El anuncio de UPM y el impacto electoral

(i) Con el anuncio de UPM de concretar la inversión de una mega planta de celulosa y una nueva terminal portuaria, gana el gobierno, porque confirma una obra inmensa, y la creación de miles de puestos de trabajo, con empuje económico a una zona grande del interior del país.

Ante una oposición que le critica con dureza, que le dice que es un gobierno “agotado”, que bajó los brazos, y que no da seriedad para los inversores, la administración Vázquez muestra que sí genera confianza de inversores de proyectos multimillonarios, y que todavía tiene anuncios de gestión para hacer.

(ii) Con ese anuncio, también ganan los sindicatos involucrados, de construcción y metalúrgicos, que muestran que no se bajan de sus principios, que no precisan comprometerse a no hacer ocupaciones. Y ganan -fundamentalmente- porque habrá demanda de mano de obra, y eso es más empleo, puestos de calidad, un empujón hacia arriba a los salarios (de los que trabajen ahí o de los que se precisen en otros lados).

(iii) Con la confirmación de la obra, ganan los partidos de oposición que pretenden gobernar a partir de marzo, porque esto dará un empuje relevante a la economía, luego de un período de estancamiento que quedará asociado al final de esta administración. Ganan, porque han cuestionado el proceso de negociación entre el gobierno y la empresa finesa y han prometido cambiar las condiciones, pero ahora todo, o casi todo, quedará bastante atado.

En caso de ganar, no estarán expuestos a un tire y afloje poco productivo para el resultado esperado, podrán atender problemas complejos y saber que este empuje dinámico a la economía, está dado.

(iv) Con esto, ganan los otros de oposición, los que no aparecen como alternativa de gobierno y se quedan con la bandera crítica de la planta, y con las sospechas de conveniencia para el país: la izquierda radical de Unidad Popular, o fundamentalmente Manini Ríos, que se presenta ante la gente de campo con la acusación al gobierno de “ser peones bien pagos de los centros del poder mundial”. Ahora, su partido Cabildo Abierto puede sumar en esa crítica a los de partidos fundacionales, contra los que también combate.

(v) Gana UPM, también, que cristaliza su proyecto con cierta distancia de la elección misma, asegurando condiciones previstas, evitando que la inversión quede enredada en una confusión que ante sus accionistas, afecte sus perspectivas de crecimiento y la viabilidad del negocio en Uruguay.

(vi) Con la decisión de esta inversión, gana el Uruguay, que muestra una continuidad histórica de respaldo a la inversión, de mantenimiento de reglas serias y estables para habilitar que en un país chico, ubicado en un rincón alejado del mundo, se instalen compañías potentes, exigentes en cuidado ambiental y de tecnología avanzada para todo el proceso productivo.

Veamos cómo se llega a esta cadena de inversiones en sector forestal-celulosa.

El primer gobierno de Sanguinetti votó la ley de incentivo forestal y la de zona franca (ambas en diciembre 1987).

El gobierno de Lacalle votó la ley de reforma portuaria (abril 1992) que permitió transformar un vetusto sistema logístico.

El gobierno de Batlle impulsó en 2002 el tratado de protección de inversiones con Finlandia (ley mayo 2004) y antes de terminar aprobó la primera planta de Botnia (febrero 2005).

El primer gobierno de Vázquez autorizó el inicio de operaciones de esa planta y apoyó la de Ence; luego vendida a otro grupo; y avaló el inicio de Montes del Plata (2009).
El gobierno de Mujica autorizó aumento de producción de UPM, ex Botnia (ago. 2013) e inauguró la de MDP en Colonia (jun. 2014).

El segundo gobierno de Vázquez avaló inicio de trámites para UPM-2 (jul. 2016) y ahora obtuvo el anuncio de la inversión (jul. 2019).

Desde la ley de incentivo fiscal a la forestación a la inauguración de UPM-2 habrán pasado ocho gobiernos con períodos quinquenales, administraciones de todos los colores partidarios y de perfiles ideológicos diferentes.

(vii) Y gana la gente, ganan los uruguayos, porque el progreso solo se consigue con impulso de emprendimientos serios, dinamizadores, creadores de trabajo, de puestos de calidad, de relacionamiento serio entre el sector privado y el Estado, porque será de beneficio para miles de familias, y para la sociedad en su conjunto.

¿Pero cómo puede ser que ganen todos?

¿El anuncio formal de la inversión impactará en el voto de octubre y noviembre?

Ganan todos, en algún aspecto, lo que no significa que un anuncio de inversión cambie o distorsione las decisiones de los votantes. Todo afecta, pero no modifica necesariamente la adhesión a un partido.

El gobierno no logró insertar en la opinión pública el tema UPM-2 como un caso de éxito de país, como un impulso de prosperidad, como un ejemplo de lo que está bien en economía, y así, dejó que fuera permeable el discurso crítico sobre las condiciones acordadas, e incluso que una porción de la población asimilara la idea de escenario apocalíptico.

Hoy tiene una gran noticia, pero no puede obtener de ella todo el beneficio que implica para el país y para la gente.

Faltan 96 días para las elecciones y “los tiempos económicos” no calzan con “los tiempos políticos”, para que los puestos de empleo creados sean palpables con tiempo suficiente. Sí está la construcción del Ferrocarril Central que ya comenzó y moverá mucha mano de obra, un centenar ahora y medio millar cerca de las votaciones.

Uruguay concreta una inversión privada histórica para una fábrica de alta tecnología y eso va de la mano de obra de infraestructura pública como no se recuerda en todo este período democrático. Para la historia, será un gran logro de este gobierno; para estas elecciones no sumará demasiado.