerse en el mercado laboral. 

En esta línea, uno de los desafíos que tiene el sector educativo es poder preparar a los alumnos para buscar empleo. 

Martínez sostuvo que más allá de los conocimientos –que son el punto de inflexión para que una empresa contrate o no a la persona- también es necesario entender las reglas del mundo laboral. 

“Hay aspirantes que reúnen las condiciones pero no saben ni siquiera hacer un curriculum. Creo que es un debe del sistema educativo a nivel general”, dijo Martínez. 

La necesidad del cambio

Desde hace un tiempo, las empresas locales están enfrentando un desafío generacional con los más jóvenes. Los usos y costumbres más tradicionales empiezan a chocar con nuevos hábitos y prioridades. 

Por ejemplo, los más jóvenes priorizan los espacios de distracción y prefieren trabajar en base a la productividad en vez de regirse por el control.  Martínez explicó que luego de la pandemia, esta brecha se verá con más claridad. 

“Hoy en día, los trabajadores están aceptando propuestas que no son acordes a su perfil por un tema de necesidad, pero esto no va a ser así para siempre”, desarrolló. 

Tanto Soto como Martínez entienden que las empresas locales, dejando por fuera a las tecnológicas, no se adaptan a la demanda de empleo. Uruguay sigue “corriendo de atrás” estos cambios, lo que genera que existan empresas que busquen perfiles que “prácticamente no existen”, según Martínez. 

En este caso, la pandemia lo que ha hecho es volver a algunas compañías aún más conservadoras. Si bien se han dado cambios, como la llegada del teletrabajo, la vuelta a las oficinas implica trabajar en el modo prepandemia. 

Obviamente esta no es la razón principal del desempleo entre los más jóvenes, pero genera el inconveniente de que buscan trabajo en un contexto que no es acorde a sus necesidades. 

Soto y Martínez, ambos docentes universitarios, pusieron como ejemplo que esto suele salir a luz cuando charlan con sus alumnos. “Es un cambio cultural, el cual las empresas lo vienen atendiendo pero muy de a poco”, aseguró Martínez. 

Los mayores de 50

El empleo para las personas con más de 50 años comenzó a flaquear al comienzo de la pandemia. Sin embargo, ahora se está dando una recuperación dado algunos cambios que se materializaron en el mundo laboral uruguayo. 

El director de Randstad, Juan Pablo Lara, comentó que paulatinamente se ha vuelto a la normalidad lo que benefició a los trabajadores de esta franja etaria. “El desempleo, increíblemente, se sigue centrando en los más jóvenes”, agregó. 

Si bien el rango etario sigue siendo una barrera para las empresas, las cuales suelen tener prejuicios ante la llegada de estos aspirantes, de a poco esta idea está quedando más obsoleta. 

Para Lara, lograr que esto suceda dependerá de qué tan abiertos al cambio estén los directores de las empresas, así como también que los trabajadores de esta franja se actualicen perenemente. 

“Estamos en un momento de cambio. Los mayores de 50 están lejos de ser inoperantes, al contrario”, sostuvo Lara.