El debe y el haber del debut de Forlán como DT de Peñarol
El nuevo Peñarol mostró facetas positivas en ofensiva, aunque debe mejorar en la marca; Acevedo, Urretaviscaya y Pellistri, invitan a creer
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03 de febrero de 2020 a las 05:00
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Diego Forlán continúa con la difícil tarea de afiatar a un equipo que es bastante nuevo de mitad de cancha hacia arriba.
Es que si se toma en cuenta la última zona y el partido contra Belgrano de Córdoba del pasado viernes a la noche, tanto el arquero, Kevin Dawson, como los cuatro del fondo –Giovanni González, Fabricio Formiliano, Rodrigo Abascal y Gabriel Rojas–, es la misma que terminó jugando la temporada anterior.
Claro que estos son los primeros vestigios de un equipo que está en ciernes. No quiere decir que Forlán ya se incline por esos hombres. Es más: el viernes iba a jugar Thiago Cardozo en el arco –debido a que Dawson está suspendido para el debut–, pero no lo hizo debido a que el mismo día del encuentro sufrió un traumatismo en su cadera.
Pero hay muchos nenes en lista de espera para poder jugar por allí. De los nuevos, Juan Acosta –quien tampoco jugó ya que arrastra una pequeña molestia–, Robert Herrera y Gary Kagelmacher, a quienes se suma el juvenil Mathías Pintos.
La apuesta al juego
Peñarol ha mostrado cosas muy positivas de mitad de cancha hacia adelante en el primer tiempo ante Belgrano de Córdoba. Del segundo tiempo se puede opinar poco porque como sucede siempre en las pretemporadas y esta clase de encuentros, se realizan muchas variantes y estas desvirtúan el trámite del compromiso.
Lo más relevante que se pudo ver fue la intensidad en el juego que intenta aplicar el entrenador. Hacerlo no es sencillo y menos en plena pretemporada. Este Peñarol mostró atisbos de eso.
Pero además, mostró mucha rapidez en las transiciones, sobre todo, luego de recuperar el balón y salir con pelota dominada en ataque.
Peñarol generó mucho, pero definió proporcionalmente poco. Fue un gran primer tiempo en el que César Rigamonti, el arquero rival, se transformó en figura.
Por lo tanto allí aparece algo positivo que se transforma en negativo y que es la falta de definición, algo que este equipo viene padeciendo desde el año pasado y que le ha costado muy caro.
En un fútbol lento como el uruguayo, la velocidad se paga muy bien. Y justamente las tres mejores expresiones individuales que mostró este equipo fueron los dos extremos, Jonathan Urretaviscaya por derecha y Facundo Pellistri –con la punta cambiada, por izquierda– y, sobre todo, un enorme despliegue de Luis Acevedo, quien no pudo realizar los 10 días de pretemporada con sus compañeros en Los Ángeles debido a que lo bajaron del avión el día del viaje y en pleno aeropuerto porque no había firmado contrato, cosa que sí sucedió el viernes y por dos años más.
Entre los puntos negativos y a mejorar es que hubo problemas de marca claros, sobre todo, luego de todas las variantes realizadas.
El húngaro Krisztián Vadócz mostró hasta ahora dos caras bien diferenciadas: bien con la pelota, aunque lento a veces en los quites.
¿Y el Cebolla? Era la pregunta que todos se hacían antes del viernes. Volvió, jugó de doble cinco y lo van a llevar de a poco. Le falta para estar en su nivel.
Forlán apostó al juego y Peñarol dejó una buena sensación.
Imbancable para sus rivales
Urretaviscaya y Pellistri
Lo llevarán de a poco
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