El saludo de una tenista con su padre y con su entrenador que causó polémica en el US Open

El saludo de la tenista checa Sara Bejlek, de 16 años, con su padre y con su entrenador generó revuelo en el US Open, aunque ella le restó importancia al asunto

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31 de agosto de 2022 a las 13:49

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En su debut triunfal en torneos de Gran Slam y con solo 16 años, la tenista checa Sara Bejlek quedó envuelta en medio de una polémica que se viralizó en las redes por un saludo con su padre y con su entrenador luego de ganar el partido que la clasificó al cuadro principal del Abierto de Estados Unidos.

El pasado viernes la joven que ocupa el 194° lugar del ranking WTA le ganó a la británica Heather Watson por 3-6, 6-4 y 7-5.

Luego del protocolar saludo con su rival y el juez de silla, Bejlek fue a uno de los costados de la cancha para celebrar la victoria junto a su padre, Jaroslav Bejlek, y su entrenador, Jakub Kahoun.

En el saludo, que quedó registrado en un video que se ha viralizado en las últimas horas, se ve a la tenista abrazar a su padre, quien le da palmadas en las nalgas, antes de darse un beso.

Luego, se abrazó con el entrenador y también le dio palmadas.

El video generó reacciones de usuarios en las redes que criticaron el saludo entendiendo que la joven había sido manoseada.

También se pidió a la Asociación de Tenis Femenino (WTA) que interviniera en el asunto y realizara una investigación.

“Reacción espontánea”

Tras el encuentro y la divulgación del video, la joven Bejlek habló del tema.

Sara Bejlek y su padre

“Fue una reacción espontánea de todo el equipo. Nos regocijamos”, dijo. “Ciertamente puede parecer inconveniente e incómodo para algunos, pero ya lo hemos discutido con el equipo. No volverá a suceder”, agregó.

La tenista también habló del vínculo con su padre y con su entrenador.

“Papá es mi papá y siempre lo será. Y conozco al entrenador desde que tenía 8 años. Me venda, me masajea”, dijo Bejlek.

Por último, la joven señaló que el asunto implica diferencias culturales entre Estados Unidos y República Checa.

“Si sucediera algo similar en la República Checa, nadie se ocuparía de ello”, señaló. “Pero como estamos en Estados Unidos, todo el mundo lo comenta. Pero como digo, hablamos y no volverá a suceder”.

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