AFP

El peronismo regresa a la vanguardia de la política argentina

El flexible movimiento populista desempeñará un papel importante en las elecciones de octubre

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11 de julio de 2019 a las 14:45

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Por Benedict Mander

El general Juan Domingo Perón, uno de los populistas más exitosos del siglo pasado, afirmó una vez que todos los argentinos son peronistas. Aunque sus muchos encarnizados detractores se estremecen ante esta idea, la forma en que se está perfilando la contienda presidencial argentina sugiere que quizás sí tenía razón.

Perón, un ferviente nacionalista con tendencias autoritarias, resaltó tres principios rectores de su partido: la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. El peronismo también ha tenido una fuerte conexión con los sindicatos y la política basada en el clientelismo.

Pero es un partido ideológicamente versátil que se desvió abruptamente del neoliberalismo irresponsable de Carlos Menem en la década de 1990 cuando Argentina se jactaba de las "relaciones carnales" con EEUU, hacia el nacionalismo de izquierda y la autarquía virtual de Cristina Fernández de Kirchner, quien abandonó el poder en 2015.

El peronismo también ha tenido una relación íntima con las crisis económicas que han afectado a Argentina aproximadamente cada década desde que su fundador llegó al poder en 1946. La simple mención del término infunde temor en los corazones de muchos inversionistas, quienes desafortunadamente saben muy bien que Argentina ha acordado más de 20 programas con el FMI en ese período, y casi todos han terminado mal.

Con las elecciones presidenciales de octubre que podrían decidir el destino del mayor programa de rescate en la historia del FMI — un paquete de US$56 mil millones acordado apenas el año pasado — los riesgos difícilmente podrían ser mayores.

En una campaña llena de giros inesperados, a muchos argentinos les sorprendió que Macri eligiera a un influyente senador peronista, Miguel Ángel Pichetto, como su compañero de fórmula. Fue algo que se consideró un cumplido indirecto a la fuerza constante del movimiento peronista.

Mientras tanto, los mercados acogieron con agrado la decisión de Macri de elegir a un peronista como su compañero de fórmula. Los analistas creyeron que aumentaría las posibilidades de reelección del presidente y contribuiría a la gobernabilidad en caso de que ganara.

El éxito de Macri en las elecciones presidenciales de octubre dependerá en parte de la fuerza de otra alianza electoral igualmente inesperada. La ex presidenta peronista Cristina Fernández sorprendió a los argentinos al anunciar que esta vez se postularía para vicepresidenta y que había elegido a Alberto Fernández (sin parentesco), su poco conocido ex jefe de gabinete, para que se postulara a la presidencia en lugar de ella.

Steven Levitsky, profesor de la Universidad de Harvard, dijo que quizás el peronismo se ha debilitado un poco, pero que todavía está en "buena forma".

El peronismo es tan caleidoscópico que incluso la coalición de Macri, renombrada como "Juntos por el cambio" desde que Pichetto se le unió, tiene algunas raíces en el partido. Macri pasó 12 años al frente del legendario club de fútbol Boca Juniors, que es, según Levitsky, una "institución realmente peronista".

"Macri se diferencia de otros no peronistas porque siempre ha reconocido que es políticamente útil diluir las líneas entre el peronismo y el anti-peronismo, y que no se le perciba como un anti-peronista acérrimo", añadió Levitsky. "Él utiliza símbolos y prácticas peronistas, y siempre ha desarrollado sagazmente una imagen que no es la de un anti-peronista empedernido".

No está claro si eso será suficiente para que Macri se gane la simpatía de suficientes votantes peronistas para obtener la victoria en octubre. Su elección de Pichetto como compañero de fórmula -al igual que la decisión de Fernández de no postularse a la presidencia- fue motivada más por la audacia política que por la valoración fundamentada, dijo María Esperanza Casullo, politóloga de la Universidad Nacional de Río Negro. Según Casullo, hasta el momento, Pichetto no ha logrado llevar a muchos peronistas destacados -como senadores, gobernadores regionales o líderes sindicales- a la coalición de Macri.

De cualquier manera, Julio Bárbaro, un congresista peronista en la década de 1970 durante el último gobierno de Perón, se mostró pesimista sobre el futuro del peronismo: "Cuando el peronismo está en todas partes, es porque no está en ninguna parte. Ya no es nada".

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