El presidente y un paseo distendido por Dolores
Entregó viviendas y repartió besos en la ciudad que hace casi un año fue azotada por un tornado
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15 de marzo de 2017 a las 05:00
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Casi un año después del tornado que tiró abajo buena parte de la ciudad de Dolores, el presidente Tabaré Vázquez llegó nuevamente a esta zona a entregar viviendas y ver el avance de los trabajos. La visita no figuraba en la agenda oficial del mandatario, fue sorpresiva, y en ese contexto Vázquez se dio tiempo para recorrer las calles y hablar con la gente, una actividad en la que se siente cómodo.
Distendido, vestido de saco y sin corbata, Vázquez habló de inversiones, de la reapertura de una planta automotriz y de una delegación de empresarios alemanes que llegarán la semana que viene a invertir en distintos rubros.
Pasó por el Hospital que había sido uno de los edificios más afectados y fue reconstruido; visitó obras en un par de barrios; estuvo en la casa del cantante Dino –que fue uno de los damnificados– y habló con vecinos en un departamento donde "son todos blancos", según dijo a El Observador un hombre que este martes se había mudado a uno de los apartamentos entregados por el gobierno.
Un grupo de personas que días atrás había recibido su casa en un complejo detrás del estadio local, no tenía palabras para agradecerle al mandatario, que se encargaba de repartir aliento.
Las selfies con el presidente no paraban. Las 127 viviendas nuevas serán ocupadas en su totalidad a mediados de mayo, aseguraron constructores privados a El Observador. Además hubo 2.585 refacciones y 300 reconstrucciones que al Estado le costarán
US$ 15,5 millones. A eso se le debe sumar más las donaciones que realizaron privados. "Esto demuestra lo que el pueblo uruguayo puede cuando se une y trabaja en conjunto", dijo Vázquez
Otros aprovecharon que el presidente estaba en el lugar y le entregaron cartas con reclamos variados. Un grupo de mujeres de una cooperativa de viviendas integrada por siete familias le pidió a Vázquez que interceda para conseguir el terreno que están dispuestas a pagar. Hace ocho años que hacen trámites sin suerte. El presidente las escuchó y les dijo "se puede".
Trabajadores del Molino Dolores, una industria de 127 años que cerró, le pidieron por los empleos perdidos. Ese planteo se repitió varias veces entre los asistentes. Vázquez les dijo que leerá la nota y que estudiará la situación. "El gobierno estará donde la gente lo necesite" sostuvo.
Otro grupo de obreros de la construcción organizados en el Sunca llegaron desde Paysandú para estrecharle la mano y alentarlo.
Vázquez fue a Soriano acompañado de la ministra de Vivienda, Eneida de León, la subsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera y de Álvaro García, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto a quien le pasó las cartas con los reclamos de los vecinos.
Después de los saludos y más fotos, el presidente apuró el paso para volar a Montevideo con luz solar.
Vázquez y su comitiva se apresuraron para llegar hasta un aeródromo privado en las afueras de Dolores donde los esperaba un aviocar de la Fuerza Aérea Uruguaya.
El día antes, a pocos kilómetros de allí, su antecesor, el hoy senador José Mujica, estuvo en un asado con exintentendes y jefes comunales del Partido Nacional y del Frente Amplio, que derivó en un hecho político que dividió a los blancos
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