El programa intermitente que aplica Interior y que permitió bajar los delitos en tres zonas de Montevideo
Evaluación arroja resultados "muy positivos" sobre impacto de los proyectos de Policía Comunitaria Orientada a Problemas
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10 de enero de 2023 a las 05:01
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Nuevo París, al oeste de Montevideo, era el segundo barrio con más rapiñas. Por eso, en el año 2021, el Ministerio del Interior desplegó allí un programa de Policía Comunitaria Orientada a Problemas. Los uniformados patrullaron más que de costumbre, se agregó iluminación, se limpiaron los terrenos baldíos y desmalezó la zona. Se recabó información de los vecinos para conocer qué llevaba a que los robos con violencia sean tan frecuentes. Y, tras un año de implementación de la nueva estrategia, los delitos cayeron entre 24% y 30% más de lo que cayeron en las zonas aledañas —todas pertenecientes a la seccional policial N°19— que presentaban problemas similares, pero en la que no hubo tal intervención.
Algo parecido ocurrió en la seccional N°6, donde el robo de vehículos en las inmediaciones de las facultades de Medicina y Odontología, tenían al vecindario inquieto. Un boliche que funcionaba en la zona generaba cierta tensión en las madrugadas. Los árboles no estaban podados, había poca luz y faltaba un estacionamiento para los universitarios. En 2019 se implementó un programa de Policía Comunitaria Orientada a Problemas y, según la evaluación, el hurto de autos y motos se redujo entre el 41% y 58% respecto a otras zonas que compartían los mismos problemas y en las que no se aplicó el programa.
También hubo una baja entre el 20% y 23% del robo de los medidores de OSE en el área que custodia la seccional N°12. Eso en 2019 en comparación con el año anterior y siempre en relación a las zonas en las que no se aplicó el programa de Policía Comunitarios Orientados a Problemas.
Estos tres ejemplos son parte de una reciente evaluación que realizó el argentino y magister en Políticas Públicas Diego Fleitas, consultor del Banco Mundial, CAF y otros organismos multilaterales, sobre estos proyectos que implementó Interior con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo. Y los resultados (positivos) abren la duda: ¿es momento de expandir esta política de seguridad?
El propio Fleitas aclara a El Observador: “En seguridad no existe la bala de plata, sí hay lecciones para aprender sobre qué funciona y qué no. La policía comunitaria orientada a problemas, que es la conjunción de la policía comunitaria por un lado y el policiamiento orientado a problemas por otro, tienen muchas décadas de implementación en el mundo, pero los resultados varías según las metodologías, los contextos y, sobre todo, las resistencias de los cuerpos policiales de cada país”.
Herman Goldstein, famoso criminólogo estadounidense, criticaba a fines de la década de 1970 que la policía no resolvía ni se interesaba por los problemas. Cuestionaba que la labor policial era demasiado rutinaria y estaba enfocada en represión, patrullaje, apresar. A su entender, debía crearse un modelo en que los policías no solo acaten órdenes, sino que sea capaces de entender qué ocurre a su alrededor, por qué se dan los delitos, qué soluciones podrían caber y que interactúe con el resto de las instituciones de esa área.
Esta visión prosperó, sobre todo, en los países anglosajones. De hecho, en 2012 Uruguay empieza a implementar proyectos de este tipo basados en el modelo inglés. Pero, según los distintos estudios, nunca prosperó.
“Entre los mandos medios y superiores de la policía hay cierta incomprensión sobre esta manera de obrar de la policía. Cuando algún superior tiene una mirada favorable y se convence, termina chocándose con ciertas resistencias prácticas, o falta de capacitación, o desinterés”, dice el doctorando en Antropología Federico del Castillo, quien en su tesis de maestría en Criminología estudió los motivos por los cuales los proyectos en Uruguay empezaban y naufragaban.
En este sentido, explica, “a fines de la gestión anterior (del Frente Amplio) había un convencimiento de avanzar en políticas basadas en evidencia, se extendió la estrategia a 21 de 25 comisarías de Montevideo, pero luego los recursos eran acotados y a los policías no les convencían los incentivos para ser partes de este proyecto. Por ejemplo: el PADO que funcionaba al mismo tiempo, y que era complementario, ofrecía un 30% de aumento salarial. Pero el proyecto comunitario orientado a problemas, no”.
En la última reunión de la mesa interpartidaria sobre seguridad que convocó el Ministerio del Interior, el Partido de la Gente planteó la necesidad de ampliar la policía comunitaria. En buena medida, según supo El Observador, es una visión compartida por los partidos de la oposición y del oficialismo, pero su implementación es todavía tímida.
Entre las cuatro zonas policiales en las que se divide Montevideo, hay solo 80 policías orientados a problemas (sobre un total de más de 6.000). Y la mayoría de ellos no se dedica full time a los proyectos, sino que trabaja unas horas en patrullaje y el resto lo dedica a la función específica.
El antropólogo Ricardo Fraiman, quien en la gestión anterior fue el coordinador del Plan de Gestión Integral de Seguridad Ciudadana, lamentó que “con el cambio de administración no se haya apuntalado los proyectos de policiamiento orientado a problemas que estaban emergiendo en todas las seccionales y que, según la evidencia científica, daban buenos resultados”. A su entender, “es un camino que Uruguay debe recorrer, lo que implica pasar de la disuasión a la prevención”.
Diego Sanjurjo, quien es el actual coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Delito, dice que “en esta administración se intentó fortalecer a la policía orientada a problemas”. Como ejemplo, comenta, “se quitó el trabajo reducido a las comisarías, porque tenían poca llegada, y se pasó a contar con uno 20 policías por cada una de las cuatro zonas operativas en que se divide Montevideo”. Y concluye: “Está claro que hay que fortalecer esta estrategia todavía más, porque la evidencia demuestra que sirve”.
En la reciente evaluación de Fleitas, el experto internacional concluye que el efecto de los proyectos fue positivo y que dos de ellos (lo de la seccionales 6° y 12°) incluso generaron cambios positivos en las zonas linderas. Pero “el programa de Policías Comunitario Orientados a Problemas enfrentó numerosos cambios, problemas en su concepción, implementación y organización. Problemas que en otros países también han ocurrido. Sin embargo, hacen plantear el interrogante sobre cuáles deben ser las capacidades y arreglos institucionales adecuados”, dice el estudio.
El estudio
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